Real Sociedad-Betis | Crónica

El Betis de Rubi se disuelve (3-1)

  • Los verdiblancos sucumben en la galerna de Anoeta y caen a zona de descenso como equipo más goleado de la Liga

  • La debilidad defensiva anula el gol inicial de Loren

Willian José se anticipa a Barragán para cabecear y hacer el 2-1 provisional en Anoeta.

Willian José se anticipa a Barragán para cabecear y hacer el 2-1 provisional en Anoeta. / Javier Etxezarreta / Efe

El Betis frisa el primer cuarto de la Liga a una galaxia de las expectativas, tanto, que malvive ya en la zona de descenso después de caer disuelto en el mojadísimo, que no encharcado, prado de Anoeta. De nada sirvió que Loren se invistiera de Pichichi provisional con su séptimo tanto a los doce minutos de juego. La Real Sociedad era mejor desde el inicio, atacaba mucho más y con franco peligro. Era cuestión de tiempo que el marcador reflejara esa patente superioridad. Y lo hizo con los tantos de Javi García en propia puerta, Willian José y Portu en un mar de embates a la portería del desguarnecido Joel Robles. Lo único que se mantuvo a flote fue el orgullo verde, con Bartra, Joaquín, Fekir y Tello resistiéndose a su suerte hasta el tañido final. Fue lo único.

La galerna disolvió al Betis de Rubi, cuyo crédito se agota en la misma proporción que aumenta la desilusión entre una parroquia, la verdiblanca, que va camino de convertirse en un monumento al amor no correspondido. Ojo, que asoman el Granada en Los Cármenes con el sueño del liderato provisional, y tras la final con el Celta, la visita al Bernabéu y el derbi en Heliópolis antes de otro antipático parón. Momento es de que Rubi ensaye cambios, sobre todo en su esponjoso sistema defensivo. Y también conviene que quienes lo rodean y aconsejan en el club dejen de recitar el maltrato externo a las trece barras como padrenuestro y hagan autocrítica. Será el mejor modo de evitar el infierno.

Agua a mantas, el balón muy vivo, fricciones en todos los rincones del campo, jugadores enardecidos por la intensidad de la batalla. Y el Betis sufriendo un embate tras otro. Su inconsistencia por los costados fue una invitación para un equipo que sabe combinar preciso y rápido en esa letal línea de mediapuntas que dispone Imanol Alguacil por detrás del punta, Willian Jose.

Rubi también ideó que un trío secundara a Borja Iglesias en vanguardia: Joaquín por la derecha, Fekir por dentro y Loren partiendo desde la izquierda para irrumpir en el área a poco que su instinto se lo dictara. Y el delantero marbellí mordió tan pronto como pudo. Fue en una preciosa pared de Barragán con Joaquín. El lateral se coló hasta el área por la línea de fondo y sirvió al primer palo para que Loren ejecutara una vez más. El asistente levantó el banderín convencido, pero el VAR lo corrigió. Zaldúa se había quedado descolgado en la otra banda.

Que los béticos festejaran el gol en diferido, como ocurre cuando te conceden el gol con el invento del VAR, no atemperó su ánimo. Estaban muy metidos. Iban todos a una. Fekir bajaba y se implicaba en controles, arrancadas, conducciones; Loren se aplicaba en echar una mano a Álex Moreno; Borja también se fajaba ante Le Normand y Zubeldia, el dúo de centrales improvisados por las bajas de Llorente y Aritz Elustondo.El problema, y no es cuestión baladí, es que el Betis tiene carencia de jugadores con conceptos defensivos en las alas y en la medular y que encima su entrenador, en lugar de paliarlos, los saca aún más a la luz con su desafinado esquema. Como si a Odegaard, Mikel Merino u Oyarzabal les hiciera falta para verlo...

Ese talón de Aquiles atrás se expone cada vez que hay que defender un balón parado. Y fueron tantísimas las situaciones, que en una, un rebote le cayó a Monreal y éste la puso fuerte y rasa, paralela a la línea de gol, a lo que pasara. Trató de rematar Merino y fue Javi García quien la envió a la red (22’). Diez minutos le duró al Betis la segunda ventaja en esta Liga después de la que propició Fekir en el Camp Nou.

El dúo Canales-Javi García apenas pudo contener la presión y el criterio de los realistas en la zona ancha. Y Zaldua, la inopinada fuente de peligro vasco en la primera mitad, colgó un tenso centro desde su costado para que Willian Jose se colara por la espalda de Barragán y fusilara (37’).

Antes del 2-1, el Betis salió como pudo en dos contragolpes, el primero de Fekir en un arriesgado pase horizontal de Odegaard (30’) y el otro en una galopada de Loren por la izquierda (33’). Poco antes del descanso, Fekir chutó fuerte pero a las manos de Remiro.

Pero los de negro siempre estuvieron a merced de los blanquiazules, que si ya no se fueron 3-1 al intermedio, fue porque Álex Moreno salvó bajo palos un tiro de Portu (42’). Medio gol hubiera sido del recogepelotas que le dio el balón a Oyarzabal para que sacara de banda ante la empanada bética.

Tras el descanso, la Real incluso acentuó el acoso y derribo. Álex Moreno salvó otro gol cantado al interponer su pierna entre el balón y la de Willian Jose, que iba a disparar a quemarropa (47’). Sacrificó su integridad por el gol y se fue a la ducha por Pedraza, pero los errores de Canales en un pase atrás dentro de su propia área y de Barragán llevaron al 3-1 de Portu al rato (58’).

Algo mejoró el Betis con Tello por la derecha, Guardado por dentro, Joaquín a la izquierda y Pedraza tirando para arriba. Estrelló dos palos y mereció otro gol. Pero no le llegó para más. De hecho, está por ver si a Rubi le llega para más. Se disolvió el Betis en la galerna. Y en lontananza asoman negras nubes.

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