¿Por qué se llama el Cristo del Cachorro?
Una leyenda del siglo XVII vincula la expresión de la talla sevillana con un gitano de Triana asesinado, cuya agonía inspiró al escultor Francisco Antonio Gijón
El Cachorro ya se encuentra en el Vaticano

Sevilla/La imagen del Cristo de la Expiración, popularmente conocido como 'El Cachorro', esconde tras su expresión agónica una de las historias más fascinantes de la Semana Santa de Sevilla. Esta talla procesional, venerada en el barrio de Triana, debe su sobrenombre a una leyenda del siglo XVII que relaciona el rostro de Cristo con la agonía real de un gitano apodado 'Cachorro', según recoge la propia hermandad basándose en el libro 'Leyendas, Tradiciones y Curiosidades Históricas de la Semana Santa de Sevilla'.
La tradición oral, transmitida durante siglos, relata que un gitano trianero conocido como 'Cachorro' cruzaba diariamente el puente de barcas hacia Sevilla para visitar a una mujer. Estas visitas despertaron los celos enfermizos de un hombre que, convencido de que el gitano mantenía una relación ilícita con su esposa, decidió tomar venganza. En un fatídico encuentro en la venta Vela, el celoso atacante asestó siete puñaladas mortales al gitano mientras este sacaba agua de un pozo.
Lo extraordinario de esta historia reside en la presencia del escultor Francisco Antonio Gijón durante el trágico suceso. El artista, impactado por la expresión agonizante del moribundo, captó aquel gesto en un carboncillo y posteriormente lo inmortalizó en la talla del Cristo de la Expiración. Según la leyenda, cuando la imagen procesionó por primera vez en 1682, algunos vecinos de Triana exclamaron sorprendidos: "¡Mirad, si es el cachorro!".
El trágico destino de una historia silenciada
La leyenda añade un giro dramático al revelar que el asesinato fue fruto de un terrible malentendido. Tras la intervención de la justicia, se descubrió que la mujer a quien visitaba el 'Cachorro' no era la esposa del asesino, sino su propia hermana bastarda. El gitano, para proteger la reputación de su hermana, había mantenido en secreto este parentesco, un silencio que acabaría costándole la vida.
Actualmente, el Cristo del Cachorro se encuentra en Roma para participar en el Jubileo de las Cofradías, una celebración organizada por el Vaticano como parte del año Jubilar 2025 y que incluye una procesión de la imagen en su paso procesional por algunos de los lugares más emblemáticos del Vaticano y la Ciudad Eterna.
Habitualmente, la imagen recibe culto en su templo de la calle Castilla, en el corazón de Triana, donde los devotos también pueden venerar a la Virgen del Patrocinio. Esta talla no solo representa un ejemplo destacado del patrimonio artístico sevillano, sino que mantiene viva una historia que entrelaza los celos, el honor y un trágico destino convertido en símbolo de la Semana Santa hispalense.
El Cachorro, obra culmen de Francisco Antonio Gijón
Francisco Antonio Gijón, nombre preferido por el propio autor en sus firmas frente a su denominación oficial como Francisco Antonio Ruiz Gijón, debe su fama a una obra capital: el Cristo de la Expiración de Triana, conocido como El Cachorro, considerado el cénit de la escultura barroca en España. Nacido en Utrera (Sevilla) y bautizado el 13 de septiembre de 1653 en la parroquia de Santa María de la Mesa, se trasladó con su familia a Sevilla en 1660.
A los 15 años ingresó en la Academia de Pintura y Dibujo de la Casa Lonja, dirigida por Bartolomé Esteban Murillo, donde recibió enseñanzas de dibujo escultórico de Pedro Roldán. Posteriormente, el 3 de julio de 1669, comenzó como aprendiz en el taller de Andrés Cansino, de quien heredaría no solo el taller tras su fallecimiento en 1670, sino también su familia, al casarse con su viuda, Teresa de León, con apenas 17 años. De esta unión y de su segundo matrimonio con Isabel de la Ascensión nacieron en total seis hijos.
Primera obra y evolución estilística
Su primera obra documentada es el Jesús Nazareno de Alcalá del Río (1671), seguido de otros Nazarenos en Mairena del Alcor (1674) o Castilblanco de los Arroyos (1677). Su estilo fusiona el barroquismo andaluz de Pedro Roldán con las influencias romanas y flamencas que le transmitió Cansino, heredadas a su vez de José de Arce.
El Cristo de la Expiración, su obra maestra, fue encargado el 1 de abril de 1682 por la Hermandad del Patrocinio, comprometiéndose a entregarlo en menos de dos meses. Tallado en madera de cedro, mide 1,89 metros y su ejecución costó 1.100 reales. Ha sido restaurado en diversas ocasiones, siendo significativa la de 1973, tras un incendio. Su actual cruz es de 2002 y el titulus, de 1940. La leyenda del sobrenombre “Cachorro” lo vincula a la muerte agónica de un joven gitano, que habría inspirado al escultor.
Otras obras religiosas y pasos procesionales
Toda su producción fue de temática religiosa. Además del Cirineo (1687) de la hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro —considerado por muchos la mejor figura secundaria de la Semana Santa sevillana—, destacan imágenes como la Divina Pastora de Santa Marina (1704), el San José con el Niño (1678) de la parroquia de San Nicolás, o el San Juan de la Cruz (1675), hoy en The National Gallery of Art en Washington.
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