Una entrañable procesión que esconde todo un tesoro. La hermandad del Museo ha recuperado, tras una década de ausencia, su particular cruz de mayo, una procesión destinada de manera especial a los niños de la corporación, y que emula el formato tradicional que observamos prácticamente a diario en nuestras calles durante este mes: un cortejo breve, el pasito con la cruz y algún acompañamiento musical.
![La réplica de la Virgen de las Aguas, de Álvarez Duarte](/2024/05/26/semana_santa/replica-Virgen-Aguas-Alvarez-Duarte_1906320210_213404959_1200x1802.jpg)
La réplica de la Virgen de las Aguas, de Álvarez Duarte
La procesión, que se celebró el pasado sábado, ha captado la atención de los cofrades por una razón singular. A los pies de la cruz paso de los más mayores figuraba una reproducción, a pequeña escala, de la Virgen de las Aguas, la titular de la corporación, y que se ha venido a apodar cariñosamente como "Agüitas". La imagen resulta ser, ni más ni menos, que una obra de Luis Álvarez Duarte, afamado e insigne imaginero de cuyo nacimiento se conmemoran en estos días los tres cuartos de siglo.
Esta réplica de la dolorosa fue un regalo del propio Duarte a Antonio Rincón, bordador sevillano que confeccionó, entre otras obras, el antiguo palio de la Virgen de Guadalupe. Al fallecer, sus familiares directos la heredaron y posteriormente la donaron a la hermandad del Museo, donde hoy se conserva con su propio ajuar de cultos e incluso diademas.
La "Agüitas" procesionó, como decimos, sobre un paso más reducido que el primitivo, y que ha sido cedido por Vera-Cruz. El cortejo salió desde las dependencias que posee la corporación en la calle Goles en dirección a la capilla, donde se unió al paso de los más pequeños, que había salido desde la casa hermandad. Una vez unificados ambos cortejos, regresaron conjuntamente por San Vicente a la calle Goles. El acompañamiento musical corrió a cargo de una representación de músicos de la Banda de cornetas del Cristo de la Sangre, de San Benito. Una cruz de mayo que bien merece la pena conocer y que enriquece, más aún, la magia y la pureza de estos particulares cortejos.
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