La vida entre hilvanes

De capa y cola (Un paréntesis en las vísperas)

La vida entre hilvanes
La vida entre hilvanes
Diego J. Geniz

24 de marzo 2010 - 21:34

Cartón y aguja. Pasa el tiempo en el intento de alcanzar la medida justa, el número exacto que circunda la base del pensamiento, de la memoria.

Es el diámetro de la penitencia que nos marca el camino más corto para llegar al templo. (Superficie craneal que en algunos, todo haya que decirlo, es notoriamente mayor que en otros).

Sobre una silla baja se cose el antifaz que ha de cubrir las emociones más recónditas, las que sólo conocen el terciopelo y el cordón de la medalla. El eco a media voz de un transistor sirve de fondo musical a las horas en las que el hilo va engarzando la espera.

No se ve, pero se intuye en esta imagen que marzo pinta cada año. Sólo hay que poner bien el oído para escuchar cómo se van enhebrando las horas. La vida es puro hilván.

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