De la importancia anímica de Isco a la pelea contagiosa de Chimy Ávila
Assane Diao entró muy concentrado al partido desde el banquillo y eso le otorgó el premio del gol del empate
La crónica del Betis-Barcelona
Sevilla/Mejora considerable del Betis que los seguidores verdiblancos agradecieron tras varios partidos de dudas de los hombres de Manuel Pellegrini. Esta vez el empate llegó con un buen sabor de boca por el espíritu de lucha del equipo.
Chimy Ávila | Fue capaz de sacar de quicio a los defensas azulgranas
Juega siempre al límite del reglamento, chocando con fiereza cada vez que su acción puede ser interpretada como una carga legal y eso, ante rivales que van de exquisitos con el balón en los pies, es siempre un punto a favor de los suyos. Está claro que será vituperado por quienes no son sus compañeros o sus seguidores, pero la realidad es que fue haciéndole incómoda la tarde a Íñigo Martínez, sobre todo, y a Cubarsí, que se llevó un par de buenos arreones con su carita de bueno.
Isco | Su presencia tenía que ver con el aspecto anímico
Pellegrini lo metió en el campo en el minuto 75, tal y como había avisado, después de que la musculatura del joven Mateo Flores avisara de que no podía más. El malagueño tuvo ese efecto de efervescencia que siempre provocan los ídolos nada más ingresar en el campo, pero después demostró que está muy lejos de su mejor forma física. Eso sí, en el aspecto anímico aportó.
Assane Diao | Avisó dos veces en velocidad y la tocó con sutileza a la red
Salió tremendamente concentrado al partido y ya había peleado con éxito dos balones por la banda derecha con Héctor Fort antes de que le llegara la oportunidad para igualar el encuentro. Aitor Ruibal centro raso con fuerza desde el costado y la pelota no era fácil para ser rematada, pero el joven bético la desvió con sutileza y el toque fue imposible para el acertado Iñaki Peña.
Abde | Hay cosas que no se pueden fallar en este tipo de citas
La oportunidad que tuvo en el minuto tres tuvo mucho mérito de su parte, pues fue capaz de escapar con solvencia de Koundé y de plantarse delante de Iñaki Peña. Hasta ahí el elogio, pero también conviene precisar que un delantero no puede desperdiciar una ocasión así ante un rival del nivel del Barcelona. Se le admite que dispare en lugar de pasarla, pero tiene que cantar el gol, sí o sí.
También te puede interesar