Con el ambiente enrarecido que siempre provocan las malas rachas, el Betis acude mañana a Ipurua, un escenario que no le trae buenos recuerdos. La pasada temporada, en la jornada duodécima, el conjunto de Quique Setién encajó un doloroso 5-0 ante el Eibar, en la que fue la primera gran debacle de la temporada. "Estamos como todos los béticos, disgustados por un partido inesperado que recuerda al pasado y que estoy convencido de que no se va a repetir", aseguró entonces el vicepresidente José Miguel López Catalán. Días después llegaría aquel 3-5 en la Copa del Rey ante el Cádiz...

Aunque el Betis había recibido un 3-6 del Valencia tres jornadas antes, la goleada de Ipurua provocó la primera gran crisis de Setién. "Hay poco que destacar positivo de lo que hemos hecho. Estábamos concienciados de lo que era jugar en este campo, pero han llegado dos goles de dos centros, acciones que sabíamos que este equipo le sacaba rendimiento", indicó el entrenador cántabro tras el partido.

Los goles de Amat, en propia puerta, y Escalante pusieron en ventaja al Eibar en apenas 30 minutos. Todo se agravaría en la segunda parte cuando Mandi fue expulsado y en la acción posterior Charles anotó el 3-0 de penalti. El propio atacante brasileño y Sergi Enrich completarían la goleada eibarresa ante un Betis que había perdido las buenas sensaciones con las que comenzó el campeonato.

La situación de ambos equipos es ahora distinta, sobre todo para un Eibar que ha conseguido su objetivo de la permanencia con antelación.