Día Mundial de la Neumonía

Expertos abogan por mejorar la vacunación en gripe y neumococo

  • El objetivo es prevenir las neumonías y evitar secuelas graves a largo pazo

  • Un 12% de las personas que padecen una neumonía no tenían patologías previas

Puesto de vacunación para la gripe en un centro de salud durante la actual campaña de inmunización.

Puesto de vacunación para la gripe en un centro de salud durante la actual campaña de inmunización. / Rafael gonzález

Una de las principales complicaciones de la COVID-19 es la neumonía. Pero la neumonía ni es una enfermedad nueva, ni se produce solo por el coronavirus. Por eso es tan importante usar el conocimiento existente para prevenir todas las neumonías posibles. Especialmente en los pacientes en los que una neumonía puede empeorar su calidad de vida a largo plazo. Esta es una de las ideas claves en el Día Mundial de la Neumonía, que se celebrará el 12 de noviembre.

“Igual que el organismo envejece, el sistema inmunitario también, por eso la importancia de la vacunación en personas mayores”, expone Isabel Jimeno, miembro del grupo de vacunas de la SEMG, que participó el pasado jueves en un encuentro organizado por Pfizer y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS).

No solo son un grupo vulnerable las personas mayores, también los enfermos crónicos en general. De las personas que ingresan con una neumonía, se calcula que el 23,9% tiene diabetes, el 18,4% EPOC, el 12,6% alguna patología cardiaca y el 8,8 % asma, entre otros factores de riesgo. El problema en estos pacientes no es solo la fase aguda de la enfermedad, sino los problemas tras la misma. Según Jimeno “tras superar la neumonía, puede que ya no sea suficiente su tratamiento previo, por ejemplo, el paciente con diabetes puede que después necesite insulina o que el de EPOC necesite oxígeno. Esto cambia la calidad de vida de los pacientes”.

Pese a ello, no hay que olvidar que un 12% de los pacientes no tiene patologías previas, por lo que un adulto sano también puede agravarse. Sobre todo, ahora que puede darse el caso de una coinfección. Rosario Menéndez, directora del Área respiratoria del Hospital de la Fe de Valencia, aclaraba que si bien la neumonía es una infección bacteriana, esta puede relacionarse con virus como el de la gripe o el SARS-CoV-2. “El virus puede alterar la respuesta inmune del propio paciente y eso facilita la aparición de una bacteria posteriormente. Por eso esta sinergia entre virus y bacteria hace que en esta época las neumonías sean más comunes”, explica Menéndes.

Estas neumonías relacionadas con los dos microorganismos se dan en un 25 por ciento de los casos, pero cuando sucede, la mortalidad es más alta. Especialmente en los pacientes mayores y crónicos, en los que su sistema inmune ya es más frágil de por sí. Bien porque responda de una forma excesiva o en otros de una forma menor.

Para prevenir estos casos de neumonía, tanto por su fase aguda, como por sus secuelas a largo plazo, que pueden extenderse hasta diez años después de la infección, no es posible aún vacunar del coronavirus. Pero sí de la gripe y del neumococo, una de las principales bacterias causantes de neumonía. A este respecto, Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva de la URJC, recordaba que la vacuna para la neumonía neumocócica es especialmente efectiva. “Con la vacuna conjugada es suficiente con una sola dosis de vacuna”, al contrario que ocurre con la vacuna de la gripe. Pese a ello, las tasas de vacunación aún no son suficientemente altas.

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