Isco, entre la inquietud por su lesión y el alivio por la respuesta coral
La indefinición sobre su vuelta mientras se trata su tobillo se ve mitigada por la sólida respuesta del equipo en el campo antes y después del percance con Amrabat
El mejor bético en lo que va de curso, Pablo Fornals, desempeña ese rol a su manera
Duda despejada: Amrabat vuelve a ser titular con Marruecos
Isco Alarcón vestido de verdiblanco siempre es noticia. Para lo bueno muchas veces, pero también para lo malo por su pertinaz infortunio con las lesiones. Se cumple este sábado un mes justo de su último percance de consideración, su lesión de tobillo por su inaudito choque con Amrabat, y no hay atisbo sobre la fecha en que el genio de Arroyo de la Miel pueda estar de nuevo disponible para Manuel Pellegrini.
La rectificación en el periodo de baja del capitán ha multiplicado la inquietud entre la afición: nada más producirse ese inaudito encontronazo entre Isco y Amrabat contra el Utrecht, desde el Betis se deslizó que en dos semanas podía estar recuperado el malagueño.
Lejos de producirse ese vaticinio, hace algo más de una semana, el club reconocía que la baja se prolongaba al tener afectado el cartílago del tobillo en el que impactó Amrabat al tratar de rematar a puerta.
“Después del impacto, además de la herida que requirió siete puntos, se generó un edema muy importante en toda la pierna que desciende hacia el tobillo provocando una pequeña lesión intraarticular en la zona del cartílago”, explicó José Manuel Álvarez, jefe de los servicios médicos del Real Betis.
El jugador consensuó con los médicos ese tratamiento con factores de crecimiento, “plasma rico en plaquetas”, y en una semana debe haber noticias sobre cómo ha ido esa medida para zanjar el dolor que Isco aún siente al correr o saltar, por su pequeña lesión intraarticular en la zona del cartílago del tobillo derecho. Si no da resultado, la inquietud por no haber plazo seguro de recuperación seguirá de la mano de la evidente merma deportiva que supone la ausencia del mejor jugador de la plantilla. Y a ver cuál es la medida alternativa de los médicos para atajarlo.
Ocurre que el vacío de Isco lo es menos por la respuesta de sus compañeros. Se está mitigando sobremanera por los satisfactorios resultados del equipo antes de que Isco retornara el 23 de noviembre para jugar la última media hora ante el Girona y después de que, cuatro días después, ante el Utrecht, se lesionara a los nueve minutos (40 minutos ha jugado este temporada en total).
Tras derrotar a los holandeses, victoria de las recordadas en el derbi (0-2), el borrón ante el Barcelona (3-5) y de nuevo la senda victoriosa ante Dinamo de Zagreb (1-3), empate en el siempre difícil rodeo de Vallecas (0-0), clasificación copera en Murcia (0-2) y apabullante goleada al Getafe para cerrar el año (4-0). La respuesta está ahí.
Y aunque Isco es Isco, el mejor jugador del Betis en lo que va de campaña, con el permiso de Abde, se llama Pablo Fornals en la labor de, a su manera, con su estilo personal, hacer bailar a su gente como lo suele hacer el de Arroyo de la Miel.
En este 2025 que nos deja, Isco disfrutó de una rutilante vuelta a su nivel diferencial. A principios de diciembre de 2024 retornó tras siete largos meses de rehabilitación por su lesión en Las Palmas y tardó nada en retomar el timón con su liderazgo y su excelsa calidad, hasta el punto de volver a ser internacional y jugar la Liga de Naciones. También fue pieza básica, junto a Antony, para que el Betis disfrutara de su primera final continental.
Pero también este 2025 le ha deparado dos nuevos reveses en forma de serias lesiones. La primera, de peroné, fue en su Málaga querida en agosto y la segunda, hace un mes en La Cartuja. Es la que mantiene en vilo, de nuevo, a la parroquia heliopolitana.
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