Desde que Víctor Camarasa disputó su último partido oficial con el Betis hasta que reapareció el pasado viernes en el amistoso contra el Atalanta han pasado 335 días sin jugar. Casi un año de calvario, otro más, que parece quedar atrás con mucho esfuerzo y trabajo en la sombra para poder sentirse de nuevo futbolista. Porque el valenciano apenas tiene 28 años. Le queda mucho fútbol por delante si las lesiones se olvidan de él de una vez y el pasado viernes dio el primer paso para ello jugando 20 minutos que le supieron a gloria.

"Es algo que he estado esperando mucho tiempo", indicó el jugador al concluir el choque contra el conjunto de Bérgamo. Él mismo recordó que apenas lleva dos semanas entrenándose con el grupo y no puede "estar más feliz" por ello, aunque es consciente que todavía le "queda mucho" para volver a ser el jugador que llamó la atención del Betis en el Levante.

Fue el 21 de enero de este 2022 cuando jugó por última vez un encuentro oficial. Hace casi un año: 335 días concretamente. Apenas fueron 7 minutos en la victoria verdiblanca en el campo del Espanyol. Venía de jugar otros 8 minutos en el triunfo bético por 4-0 contra el Alavés y de aguardar su momento desde el banquillo en la Copa contra el Sevilla y frente al Rayo. Era su vuelta tras otra larga lesión. Las rodillas están siendo su cruz e incluso llegó a valorar la retirada. "Hubo días de llegar a casa de entrenarme y quedarme media hora diciendo "no puedo" en el coche", llegó a decir hace unos meses.

Sin embargo, el gesto del Betis le dio fuerzas. El club lo renovó pese a estar lesionado para que pudiera recuperarse aprovechando los servicios médicos de la entidad, mostrando así su preocupación y sensibilidad hacia el jugador, que llegó al cuadro heliopolitano en el verano de 2017. Desde entonces apenas ha participado en 33 partidos, si bien es cierto que estuvo cedido en el Cardiff City, el Crystal Palace y el Alavés. Manuel Pellegrini siempre le ha dado su sitio y ahora podría ser un fichaje delmercado de invierno.