La pizarra del Betis

Al nivel de Gustavo Poyet. Esa es la principal conclusión del encuentro del Betis en casa del Espanyol en cuanto a lectura desde el banquillo, pero en el análisis del encuentro hubo un punto de inflexión que varió por completo el panorama del encuentro para los verdiblancos. Minuto 80 y después de haber marcado un penalti de forma magistral, Víctor quita a Rubén Castro y mete a Petros. ¿Resultado? Mensaje defensivo al cuadro de Heliópolis y remontada blanquiazul. ¿A alguien le queda alguna duda de que el preparador madrileño tiene una mentalidad defensiva? Y no es una crítica. Es una realidad. Y en el fútbol, ser medroso y rácano se suele pagar caro. Como ayer.

Defensa

Comenzó el Espanyol con más ímpetu el encuentro, pero el Betis se deshizo de la presión de los de Quique Flores e igualó una contienda muy intensa, en la que ambos equipos perdían la pelota de manera continua. En parte por la lluvia que, prácticamente, no dejó de caer casi todo el partido. Así, ante la presión alta de los anfitriones -al igual que hizo el Betis-, en la salida del balón, los heliopolitanos abusaron en muchas ocasiones del juego directo en busca de Sanabria, con balones, en muchas ocasiones, a ninguna parte. Sin embargo, el equipo de Víctor no sufría atrás. Pezzella acabó controlando a Caicedo, y Bruno y Tosca encontraron siempre los apoyos de Rafa Navarro y Durmisi, por lo que a nivel defensivo el partido del cuadro bético, en el primer tiempo, fue bueno.

En la segunda mitad, la tónica fue la misma, hasta que la entrada de Reyes en la mediapunta empezó a hacer mella en la zaga de un Betis que tras el gol, dio un paso atrás, encajó el gol del empate y, después, padeció la puntilla del utrerano, pagando, de la manera más dolorosa, el miedo de Víctor con los cambios. Sobre todo, en la incomprensible salida del canario.

Ataque

La conexión de Brasanac con Rubén Castro y Sanabria fue un constante quebradero de cabeza para la defensa espanyolista. El serbio se movió por la mediapunta con mucho sentido e hizo un gran desgaste físico ayudando, también, en tareas defensivas. Sanabria y Rubén caían a las bandas para entrar en el área de forma vertical y así llegó la acción del penalti al paraguayo.

El Betis, que había dado un paso adelante con la entrada de Joaquín, se puso 0-1 y tenía el partido controlado, pero salió a relucir, una vez más, el temor de Víctor. El canario deja su sitio a Petros y el partido, en los últimos diez minutos, da un cambio radical, hasta el punto que los verdiblancos, tras el mensaje defensivo lanzado desde el banquillo, acaban derrotados.

Virtudes

Equipo bien plantado, sin sufrir demasiado y dando un paso al frente en el segundo tiempo hasta el 0-1.

Talón de aquiles

Víctor Sánchez del Amo.