Las iglesias de la Madrugá: templos que custodian los tesoros de la Semana Santa sevillana

La Madrugada del Viernes Santo representa el momento más intenso y místico de la Semana Santa sevillana, con seis hermandades que realizan su estación de penitencia desde templos históricos repartidos por distintos puntos de la ciudad. Estas iglesias y basílicas, custodios de algunas de las imágenes más veneradas de Sevilla, se convierten durante esta noche en epicentros de devoción y fervor popular.

Este recorrido por las iglesias que protagonizan la Madrugada ofrece una perspectiva diferente para comprender la tradición cofrade, pues permite apreciar no solo las imágenes titulares de incalculable valor artístico, sino también la riqueza arquitectónica y religiosa que representan estos templos históricos.

Iglesia de San Antonio Abad

La Iglesia de San Antonio Abad, ubicada en la calle Alfonso XII, es un templo singular compuesto por dos naves pertenecientes a corporaciones originalmente distintas: un hospital y la Hermandad del Silencio, que se fusionaron arquitectónicamente en el siglo XVIII. La construcción del edificio actual fue dirigida por Diego Antonio Díaz, quien concibió dos espacios de planta rectangular y cabecera plana, unidos por una bóveda de cañón.

Este templo es la sede canónica de la Hermandad del Silencio, una de las más antiguas de Sevilla, cuyos titulares son Jesús Nazareno y la Virgen de la Concepción. La Virgen de la Concepción fue tallada en madera por Sebastián Santos en 1951.

Las dos fachadas del templo presentan sendas portadas diferenciadas. La que da a la calle El Silencio es sencilla y tiene sobre ella un azulejo de la Inmaculada, mientras que la que da a Alfonso XII, entrada principal de la iglesia, es del siglo XVIII y cuenta con un tímpano partido que aloja una pintura de Fray Diego de Alcalá y los escudos del Silencio.

El interior de una de las naves posee un bello presbiterio decorado con pinturas murales y una cubierta de bóveda de cañón, ornamentada también con murales del siglo XVII recientemente recuperados, obra de Domingo Martínez y Juan Espinal. Su retablo mayor es barroco, del siglo XVII, y está presidido por Nuestro Padre Jesús Nazareno abrazando la Cruz.

Basílica del Gran Poder

La Basílica del Gran Poder, situada en la Plaza de San Lorenzo, fue edificada específicamente para acoger la imagen de Jesús del Gran Poder. El edificio, de estilo neobarroco, presenta una portada que mezcla elementos del renacimiento y el barroco. La puerta está flanqueada por dos columnas torneadas y un gran relieve con el escudo de la corporación, coronada por una espadaña con tres campanas y rematada con una cruz de forja.

Es la sede de la Hermandad del Gran Poder, que procesiona durante la Madrugada con dos de las imágenes más veneradas de Sevilla: Jesús del Gran Poder, obra maestra de Juan de Mesa, y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, imagen anónima del siglo XVII. El culto al Señor del Gran Poder, conocido popularmente como "El Señor de Sevilla", trasciende el ámbito cofrade para convertirse en una de las devociones más arraigadas de la ciudad.

El interior de la basílica presenta una planta concéntrica circular con añadidos, precedida de un atrio porticado con grandes balconadas. A la derecha se encuentra la salida del besapiés del Señor y la sala de recuerdos, y a la izquierda el antiguo tesoro. La nave principal es sencilla, con un zócalo de gran altura de mármol rojo y negro que alterna con los muros blancos. El altar está elevado en el presbiterio y es de madera tallada y dorada, imitación del que diseñara para la capilla de San Lorenzo el pintor Gonzalo Bilbao.

Basílica de la Macarena

La Basílica de la Macarena, bendecida por el Cardenal Segura el 18 de marzo de 1949, se construyó específicamente para albergar a los titulares de la Hermandad de la Macarena, que hasta entonces se encontraban en la Iglesia de San Gil, incendiada en 1936. Es la primera y única basílica consagrada a una dolorosa en Sevilla.

Sede de la Hermandad de la Macarena, alberga al Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza Macarena, posiblemente la dolorosa más popular de Sevilla, que fue coronada canónicamente en 1964. En 2025, la Virgen procesionará por primera vez en la Madrugada con la Rosa de Oro concedida por el Papa Francisco.

El templo consta de planta basilical de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y cuatro capillas laterales. Su entrada presenta un pórtico que combina arco y dintel sobre columnas marmóreas, y una escultura que representa la virtud teologal de la Esperanza. El interior está decorado con mármoles de varios colores y pinturas al fresco dedicadas a la Virgen, destacando el camarín decorado con orfebrería de Fernando Marmolejo donde se ubica la Virgen de la Esperanza Macarena.

