Betis - Athletic | La crónica

Tres puntos de un incalculable valor para el Betis (1-0)

  • Un solitario gol de cabeza de Borja Iglesias le da el triunfo a los verdiblancos, que hicieron más que el Athletic en el cómputo global de los 98 minutos que se disputaron

  • Fekir fue expulsado con roja directa en el minuto 80

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Dulce reconciliación del Betis con el triunfo en la Liga. Un solitario gol de Borja Iglesias con la testa sirve para los verdiblancos vuelvan a sumar tres puntos después de las derrotas contra el Sevilla y el Atlético de Madrid. Ésa es una sensacional noticia cuando la competición ya ha embocado las diez últimas jornadas del torneo y, sobre todo, cuando se produce frente a uno de los equipos que aspiraban a ocupar esas plazas europeas. Aunque sea demasiado pronto para las cuentas, el Athletic ya se queda a nueve puntos, nada más y nada menos que nueve, cuando sólo quedan por disputarse una decena de encuentros en la competición.

Fenomenales noticias, por tanto, para la tropa de Manuel Pellegrini en tiempos en los que las miradas se centran en otros dos objetivos bien distintos. La remontada frente al Eintracht, el más inmediato dentro de la Liga Europa, y esa final fijada para el 23 de abril que no se le quita de la cabeza a ni uno solo de los que sienten en verdiblanco por mucho que se aconseje una y otra vez desde los profesionales que no son buenas las distracciones. Conviene subir la escalera escalón a escalón, está claro, y el peldaño que tocaba en la tarde dominguera dictaminaba que era la Liga, el Athletic el complicado rival, y los tres puntos se quedaron en el Benito Villamarín.

También era importante el triunfo en el aspecto psíquico. El Betis aparentaba cansancio, pero era evidente que tenía mucho más de mental que de físico. Dentro de la evidencia de que la mejor medicina para este tipo de patologías está en las alegrías de las victorias, fue también algo palpable en lo referente a las carreras de los futbolistas que el Athletic no llegó más fresco que los verdiblancos a pesar de que éstos llegaban de jugar un partido el pasado miércoles contra un rival que los obligó a desgastarse bastante.

Pero el Athletic sólo dominó en el tramo final por la sencilla razón de que iba perdiendo y estaba obligado a realizar un esfuerzo extra para tratar de empatar. Incluso, por esa absurda expulsión de Fekir que fue lo único que iba a enturbiar la tarde por no saber controlar los nervios ante la provocación de Muniain, pero no pareció que el cuadro de Pellegrini estuviera mucho más fatigado que su adversario cuando se llegó al tramo final del litigio.

Mateu Lahoz le enseña la roja a Fekir. Mateu Lahoz le enseña la roja a Fekir.

Mateu Lahoz le enseña la roja a Fekir. / Antonio Pizarro

El chileno había vuelto a refrescar su alineación con cinco novedades. A saber, entraban Rui Silva, Bartra, Miranda, Paul y Borja Iglesias. La rotación, pues, era algo más comedida que en otras ocasiones, sólo cuatro jugadores de campo y el guardameta, aunque es evidente que con los diferentes problemas físicos que afectan ya también a su plantilla, como a todas lógicamente a estas alturas, tampoco había muchas más alternativas.

Con semejantes mimbres y el mismo esquema futbolístico que casi siempre, aunque con una ayuda más defensiva para Guido Rodríguez en el eje central al tener como compañero a Paul, el Betis se puso a la tarea de tratar de superar el examen del Athletic para volver a la senda de los triunfos. Y el duelo no podía empezar con mejores noticias. A los tres minutos, Borja Iglesias disparaba cruzado para poner por primera vez en apuros al internacional Unai Simón, en el 11’ le puso mostrar Mateu Lahoz la segunda amarilla a un Yuri que jugó con fuego con su entrada a Canales y en el 12 llegaba una ocasión clarísima para Juanmi.

Hace un par de meses hubiera sido gol seguro, pero el malagueño no aprovechó la espectacular pared que le hizo Borja Iglesias para dejarlo solo delante de Unai Simón. Su disparo, al contrario que en su época de mayor inspiración goleadora, que volverá cualquier día seguro, se fue a las manos del portero del Athletic. Éste sí fue un aviso mucho más serio y era el previo al gol de Borja Iglesias en una buena asociación por la izquierda de Fekir con Miranda para que el lateral centrara preciso y el delantero gallego rematara picado con no menos inteligencia en la localización de su cabezazo.

El Betis se había puesto por delante prontito, a los 20 minutos, y por mucho que restara aún un mundo por delante ésa no es una mala cuestión jamás. Tanto es así que ya no se volvería a mover el marcador y, por tanto, los tres puntos se iban a quedar en el Benito Villamarín, aunque existieron multitud de matices antes de llegar a ese punto final. El resto de la primera mitad iba a resultar equilibrado, con opciones, no excesivamente claras, de Fekir, Iñaki Williams y Muniain.

El arranque del segundo acto no iba a tener un dominador claro, aunque la situación era controlada por los anfitriones hasta que se produjo el primer movimiento desde los banquillos. Nico Williams y Balenziaga ingresaban al campo y uno de los que salían era precisamente el delantero centro del Athletic cuando éste estaba un gol por debajo en el marcador. Pero el Betis comenzó a sufrir algo más a partir de ahí y hasta Pellegrini se vio obligado a hacer otro cambio de carácter heterodoxo en su primer análisis. Aitor Ruibal ingresaba por Miranda en el lateral izquierdo para tratar de tapar la vía que provocaba Nico Williams.

Acierto, una vez más, del ingeniero, pues esa zona ya conllevaría más riesgos que los naturales dentro del juego del fútbol. Sí tuvo una opción algo más clara el cuadro vasco a través de la cacha dentro del área de Muniain a Bartra, pero, afortunadamente para el Betis, Rui Silva estuvo muy atento para que aquello no fuera a mayores. La otra medianamente clara fue un cabezazo en plancha del central Vivian, pero los verdiblancos no sufrirían mucho más, salvo lo que tenía que ver con la incertidumbre y la opción de cualquier posible rebote con el destinatario no deseado.

Ni siquiera con la expulsión de Fekir, el único lunar negro del día, llegó algún momento de particular zozobra. El Betis supo manejar la situación de manera perfecta en los 17 minutos que se jugaron desde entonces, contemporizó, tardó en sacar, hizo justo lo que tenía que hacer siempre para que el Athletic no se acercara ni una sola vez con peligro real. Incluso salió Édgar por Paul para levantar un muro mucho más alto. Bien por el manejo de Pellegrini y los suyos, claro que sí, para sumar tres puntos de un valor incalculable cuando ya se entra en el momento decisivo de las diez últimas jornadas del torneo liguero.

 

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