''Descubrir que era una persona altamente sensible me ayudó a encajar en el mundo y a convertir mis emociones en creatividad''
Lucía González: testimonio persona PAS
Las personas con Alta Sensibilidad tienen un sistema nervioso más desarrollado que el resto de la gente, lo que se traduce en episodios de sobreestimulación, estrés o la inestabilidad emocional
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Lucía González era una joven granadina adolescente con una vida normal: estudios, amigos, salidas y una familia completamente estructurada. Desde muy temprano destacaba en áreas del lenguaje y el conocimiento y tenía mucha facilidad para la creatividad en materias relacionadas con el dibujo y la creación artística. Pruebas y más pruebas para saber si era una niña con altas capacidades, pero pese a tener habilidades por encima de la media en estas áreas, el coeficiente estaba dentro de una niña de su edad. La responsabilidad en sus tareas y a nivel afectivo, siempre la tildaron de una ''niña especial'' y ''muy madura para su edad'', aunque ella sentía que tenía una sensibilidad más alta que el resto de sus compañeros ante ciertos estímulos y que se abrumaba con facilidad con las emociones y situaciones 'negativas' o de conflicto. La vida siguió su curso y ,con la adolescencia, esas emociones comenzaron a intensificarse y también la idea de que nadie la entendía.
Cosas de la edad, decía su entorno y, también, algunos de los profesionales a los que acudió. En el plano social, su personalidad extrovertida, amable y abierta, la convirtieron en una líder natural desde pequeña, pero siempre con ciertas inseguridades y una empatía que no era recíproca. Hasta que llegó la prueba de fuego que suele marcar a todos los terrenales, el primer amor. Aquí fue cuando la inestabilidad emocional también comenzó a hacer mella. ¿Qué pasaba? Un término iluminó aquel torrente emocional: Persona Altamente Sensible.
En la actualidad, debido a la era de la información en la que vivimos, hay una mayor difusión del conocimiento sobre la alta sensibilidad, lo que está llevando a muchas personas a reconocerse como PAS y a buscar formas de gestionar su sensibilidad para evitar ser afectados negativamente por sus efectos. En la red se pueden encontrar numerosas pruebas para identificar si una persona es altamente sensible o no. En la actualidad, es cada vez más común encontrar a psicólogos, coaches personales y otros expertos en autoayuda que hablan acerca de este término y las características que definen a las personas con alta sensibilidad. En este sentido, existen 5 grandes factores que se usan de modo tradicional para determinar los rasgos de la personalidad de alguien y que son: el factor de apertura a nuevas experiencias, el de responsabilidad o escrupulosidad, el factor de extroversión, el de amabilidad y el factor N, que marca el neuroticismo o la inestabilidad emocional.
La hoy joven y exitosa arquitecta confiesa manifestarlos todos, aunque cree que no hubiera sido posible sin el conocimiento y la ayuda que le proporcionó su psicóloga. De hecho, hasta que la joven granadina descubrió aquel concepto que afecta a un 20% de la población, la estructura del guion de su vida se repitió de la misma forma: decepciones, estrés y tendencia a la ansiedad desde muy temprano. Así, tras una época de episodios depresivos y de ansiedad, sobre todo cuando entró en la universidad y su alarma de responsabilidad se activó, se planteó la idea de acudir a un psiquiatra, aunque ella misma sabía que aquellos síntomas no respondían del todo a ningún trastorno.
Aquello no surtió el efecto esperado y confiesa que, de cierta manera, también se tejió un escudo emocional que la hacía reaccionar de manera agresiva o fuera de lugar en ciertos momentos. ''No sabía gestionar las emociones negativas, no sabía salir de una situación tensa, me abrumaban y generaba mecanismos de autodefensa que me hacían saltar a la más mínima, imaginando un escenario que, en muchas ocasiones, no sucedía'', explica a este medio.
Y es que, es muy común que estas personas reaccionen de dos maneras extremas ante este tipo de experiencias o situaciones: a la defensiva o de manera sumisa. También es común que ignoren las emociones negativas y se alejen de las personas y los entornos que le generan estrés, algo que les afecta especialmente. Así, como hemos mencionado, tras la primera decepción amorosa, esta joven comenzó a tapar esas emociones y a volcarlas en ocupaciones y nuevas experiencias. ''Ahora sé que eran mecanismos de huida, al final tienes que enfrentar e integrar todas las emociones, forman parte del espectro vital'', declara.
