Betis

Soluciones para el gol

  • El Betis llega al segundo parón siendo el equipo menos realizador de Primera

  • La falta de pegada contrasta con la magnífica solvencia defensiva que están mostrando los verdiblancos

Setién da instrucciones a sus jugadores durante un encuentro.

Setién da instrucciones a sus jugadores durante un encuentro. / Raúl Caro / Efe (Sevilla)

El Betis ha cambiado a mejor en este casi año y medio que deportivamente es dirigido en el banquillo por Quique Setién. El reconocimiento al buen trabajo del entrenador cántabro es innegable: ha dotado al equipo de una idea de juego, de personalidad, ha conseguido un vestuario unido con los jugadores enchufados, está apostando por los canteranos, el sexto puesto del curso pasado para volver a Europa, el buen hacer en los derbis...

Resultados y hechos valorados de forma positiva hacia la figura del técnico bético, pero esto no quita que haya cosas mejorables, que exista una crítica constructiva –el pensamiento único es de otras épocas y nunca ayuda a crecer– en un beticismo que exige y aprieta viendo los buenos mimbres que existen en la plantilla actual para que su equipo dé muchos más en pruebas de nivel, como por ejemplo en el Wanda Metropolitano. Perder ante el Atlético de Madrid no es una cuestión para hacer un drama, pero la exigencia hacia este Betis no puede ser correspondida por la satisfacción que pueda suponer una felicitación del entrenador rival o por tener un porcentaje alto de posesión, cuando en el feudo rojiblanco, por ejemplo, los verdiblancos firmaron un dato objetivo: ni un tiro entre los tres palos en 90 minutos.

Setién ha logrado un Betis con un sello propio, el plantel enchufado, buen bagaje en los derbis, apuesta por la cantera, el crecimiento defensivo...

Así, el Betis llega al parón con dos caras bien distintas, una sensacional en su faceta defensiva y otra, la ofensiva, en la que tiene la necesidad de buscar soluciones para llegar al principal fin en el fútbol, ganar, como bien gritan siempre los jugadores y el propio Setién, en el vestuario, en la arenga previa a cada partido que ofrece el capitán, Joaquín: “¡Ganar, ganar y ganar!”.

LO MEJOR

El punto de inflexión en el apartado defensivo llegó a mitad del curso pasado. Setién y su cuerpo técnico dieron con la tecla, hicieron cambios en el dibujo (3-5-2) y mejoraron otros aspectos clave en esta faceta, lo que, unido al fichaje de Bartra, dotó al Betis de mayor solidez. El crecimiento del conjunto verdiblanco en este apartado es el reconocimiento a la buena labor del preparador heliopolitano, que para ello cuenta también con jugadores de nivel –además del central catalán– que están ofreciendo un buen rendimiento: Sidnei, Feddal y Mandi. El hecho de jugar con tres centrales fue fundamental en la mejoría defensiva de un equipo de Heliópolis que también se protege desde la posesión –siempre según su técnico– y la fuerte presión adelantada en el campo rival para recuperar el balón lejos de la portería verdiblanca. Por todo esto, el Betis es con el Valladolid el equipo de la Liga que menos goles ha recibido hasta el momento (6), siendo el Atlético (5) el mejor en este punto. Un dato digno de alabar en este Betis.

A MEJORAR

Al Betis le falta pólvora. Así lo dicen los datos, pues los de Heliópolis son el equipo menos goleador de Primera, con 5 tantos, de los cuales hicieron tres tras quedarse el rival con un jugador menos (Sevilla y Bilbao), sin obviar que los de Setién no han sido aún capaces de marcar en el primer tiempo de los partidos que lleva disputados esta temporada, tanto en Liga como en Liga Europa.

Otros planes: ser más vertical y veloz en la posesión, modificar el dibujo, mejorar el balón parado en ataque, jugar alguna vez en función del rival...

Y en el Metropolitano el bagaje ofensivo del cuadro bético fue muy escaso, con una ocasión clarísima que Loren perdonó y otra de Mandi, de ahí que los verdiblancos necesiten soluciones ante el gol, ser más flexibles sin renunciar a su idea: hacer cambios de sistema durante los partidos, plantear algún encuentro en función del rival, meter velocidad (una marcha más) y ser más profundo y vertical de mediocampo hacia delante para no ser tan previsible en el fútbol de posesión (a veces amanerado de tanto sobar el balón), más movilidad en los hombres del centro del campo y ataque (en ocasiones demasiado estáticos), trabajar más el balón parado en la faceta ofensiva... Variantes que por los buenos mimbres (jugadores con diferentes perfiles) que tiene la plantilla del Betis podría usar el cuerpo técnico para que exista un plan B y no todo dependa de la falta o no de lucidez. Una cuestión de flexibilidad en una idea donde la ambición siempre deber ser máxima.

La ilusión en el beticismo debido a la unión entre la afición y el equipo sigue estando intacta en busca de lograr un Betis campeón

Soluciones siempre encaminadas a crear peligro real, apareciendo en el debate de la falta de gol la necesidad que tiene el Betis de firmar un punta top para completar un plantel que también tiene carencias en los laterales, como se vio en el Metropolitano, además de tener en cuenta que jugadores por los que el Betis hizo en verano una gran inversión, como William Carvalho, aún deben dar, a priori, mucho más de lo mostrado hasta el momento. El luso, que aún no está en su mejor tono físico, ofreció una discreta imagen ante los de Simeone en una cita de la máxima exigencia, al igual que Lo Celso, cuya compatibilidad con Canales en el centro del campo no acaba de funcionar (mientras más cerca juegue del área, en la mediapunta más debe aportar). Aspectos y cuestiones por mejorar para que el aficionado bético se sienta orgulloso de su equipo viéndole competir y lo más importante, ganar.

UNIDAD

Dentro de la crítica constructiva, siempre encaminada a mejorar, el beticismo sigue ilusionado al máximo con su equipo. Y el mejor ejemplo se vio el pasado jueves en el partido de la Liga Europa, con 40.000 mil personas en las gradas de un engalanado Benito Villamarín, en la vuelta del Eurobetis, pese a tener delante a un rival con poco pedigrí. Hasta el runrún de la grada en muchos partidos de la presente temporada es signo de exigencia y ambición por parte una afición que se mantiene unida a su equipo en busca de un Betis campeón.

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