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Robótica
El lenguaje no verbal es un componente importante de la comunicación entre seres humanos. Las expresiones faciales nos aportan una información extra con la que somos capaces de generar vínculos y confianza con personas con las que entablamos nuevas relaciones.Si los robots más avanzados ya son capaces de intervenir quirúrgicamente, repartir comida, hacer las tareas de casa o conducir vehículos, en el avance de la ciencia y la robótica, el factor inexpresivo siempre ha sido uno de los mayores obstáculos para sus creadores.
El factor humano y la expresión de las emociones continúan siendo un camino a mejorar. Durante décadas, las partes del cuerpo de los robots han sido de metal o plástico duro, materiales demasiado rígidos para tener la flexibilidad que exige emular al rostro humano. Con el creciente uso de robots en lugares en los que robots y humanos deben colaborar estrechamente, desde residencias para ancianos hasta almacenes y fábricas, la necesidad de un robot que no solo tenga aspecto humano sino que además sea receptivo a la expresión de emociones humanas, es uno de las principales líneas de trabajo de los robotistas.
EL NACIMIENTO DE EVA
Eva nació de la idea de un grupo de robotistas de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York interesados desde hace tiempo en las interacciones entre robots y humanos. Este equipo lleva cinco años trabajando en la creación y desarrollo de EVA, un nuevo robot de tipo androide y autónomo con un rostro blando y expresivo que es sensible a las expresiones faciales de los humanos que tenga cerca y es capaz de corresponder a ellas.
EVA puede causar la sensación de corresponder con 'empatía' a las emociones ya que expresa las seis emociones básicas: ira, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa, así como versiones menos marcadas de ellas y también diversas combinaciones.
MÚSCULOS ARTIFICIALES
Para lograrlo cuenta con "músculos" artificiales (a base de motores y cables) que tiran de puntos específicos de la cara de EVA, imitando los movimientos de los más de 42 músculos diminutos unidos en varios puntos a la piel y los huesos de las caras humanas.
Esto es mérito de la parte mecánica pero también de la informática, ya que EVA, gracias al sistema de inteligencia artificial con el que se la ha dotado, es capaz de "leer" las expresiones de emociones y luego corresponder a ellas. La capacidad de EVA para reproducir una amplia gama de expresiones faciales humanas diferentes la ha aprendido mediante la táctica de prueba y error a partir de la observación de vídeos de sí mismo.
Los creadores de EVA advierten que esta androide es todavía un experimento de laboratorio, y que su capacidad de comunicación no verbal está aún muy lejos de la compleja forma en que los humanos nos comunicamos entre nosotros mediante expresiones faciales. En cualquier caso, es muy probable que en un futuro no muy lejano la tecnología desarrollada para EVA acabe teniendo aplicaciones en muchos tipos de androides de la vida cotidiana que interactúan con humanos.
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