"Una máquina nunca podrá imprimir en una obra la esencia y la personalidad del artista"
El mundo de los tallistas expresa su parecer respecto a la situación actual del gremio
El mal uso en el avance de la tecnología preocupa a estos artistas
La crisis que hace temblar a los artesanos de la Semana Santa
"Nosotros somos artistas, que es distinto que el artesano". Es una de las frases definitorias que emergen de la reflexión y la opinión de varios trabajadores ligados al mundo de la talla de los pasos procesionales, elementos diferenciales de la estética de nuestra Semana Santa que se han ido adaptado y modulando en base a los tiempos sin perder su sentido catequético y práctico.
El pasado martes, en el plató de Sentir Cofrade de PTV Sevilla, los tallistas José Antonio García y Francis Verdugo estuvieron analizando el momento actual que atraviesa su gremio, su relación con las hermandades (su clientela principal y mayoritaria) y la irrupción vertiginosa de la tecnología en su labor profesional. En primer lugar, ambos compañeros expresaron su desazón por una generalizada ausencia del sentido del compromiso y del sacrificio. "Actualmente no existen aprendices, no hay una cultura del esfuerzo para aprender un arte que, de por sí, es complicado y no despierta interés en los más jóvenes. Esa relación maestro-alumno se está perdiendo", comentan estos trabajadores.
Del mismo modo, debatieron sobre su relación con las hermandades y las juntas de gobierno, "que muchas veces no entienden o no comprende que lo que nosotros hacemos es arte, es cultura, y como tal merece un respeto y un tiempo de trabajo. Proyectos que finalmente no prosperan porque una nueva junta lo desecha, bocetos que no se remuneran... Con la mayoría de hermandades se cumplen plazos y entregas, pero creemos que nuestro trabajo debe considerarse y ocupar el lugar que merece".
Pero, sin duda, un asunto que particularmente preocupa a los tallistas es la presencia de las nuevas tecnologías en este campo. Ambos coincidían en los pareceres. "La tecnología bien entendida es fundamental y esencial para el día a día del ser humano. Pero lo que a nosotros verdaderamente nos preocupa es la pérdida de respeto al artista y a su trabajo. Una obra puede crearse de manera informática a través de programadores que miden y trazan de manera exacta las dimensiones de un paso y sus diseños, por ejemplo. Además, es algo que puede hacer cualquier persona, independientemente de su formación. Pero una obra que nace de una máquina jamás puede considerarse arte, porque le falta el alma, la personalidad, el estilo del artista, que es el que se mancha las manos y trabaja la madera. En esa diferencia es donde, entendemos, radica la esencia de este arte que cultivamos. Un paso puede estar perfecto, sin dobleces, sin gubiazos y simétrico, pero entonces no será obra del ser humano. En esa imperfección, en esa impureza, radica el alma de la obra".
Por último, valoraron positivamente la catalogación del Arte Sacro como Bien de Interés Cultural, ya que "todo lo que sea proteger y valorar nuestro trabajo siempre será bien recibido". Porque "nosotros no somos artesanos. El artesano reproduce e imita una obra repetidas veces. El artista crea a través de la originalidad y la creatividad". Sin duda, una realidad que afecta de pleno a nuestra Semana Santa y que abre nuevos horizontes.
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