Día Internacional de la Epilepsia

Epilepsia: enfermedad muy antigua, con muchos estigmas sociales y que afecta a millones de personas en todo el mundo

Profesionales médicos haciendo un escáner cerebral a una paciente.

Profesionales médicos haciendo un escáner cerebral a una paciente.

La epilepsia es un trastorno cerebral que afecta a 50 millones de personas en todo el mundo y cada año se diagnostican más de 2,4 millones de nuevos casos de esta enfermedad caracterizada por producir, de forma recurrente, convulsiones, comportamientos y sensaciones inusuales o episodios de alteración de la conciencia.

En España, unas 400.000 personas padecen esta patología que se coloca como la primera enfermedad neurológica más frecuente en niños y la tercera en adultos mayores, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). 

Las convulsiones se producen por descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales originadas en distintas partes del cerebro. Pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves como la pérdida de conciencia. La frecuencia es variable. Hay episodios que se dan una vez al año y hay casos que se repiten hasta varias veces en el día.  

Aunque la sintomatología más característica o, al menos la más reconocida, son la rigidez del cuerpo y las convulsiones, en realidad, esto solo le pasa a un 30% de los pacientes. Otros síntomas muy comunes son también la falta de respuesta a estímulos, la desconexión del entorno o experimentar movimientos anormales en alguna parte del cuerpo.

Estigmas sociales

Maltrato psicológico, acoso escolar, falta de amigos y la imposibilidad de tener una vida social como la de los demás, hay hasta a quien lo despiden, si en la empresa se enteran de que tiene ataques epilépticos... La estigmatización y la falta de comprensión de la sociedad pueden llevar a la discriminación y al aislamiento social de las personas con epilepsia y todo esto puede derivar en patologías añadidas como la ansiedad y la depresión, debido a la percepción negativa de la sociedad hacia estas personas.

La conciencia pública y el apoyo a las personas con epilepsia son fundamentales para combatir la estigmatización y mejorar su calidad de vida. La educación sobre esta enfermedad puede ayudar a eliminar los prejuicios, fomentando un entorno más inclusivo y comprensivo. Según los testimonios de los pacientes, "la gente piensa que la epilepsia son crisis convulsivas y poco más". 

Muchas veces estos prejuicios son los que dificultan el diagnóstico que, si llega a ser tardío o recibe un tratamiento inadecuado, puede acabar afectando a la salud mental, derivando en patologías como el estrés y la ansiedad.

Según la Organización Mundial de la Salud: "Si se diagnosticara a tiempo, se podría contribuir a que la persona llegue a controlar la enfermedad y hasta un 70% de las personas que la padecen, podrían vivir sin convulsiones. Pasados dos años sin ellas, podría considerarse la posibilidad de suspender la medicación".

Todo dependerá de la evolución del paciente, por lo que igual de importante es promover la investigación y desarrollo en tratamientos de esta enfermedad con los que poder comprender las causas que originan la epilepsia. En este sentido, aseguran, que sí que ha habido avances, tales como "magnetismo, cirugía láser, incluso, inteligencia artificial para diagnósticos".

Causas de la enfermedad

La epilepsia no es contagiosa, por lo demás poco se conoce acerca de las causas que lo originan y pueden ir desde un daño cerebral provocado durante el parto, algún traumatismo durante el nacimiento, bajo peso al nacer, etc. También puede ser por:

  • malformaciones congénitas o trastornos genéticos con malformaciones cerebrales asociadas
  • traumatismos craneoencefálicos graves
  • accidentes cerebrovasculares que impiden la llegada normal de oxígeno al cerebro
  • infecciones cerebrales como meningitis, encefalitis o neurocisticercosis
  • tumores cerebrales.

Qué hacer y qué no ante un ataque epiléptico

Lo que debes hacer:

  1. Mantener la calma ya que la persona se va a recuperar por completo minutos después de la crisis
  2. Evitar golpes y otros peligros
  3. Dirigirse al paciente con un lenguaje calmado, no amenazante
  4. Tumbar a la persona sobre un costado
  5. Ayudar al enfermo a respirar
  6. Observar.

Lo que no debes hacer:

  1. No trates de sujetar, ni evitar que se mueva la persona
  2. No le pongas nada en la boca porque podría lesionarle los dientes o la mandíbula
  3. No intentes hacerle respiración boca a boca 
  4. No ofrezcas agua, ni alimentos hasta que no esté completamente alerta

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