Getafe - Betis | La crónica

De repente, el Betis torna a gris oscuro

  • El vigoroso Getafe golea y le recuerda las carencias al equipo de Pellegrini, excelente entrenador pero no mago

  • Dos goles de Ángel y otro de Cucurella sentencian en la primera parte

  • Mandi, expulsado al final

Resumen del partido Getafe - Betis

El Getafe, un equipo que juega con los pies muy en el suelo, acaso el más terrenal de la Liga por sus cantos al pragmatismo y la lucha sin tregua, vino a decirle al beticismo que la magia no existe. Que Manuel Pellegrini es un excelente entrenador de fútbol, pero que no posee la varita de Harry Potter para que de repente Álex Moreno aprenda a cerrar su banda o que Joel Robles ataje balones que no son imparables.

Goleada sin paliativos. Goleada dolorosa que pronto vuelve a destapar la caja de los truenos en un club con demasiada gente indignada. Y con razón. Dos goles de Ángel, más otro de Cucurella entre los del ardillesco canario, cerraron el pleito antes del intermedio. Y reabrieron el agrio debate sobre las carencias deportivas de un equipo hoy maniatado por sus límitaciones en el gasto.

El Betis de la camiseta verdiblanca que tanto relució ante Alavés, Valladolid y Real madrid, tornó en Getafe de repente a un gris oscuro, mucho más que el de la extraña tonalidad de la camiseta que estrenó. De repente, el nuevo Betis fue el viejo Betis. El que arrastraba las trece barras hace un par de meses.

En la primera prueba ante un teórico igual, saltaron con virulencia las limitaciones.

Como tantas veces sucedió la pasada campaña con Rubi en el puente de mando, incluso en el curso anterior, ya con la desmejorada versión 2.0 de Setién, el Betis brindó una puesta en escena briosa, aparente, prometedora, que saltó hecha añicos a la primera acometida del enemigo.

Salió el equipo de Manuel Pellegrini como con prisas por borrar de un plumazo el revés del sábado ante el campeón para confirmar que en la ventanilla de LaLiga sí presentará esta vez credenciales de aspirante europeo. Con Guido Rodríguez y William Carvalho plantados en el mediocampo getafense y la zaga tirando la línea lejos de Joel. Con la línea de mediapuntas que integraron esta vez Juanmi –relevo de Joaquín–, Fekir y Canales tratando de imprimir movilidad para arrastrar a sus pares y abrir vías hasta Sanabria y el área de David Soria.

Pero ese arrojo, esa audacia, requiere una competencia defensiva, una soldadura eficaz de las costuras que hoy no disfruta este Betis aún embrionario. Puede valer como atenuante la ausencia de los dos laterales derechos, el sancionado Emerson y el confinado Montoya, pero a partir de ahí... hasta el propio Pellegrini puede estar en el foco de los agrios debates en hogares y peñas por su empecinamiento en prescindir de Loren y dar cancha a Sanabria, que volvió a naufragar en el Baetis.

Tendrá que darse prisa Antonio Cordón en reforzar esa banda izquierda, por donde tanto suele colarse el agua. Otra vez se torció todo por ahí. Ni había llegado el cuarto de hora cuando Cucurella, un martillo pilón que castigó al improvisado lateral Bartra, colgó un centro pasado que el Cucho aprovechó como pudo, esto es, cediendo atrás de cabeza para que Nyom la volviera a colgar al área. En el momento en que el Cucho cabecea, Álex Moreno debió acelerar para no perder distancia con el resto de la zaga en la salida. Pero el trote manso del lateral habilitó al rematador Ángel, que soltó una letal media chilena cruzada ante Joel. El asistente levantó el banderín, pero el VAR reveló que el punta estaba habilitado por un metro.

Ese revés, lejos de espolear al Betis, lo desbarató sobre la hierba. Y el Getafe fue a la yugular. Ni un remate fue capaz de hacer el Betis hasta que Cucurella recortó hacia dentro y soltó un derechazo desde la media luna que sorprendió a Joel Robles (39’) para el 2-0. Bartra tiró, albricias, un minuto después fuerte pero centrado y repelió David Soria.

En la tercera acometida de los azules, la sentencia. William Carvalho retrasó un balón a la defensa sin mirar, le cayó a un local y de repente, Ángel fusiló a Joel (42’).

La segunda parte sobró. Pellegrini metió a Borja Iglesias por Guido y retrasó a Canales (46’), pero con dos puntas no hubo más pólvora. Luego, a la hora de juego, entraron Ruibal por Juanmi y Paul por William. Y ya en el minuto 72, Tello por Fekir y Loren por Sanabria. Todos sabían ya que nada bueno iba a pasar: Mandi vio dos amarillas en un minuto, del 82 al 83. Todos sabían desde hacía tiempo que la suerte estaba echada. Todos, quizás, salvo Canales. El único que siguió erre que erre. Como sucedía en aquel viejo Betis al que tanto se pareció el nuevo.

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