María Auxiliadora, la Virgen de los niños y las abuelas de Sevilla

Cada 24 de mayo, Sevilla se tiñe de rosa y celeste tras el paso de María Auxiliadora

Agenda cofradiera del cuarto fin de semana de mayo en Sevilla

El colegio de las Salesianas de San Vicente, con una ilustración de Agustín de la Torre
El colegio de las Salesianas de San Vicente, con una ilustración de Agustín de la Torre / Rafa del Barrio

Cuando el calendario marca el 24 de mayo, Sevilla se tiñe de rosa y celeste. Hasta cinco son los barrios de Sevilla que rinden su devoción a María Auxiliadora. Desde San Vicente hasta Triana, pasando por el Polígono Sur, Nervión o la Trinidad. Multitud de calles se engalanan para celebrar que la Virgen vuelve a pasar por las puertas de sus casas. Esta devoción mariana, estrechamente ligada a la obra de San Juan Bosco y la presencia salesiana en la ciudad, convoca a miles de fieles que, con profunda emoción y alegría, rinden homenaje a la Virgen de sus colegios.

Las diversas procesiones en honor a María Auxiliadora son de las más esperadas en el calendario cofrade local. Durante todo el mes de mayo, los alumnos y la ciudad comienzan a preparar un mes que gira –en su mayoría– en torno a la Virgen. Desde fiestas escolares, hasta novenas y cultos, toda una secuencia de actos que finalizan con la procesión de la titular por las calles de Sevilla. Procesiones que comenzarán hoy en San Vicente, Triana y Nervión, y continuarán mañana, domingo 25 de mayo, en el Polígono Sur. Por último, será la próxima semana cuando procesione María Auxiliadora de la Trinidad, una de las que más devoción arrastra.

Desde primera hora de la mañana, los colegios y capillas acogen misas en honor a la Virgen, con una atmósfera de entusiasmo contenida. La eucaristía solemne congrega a antiguos alumnos, familias, niños de colegios y devotos de los barrios de la capital hispalense. El ambiente es familiar, festivo y profundamente espiritual. Emociona especialmente ver a las abuelas acompañando a sus nietos. En Sevilla, la devoción a la Auxiliadora es popularmente conocida como ‘la Virgen de las abuelas’.

Las procesiones comienzan por la tarde, cuando el sol ya suaviza su luz y recorre con paso lento las calles del barrio. Entre aplausos, vivas, pétalos lanzados desde los balcones y cantos marianos, la imagen de María Auxiliadora avanza, portada –en su mayoría– por jóvenes de los colegios que viven la experiencia como un acto de entrega y orgullo. En el colegio de las Salesianas de San Vicente, por ejemplo, el cuerpo de acólitos lo conforman los alumnos de último curso de Bachillerato, que tantos años han pasado entre las paredes del centro de la calle Torneo. Como decía Irene, una de las alumnas que este año se despide, ‘‘echaremos de menos la compañía que la Virgen nos ha dado todos estos años. Pero vendremos cada 24 de mayo, pasen los años que pasen’’. Sin duda, una devoción que recorrerá generaciones en las vidas de quienes, alguna vez, han pasado por una casa salesiana.

Algo parecido hacía saber Pablo que, pese a llevar tan solo dos años en el centro, se siente un miembro más de la familia salesiana. Este año será acólito de la Virgen, despedida y cierre de una etapa estudiantil que, a buen seguro, recordará toda su vida. Aseguraba que '"aquí te acogen como uno más desde el primer momento, haciéndote sentir el amor a María Auxiliadora''.

Para Raúl, profesor de historia del mismo centro, y gran implicado en la procesión de María Auxiliadora, ''La Virgen es el centro neurológico de la vida. Todo, en especial en ese mes, gira en torno a Ella''. Mientras lo comentaba, los acólitos iban apurando minutos al reloj, probándose la ropa que les acompañará durante la procesión. En sus caras se veía la ilusión mezclada con la nostalgia de saber que, aquel momento, era uno de los últimos que vivirían cerca de la Virgen de su colegio. Al menos, como alumnos.

La devoción a María Auxiliadora no se limita a un solo día. Es un motor de vida espiritual y social en gran parte de Sevilla durante todo el año. Los centros salesianos de la ciudad, como el de San Vicente o el de Nervión, canalizan esta fe en proyectos educativos, solidarios y pastorales. Muchos ven en María Auxiliadora no solo una intercesora celestial, sino una madre cercana, protectora, y guía para los jóvenes (y no tan jóvenes).

“María Auxiliadora intercede siempre por quienes han pasado por una casa salesiana, o por quienes se han querido acercar a Ella. Todo el mundo que ha pasado por estas casas lleva su imagen en la cartera y en el corazón. El mes de mayo, estén donde estén, se acuerdan de la Virgen”. Así lo hacía saber Auxiliadora, Uchi para todos, hermana de la congregación de Hijas Salesianas y antigua alumna del colegio de las Salesianas de San Vicente.

Es, además, una de las devociones que más crece año tras año. Sin ir más lejos, el cómputo total de niños que se inscriben a los colegios salesianos cada nuevo curso hacen que el fervor a la Virgen del rosa y azul vaya en alza. Son los propios infantes los que acompañan el cortejo de la procesión. En Torneo, por ejemplo, incluso ellos mismos ponen los sones con sus propios instrumentos. Y los que hacen un reguero de vestidos blancos y de marinero, acompañando a su Auxiliadora tras haber recibido el sacramento de la Primera Comunión.

María Auxiliadora no entiende de edades. Desde el recién nacido con la medalla en su cuna, hasta el alumno que se acerca a rezar a sus plantas antes del examen de selectividad que marcará su vida, después de muchos años corriendo en los patios de los colegios que guardan a la Virgen en sus capillas.. En Sevilla, cada 24 de mayo, su nombre resuena por las calles. Las abuelas vuelven a donde un día fueron niñas. Une a generaciones, barrios y corazones. Las medallas celestes y rosas cuelgan orgullosas en los cuellos de unos fieles que, durante todo el año, presumen de tenerlas en los cabeceros de sus camas. Mayo, mes de María Auxiliadora en Sevilla. No es cualquier cosa.

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