¿Qué debes hacer si sufres una reacción adversa a la vacuna del covid?
Aunque los casos registrados de reacciones adversas a la vacuna son una minoría, existe la posibilidad, como con cualquier otra vacuna o medicación, de sufrir algún tipo de reacción. Por ello, es buena idea saber cómo deberíamos actuar en el caso de que se produjese.
Ómicron ha puesto a Europa en alerta. La nueva variante del coronavirus, mucho más contagiosa que las versiones anteriores del virus (en España ya supone casi la mitad de los nuevos casos), ha obligado a los diferentes países a acelerar el proceso de administración de la tercera dosis. Y es que diversos estudios han demostrado que un tercer pinchazo eleva los niveles de defensas del sistema inmune.
Las vacunas protegen directamente a cada persona vacunada y también al resto de la población ya que reducen el número de personas que pueden contraer la enfermedad y contagiarla. Cuantas más personas se vayan inmunizando, menor probabilidad habrá de que el resto se exponga al virus. Pero eso no es óbice para que se puedan seguir sufriendo reacciones adversas a la vacuna.
¿Cómo comportarnos ante una reacción adversa de la vacuna?
Las reacciones adversas provocadas por las vacunas que se utilizan para la covid no suelen ser graves y de intensidad leve o moderada, desapareciendo a los pocos días tras la vacunación. Si excepcionalmente tras la vacunación surgen reacciones que persisten en el tiempo o cuya intensidad haga sospechar que sea una reacción adversa grave "debes buscar atención sanitaria en tu centro de salud u hospital de referencia, según la importancia de la reacción", tal y como explican desde el Ministerio de Sanidad a través de su portal de vacunación covid.
Si ocurre una reacción adversa tras la vacunación, debes buscar atención sanitaria en tu centro de salud u hospital de referencia
Además, es muy importante que el personal sanitario y la ciudadanía notifique la reacción adversa al Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano (SEFVh), que registra y analiza las reacciones adversas notificadas para establecer si tienen o no relación con la vacunación.
Este mismo protocolo se establece también a nivel europeo, a través de la Agencia Europea de Medicamentos, y mundial, con la Organización Mundial de la Salud como nexo de unión. Esta información recopilada se evalúa constantemente para vigilar la seguridad de las vacunas. En España podemos estar informados puntualmente a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
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