Luego llegó su primer trabajo, todo parecía idílico. Era en Madrid, el sueño de cualquier persona que esté abierta a nuevas experiencias, pero aunque las condiciones laborales objetivas eran favorables, las subjetivas eran sumamente desfavorables: su lugar de trabajo estaba ubicado en el ajetreado centro de la capital, lo que le causaba distracciones y estrés debido al constante ruido y multitudes. Además, el ambiente dentro del estudio donde trabajaba era muy competitivo, lo que añadía aún más estrés a su trabajo. Lo dejó, nadie lo entendió. "Pensamos 10 veces más, enlazamos las cosas, todo lo que sea sensorial es multiplicado... nos vamos a otro mundo. Empatizamos más, percibimos las sensaciones o la incomodidad ajena, sin buscarlo intuimos. Llegamos a tanta sobreestimulación que nos saturamos. Hay quienes les da dolor de cabeza, otros entran en ataque de pánico... y otros dejamos trabajos'', bromea.
Ahí fue cuando buscó la ayuda de la psicóloga que le abrió las puertas a este nuevo mundo. ''Lo que experimenté se transformó en una intensa estimulación emocional y sensorial que se prolongó por demasiado tiempo. Como resultado, mi cuerpo empezó a reaccionar de manera adversa desde un punto de vista fisiológico''. Y continúa, ''mi psicóloga me enseñó a cómo controlar estas emociones, canalizarlas, no dejar que envuelvan todo mi mundo.''
Parte de la evolución
En esta travesía para conocer y tratar mejor sus emociones, aprendió que la alta sensibilidad tiene un componente genético, aunque en su caso cree que no es de sus padres. En este sentido, se cree que hay un componente genético involucrado en la alta sensibilidad, aunque también puede ser influenciada por factores ambientales y experiencias de vida. Algunos estudios han encontrado que hay ciertas variantes genéticas que pueden estar asociadas con la alta sensibilidad, aunque la investigación en esta área aún es limitada.
A este respecto, el componente hereditario, según indican desde la Asociación de Alta Sensibilidad, tiene un sentido para la protección y la evolución de la especie, más relacionado con el cerebro reptiliano, responsable del mantenimiento de las funciones necesarias para la supervivencia inmediata o el límbico, responsable de la aparición de las emociones asociadas a cada una de las experiencias que se viven. Estas áreas cerebrales se activan provocando síntomas fisiológicos que suelen responder a lo que las personas que los padecen denominan como ansiedad, sobreestimulación o saturación. La joven señala, en este punto, que '' la sociedad necesita personas que manifiesten y visibilicen su sensibilidad aprovechando todas las características que ofrece, más allá de las barreras.''
La granadina si reconoce que huno un momento que quiso aislarse y alejarse de todo. ''Lo que para todo el mundo es estresante, para la persona con alta sensibilidad lo es con más intensidad y más corto en el tiempo". Y continúa, ''La mejor opción era dejarlo todo y quedarme conmigo misma, dejar de darle vueltas a las cosas, estaba agotada".
González señala así la importancia de un diagnóstico temprano, crucial para evitar situaciones extremas como el suicidio, ya que las personas altamente sensibles pueden sentirse abrumadas por el estrés y los estímulos del entorno y tener dificultades para encontrar un lugar en el mundo que satisfaga sus necesidades emocionales y psicológicas.
Conocer y aceptar la propia alta sensibilidad puede ayudar a cerrar heridas emocionales y liberar a la persona, permitiendo que la persona encuentre un lugar en el mundo donde se sienta cómoda y respetada por quienes la rodean. ''Descubrir que era una persona altamente sensible me ayudó a encajar en el mundo y a convertir mis emociones en creatividad'', afirma.
La solución final
El tratamiento de las personas con alta sensibilidad varía dependiendo de la situación individual de cada persona y de sus necesidades emocionales y psicológicas. Algunas personas pueden encontrar beneficio en la terapia, que les puede proporcionar herramientas para manejar mejor el estrés y la sobrecarga sensorial, así como para mejorar su autoestima y su confianza en sí mismas. También puede ser útil aprender técnicas de meditación y relajación, practicar la atención plena y establecer límites claros en sus relaciones personales y profesionales: ''es importante que las personas con alta sensibilidad encuentren un ambiente que les permita expresarse y crecer sin sentirse juzgados o incomprendidos'', conseja una ya experimentada Lucia.
Dentro de estas pautas ''se incluye buscar trabajos y amistades que valoren su sensibilidad, establecer límites claros en las relaciones personales, y encontrar espacios donde puedan sentirse seguros y tranquilos'', asevera. Y relata que ''ahora todo está ordenado, mi mundo, mi trabajo y mis relaciones. En cuanto a las emociones, todavía encuentran espacios en los que colarse y jugarme malas pasadas, pero ya consigo reconocerlo'', sentencia.
Para ella, el hecho de descubrir las sombras y luces de su ''rasguito'', como lo denomina, ha conseguido que su experiencia y su vida sirvan para ayudar a otros y comprender e integrar a la perfección dos mundos que viven con ella y que la han enseñado a ''conectar con el dolor propio y ajeno''.
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