Una cuaresma que no tiene precio

Los comercios cofradieros vivirán de nuevo unas semanas demasiado tranquilas por culpa de la pandemia y sobreviven gracias a la venta de aromas

Crean un gel hidroalcohólico con olor a incienso

Los tejidos para colgaduras en los balcones se han convertido en uno de los productos más vendidos.
Los tejidos para colgaduras en los balcones se han convertido en uno de los productos más vendidos. / Juan Carlos Vázquez
Álvaro Ochoa

21 de febrero 2021 - 06:03

Otros años, otras cuaresmas y otras primaveras ha sido relevante saber cuánto ha subido o bajado el precio del capirote, el esparto o la túnica de esta o aquella hermandad. El frenesí comenzaba con el adiós de la carroza del rey Baltasar y terminaba la mañana previa a salir de nazareno. 2020 a medias y 2021 por completo han acabado con las colas en las puertas de los comercios tradicionales cofradieros. Una Semana Santa sin pasos pasa como si no hubiera Semana Santa para sus negocios. "El asunto está bastante feo", explica Carlos Gavira, de la trianera Territorio Cofrade.

Este comerciante, como tantos otros del sector de la capital andaluza, explican que "el momento fuerte de ventas era la cuaresma y este año va fatal". Gavira, que ha decidido sólo abrir por las mañanas ante la falta de público por las tardes, explica que "lo poquito que se vende es incienso, carbón y algún llavero". Productos para vivir estas semanas en el interior de las casas. No obstante, intentan adaptarse al máximo a la situación y ofrecer a los clientes recortables cofradieros o mascarillas temáticas con los nombres y escudos de las hermandades.

Algunas tiendas cofradieras han optado por echar el cierre.
Algunas tiendas cofradieras han optado por echar el cierre. / Juan Carlos Vázquez

Cerca de dicho comercio, se reparten muchos más. La Casa del Cofrade, en la Plaza del Altozano, es uno de ellos. Aunque, además de la tienda física, este negocio cofradiero potencia al máximo la venta por internet. Una modalidad que se ha multiplicado desde el inicio del estado de alarma y el confinamiento del pasado año. "La pandemia nos está afectando en la confección de túnicas y ropa de costalero y el cierre perimetral nos impide recibir visitas de turistas", explica Milagros Pastor, su propietaria. No obstante, Pastor cuenta que "la apuesta firme que hicimos hace más de 10 años por la venta online nos está ayudando a amortiguar el golpe". Este negocio trianero comenzó en 2009 a vender a través de redes sociales y cuenta con una potente página web en la que, al igual que sus vecinos de Territorio Cofrade, lo más vendido es el pack incensario e incienso.

En la Antigua Casa Rodríguez, comercio fundado en 1816 en la céntrica calle Alcaicería, el panorama es similar o peor. "Lo estamos pasando mal", relata María del Río. Recuerda que "el año pasado tuvimos algo, pero lo fuerte lo perdimos", aludiendo al inicio del estado de alarma en plena cuaresma. Del Río, que mantiene a todos sus trabajadores en plantilla a pesar del brusco descenso de ingresos, pide "ayudas directas para los artesanos", puesto que este negocio, además de vender artículos cofradieros, confecciona pelucas para imágenes. Una muestra de su trabajo se podrá ver en la exposición de Arte Sacro que tendrá lugar próximamente en la planta baja del Ayuntamiento. Los encargos venidos de toda España también han desaparecido y se consuela argumentando que "por lo menos el local es mío y por ahí puedo ir tirando". A esto acompaña la venta de unas novedosas barritas de incienso que "no necesitan carbón, no ensucian nada y el olor está muy conseguido".

Los escudos, los antifaces y las túnicas tendrán que seguir en el armario y las vitrinas un año más.
Los escudos, los antifaces y las túnicas tendrán que seguir en el armario y las vitrinas un año más. / Juan Carlos Vázquez

Por tanto, será una primavera de aromas. No habrá pasos, pero muchos los intuirán pasar al cerrar los ojos y respirar los cada vez más tipos de incienso que ofrece el mercado. La empresa Inciensos de Sevilla, ubicada en la Ronda del Pío XII, es una de las especializadas en este asunto. Y sus productos son tan cofradieros como sus nombres: Costaleros, Catedral, Santo Entierro, Aroma de Triana, Coronación o Palio. Además, comercializan incensarios que recrean a las principales formaciones musicales de Sevilla como Tres Caídas, Cigarreras o Virgen de los Reyes. Es decir, la imaginación y la especialización llevada a su máxima expresión para llenar el hueco que dejan las procesiones. Tanto en el espíritu de los fieles como en los ingresos de los comercios que mantienen la tradición cofradiera en la capital de la Semana Santa.

Las confiterías confían en la venta de dulces

Las confiterías, cafeterías y bares dependen directamente de la cantidad de público que pase por sus puertas. Esta cuaresma y esta Semana será muy inferior a la de 2019 pero superior a la de 2020, en que estuvieron cerrados. Las numerosas actividades organizadas (exposiciones, conciertos o cultos) pueden hacer que haya mayor movimientos y los dulces típicos de estas fechas no se queden en los obradores y las vitrinas de los negocios hosteleros.

Torrijas, pestiños o leche frita vuelven a ser una cuaresma más los manjares más buscados. O encargados, puesto que ha crecido la demanda a domicilio o para llevar. Un ejemplo es la Confitería Los Ángeles, que ya las vendió la primavera pasada. Este 2021 las ofrece a 2,50 euros.

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