El virus de boca-mano-pie es una infección viral bastante frecuente que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Pueden darse casos de esta enfermedad en adultos, pero son los más inusuales. El virus se transmite por un contacto directo con la persona enferma a través de las pequeñas partículas que se desprenden al hablar, toser o estornudar o por tocar las superficies contaminadas por la persona enferma.

Es una enfermedad leve, que dura de siete a diez días y se caracteriza por la aparición de llagas en la boca, las manos y los pies, presentando cuadros de fiebre, dolor de garganta y pérdida de apetito. Pueden ser llagas, pero también úlceras. Hay que tener en cuenta que la transmisión se puede volver a repetir, es decir, si un niño ha pasado por el virus boca-mano-pie tiene más anticuerpos, pero no se inmuniza, por lo que puede volver a contagiarse, si no se toman las medidas oportunas. 

Esto quiere decir, por otra parte, que al ser un virus ambulatorio, es difícil hacer un recuento exacto de las personas contagiadas. Lo que sí se puede asegurar es que se han dado casos de este virus en varios centros educativos en Sevilla en los últimos días.

Cómo se contagian los adultos

Aunque sean menos los casos de adultos contagiados, dado que es una enfermedad más propia de la infancia la cual afecta a los menores de diez años, y mucho más, a niños que tienen menos de cinco años, la manera de contagio es la misma que entre los menores. Como cualquier cuadro vírico que se presente, siempre hay opciones de que los niños contagien a los padres o, incluso, a profesores y a cuidadores. 

Es un porcentaje de posibilidades que ronda entre un 10% y un 20%, solo un 1% puede presentar cuadro clínico. En cualquier caso, no está de más adoptar medidas preventivas porque la infección puede venir también del contacto físico como los besos, abrazos, compartir vasos o cubiertos, respectivamente. 

Si tienes en casa casos de virus boca-mano-pie es importante que el menor esté controlado por su pediatra y, por lo que respecta a los adultos, deben tomar otras medidas preventivas como:

• Lavarse bien las manos, sobre todo al cambiar los pañales porque el contagio puede venir a través del contacto con las heces infectadas de una persona infectada.
• Ventilar el ambiente y mantener los espacios desinfectados ya que los adultos se pueden contagiar al tocar una zona contaminada porque previamente la ha tocado el menor. Un virus puede sobrevivir varios días en las superficies de las áreas comunes, incluidos los picaportes, y en objetos de uso compartido, como los juguetes.
• Evitar, en la medida de lo posible, el contacto con las personas enfermas ya que el contagio se debe al contacto estrecho con las secreciones respiratorias.