Betis-Getafe | Contracrónica

La gran respuesta de la afición

  • La mayoría del Villamarín cantó el "¡Quique, vete ya!", tras lo sucedido ante Rennes, Valencia y lo que vio ayer

  • Cuatro triunfos en los últimos 18 partidos

Los jugadores del Betis, tras el segundo gol del Getafe.

Los jugadores del Betis, tras el segundo gol del Getafe. / Antonio Pizarro (Sevilla)

La afición del Betis, la misma que se lo dejó todo y más en Mestalla, fue lo mejor de ayer en la derrota ante el Getafe. No aguantó más, tras el fracaso en Europa y la decepción de Valencia, y con lo que veía en el césped empezó a pitar hasta que con el 0-2, el gol de Mata, gritó alto y claro en su inmensa mayoría: "¡Quique, vete ya!". Cántico que retumbó en el feudo bético al igual que la pitada que se llevó el equipo al descanso.

Un comportamiento ejemplar el de la hinchada de Heliópolis, que empieza a entender cada vez más que la fidelidad y el animar no está reñida con mostrar su descontento cuando lo que ve no le gusta. Y empieza a entender, también, que el argumento de justificar lo ocurrido en las dos eliminaciones (Europa y Copa), más lo que aguantó ante el Getafe, con mirar al pasado, sólo conduce a la mediocridad, al cultivo de un gen perdedor indefendible del que el Betis debe desprenderse para crecer. El beticismo reaccionó para bien, demostró que no está dispuesto a tragar con todo, que está cansado de escuchar argumentos basados en el tiempo y la paciencia, que quiere más y más, y que exige cuando observa que tras un fracaso (Rennes) y una decepción (Valencia) se une que su equipo sólo ha ganado 4 de los últimos 18 encuentros.

La parroquia verdiblanca siempre ha mostrado su disconformidad cuando veía que el Betis podía crecer y no lo hizo, lo demostró el año que jugó la Champions tras ganar la Copa del Rey y le exigía al por entonces presidente, Manuel Ruiz de Lopera, que firmara un delantero. Y ahora, aprieta otra vez, quiere más y más, y está en su derecho de exigir. Por ello, existen motivos más que suficientes que justifican la extraordinaria respuesta que ayer tuvo la afición heliopolitana.

En este sentido, la figura más señalada fue la de Quique Setién. Ya no sólo por sus planteamientos, cambios y lecturas de partidos que hace, sino por el discurso que utiliza, con continuas excusas y una falta de autocrítica brutal que le hace disparar para todos lados, menos reflexionar y reconocer una serie de defectos tácticos que en estos momentos tienen ahogados al Betis. Por eso, el Villamarín habló ayer y mostró su enfado con el cántabro tras el repaso de José Bordalás, que suma 6 victorias, 2 empates y 2 derrotas en sus duelos con el actual inquilino del banquillo bético.

De momento, ayer, las miradas se centraron en Setién, pero también muchos béticos no terminan de comprender la planificación invernal realizada por Lorenzo Serra Ferrer, ni que éste siga sin reaccionar, ni tomar medidas o dar explicaciones, después de lo visto ante Rennes, Valencia y Getafe (mala señal sería para la entidad de Heliópolis que bajara un grado su nivel de exigencia).

Una entidad que tiene una grada que anima, que demostró en Valencia su saber estar, con un comportamiento ejemplar, que no deja nunca solo a su equipo, pero que ya está cansada de excusas, de falta de autocrítica y de escuchar esa coletilla tan dañina de que "el Betis siempre ha sido así", y que quiere enterrar de una vez por todas el conformismo del Betis pobrecito y pelear, definitivamente, por un Betis campeón.

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