Junto a la basílica se encuentra el museo-tesoro de la Hermandad, uno de los más ricos de la ciudad, con cinco salas repartidas en tres plantas que ofrecen un recorrido por la historia de la corporación y de la Semana Santa sevillana.

Capilla de los Marineros

La Capilla de los Marineros, situada en la calle Pureza en pleno corazón de Triana, fue construida en 1759 tras el terremoto de Lisboa de 1755, que arruinó la Parroquia de Santa Ana. Allí residía desde 1736 la Hermandad de la Esperanza de Triana, que realizó un largo recorrido por diferentes templos trianeros antes de asentarse definitivamente en esta capilla.

Es la sede canónica de la Hermandad de la Esperanza de Triana, que cada Madrugada procesiona con el Cristo de las Tres Caídas y la Virgen de la Esperanza.

La portada exterior se enmarca en el estilo arquitectónico sevillano de la segunda mitad del siglo XVIII, con un vano rectangular y un dintel sostenido por canecillos sobre el que se apoya un frontón partido por una hornacina. En ella se encuentra una Inmaculada Concepción, obra de Antonio Illanes. Corona la portada una espadaña con tres campanas realizada en 1965.

El interior del templo está formado por tres naves, destacando la central, cubierta por un artesonado neomúdejar realizado en madera de pino rojo con filetes dorados y adornos tallados, que procede de la Iglesia del Colegio de Villasís y fue adquirido a los Padres Jesuitas.

Santuario de la Salud

El Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada, ubicado en la calle Verónica, es producto de una importante reforma realizada a finales del siglo XX en la iglesia del antiguo convento del Valle, que data de principios del siglo XV. Dominicos y franciscanos habitaron el convento hasta la desamortización en 1835 y su posterior derribo y reconstrucción a finales del siglo XIX.

Es un edificio moderno y austero de estilo neogótico, con una portada en el fondo de la nave central que muestra óculos y ventanas. En una de sus fachadas laterales se abre una gran puerta que permite la salida de los pasos de la Hermandad de los Gitanos, protagonista del santuario desde su llegada en 1999, tras una reforma sufragada por la duquesa de Alba, que está enterrada en el propio templo.

El interior del santuario tiene un atrio con azulejos de los titulares de la hermandad que da acceso a la tienda de recuerdos y a las tres naves. El presbiterio cuenta con un altar mayor presidido por Nuestro Padre Jesús de la Salud, obra de José Manuel Rodríguez Fernández-Andes realizada en 1938, y el camarín de la Virgen de las Angustias, tallada y donada por el mismo imaginero un año antes. Esta pieza barroca del siglo XVIII procede del convento astigitano de Santa Florentina.

Iglesia de la Magdalena

La Iglesia de la Magdalena, de estilo barroco, fue proyectada por Leonardo de Figueroa y levantada entre finales del siglo XVII y comienzos del XVIII como templo del convento de San Pablo el Real. En 1970 fue declarada Bien de Interés Cultural. Durante la invasión francesa, las tropas saquearon el convento y lo ocuparon como cuartel. El derribo en 1811 de la iglesia que había en la cercana Plaza de la Magdalena hizo que esta tomara su nombre.

La Hermandad del Calvario tiene en este templo su sede canónica, procesionando durante la Madrugada con el Cristo del Calvario, obra de Francisco de Ocampo, y la Virgen de la Presentación, atribuida a Juan de Astorga.

La fachada principal no es la más conocida actualmente de esta iglesia, ya que se encuentra a los pies de la nave principal y está realizada en piedra. En el lado de la epístola hay tres accesos más visibles y habituales para los fieles: uno da a la Capilla de la Quinta Angustia, otro es el habitual para acceder al templo y para que salgan los pasos en Semana Santa, y el tercero conecta con el transepto.

El interior de la Magdalena tiene tres naves longitudinales y una transversal. La central es más alta y ancha que las laterales y está dividida en cinco tramos. En el Altar mayor se encuentra un retablo del siglo XVIII, atribuido a Leonardo de Figueroa y Pedro Duque Cornejo, que con sus 160 metros cuadrados es el segundo mayor de la ciudad después del de la Catedral.

Este recorrido por las iglesias de la Madrugada permite apreciar no solo la riqueza artística y patrimonial de estos templos, sino también comprender mejor el contexto histórico y cultural en el que se desarrolla la noche más mágica de la Semana Santa sevillana, una tradición que combina fervor religioso y expresión artística en uno de los conjuntos monumentales más importantes de España.