Contracrónica

¿Un borrón o vuelta al pasado?

  • Pellegrini y los futbolistas no estuvieron a la altura ante un Getafe al que le bastó con la primera parte para ganar con total comodidad

  • Cordón, hora de justificar su llegada en estos últimos días del mercado de fichajes

Pellegrini y Bordalás se saludan antes del inicio del encuentro.

Pellegrini y Bordalás se saludan antes del inicio del encuentro. / Kiko Huesca / Efe

El otro partido del Betis en el Coliseum dejó varias lecturas muy claras dentro del bochorno de actuación que firmó el conjunto verdiblanco, que pareció más el de la etapa final de Quique Setién o el de Rubi que el de Manuel Pellegrini en los tres primeros partidos de Liga.

De la horrible imagen de anoche en Getafe no se salvó nadie, empezando por el técnico chileno, siguiendo por la imagen que mostraron los jugadores y acabando por Antonio Cordón, que tiene mucho trabajo por delante.

El repaso de José Bordalás a Pellegrini fue de órdago, tanto en planteamiento inicial, como en la lectura del partido y los cambios. La sensación que transmitió el encuentro es que el técnico verdiblanco desconocía cómo juega este Getafe y a los anfitriones les bastó con una sensacional primera parte para sentenciar el partido, pues en la segunda transmitieron que tenían en todo momento el choque controlado y que el Betis jamás les haría daño.

Y a Pellegrini se le unieron sus futbolistas con una bajada de intensidad que hizo relucir las carencias de este equipo y de esta plantilla, y que arrastran los de Heliópolis desde la planificación del pasado curso. Maksimovic y Arambarri pasaron por encima de Guido y William Carvalho, Fekir sigue sacando faltas y amarillas a los rivales pero sin aportar lo que de verdad debe aportar. En ataque, al delantero de más nivel de los tres, Loren, le rodea la incertidumbre sobre su futuro, Sanabria firmó una floja actuación y Borja Iglesias sigue por ahora en la misma línea que el curso pasado; y en defensa Mandi acabó expulsado por dos amarillas en dos minutos como reflejo de la impotencia bética, Sidnei sufrió con la velocidad y movilidad de los puntas locales (Cucho Hernández hizo un partidazo junto con Ángel) y Bartra intentó aguantar el tipo, pero la sensación es que cada vez queda ya menos de aquel central poderoso que llegó al Betis del Borussia Dortmund.

Y en la portería sigue habiendo un problema (de la portería a cero a seis goles en dos partidos). Y a todo esto, una preocupante bajada de nivel competitivo con respecto a los tres partidos anteriores, pues el Getafe le explicó al Betis lo que es competir en la élite. Ese Betis intenso del inicio de Liga se cayó anoche en el Coliseum como un castillo de arena y la duda ahora está en si Pellegrini y sus jugadores firmaron un borrón o el Betis va a volver a ser el de las últimas dos temporadas.

Y si el Ingeniero tiene trabajo por delante de cara a la cita en Mestalla, más lo tiene Antonio Cordón. El enésimo mal partido firmado por Álex Moreno requiere de la necesidad de la llegada de un lateral izquierdo, pero para aspirar de verdad a cosas importantes el bisturí debe ser más profundo, pues a la mínima que el equipo verdiblanco baja la intensidad las costuras saltan por los aires. La necesidad de un central de nivel, de otro medio centro de poderío y de desborde arriba es lo mínimo que requiere una plantel en donde sólo Canales muestra dosis de amor propio para tirar del carro. Es la hora de Cordón, quedan días para que culmine un trabajo de planificación que necesita de mimbres, mimbres de nivel. Mal camino sería volver al bucle.

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