Miguel Ángel Castro | Rector de la Universidad de Sevilla

“La ley Celaá nace con fecha de defunción, condenada al fracaso”

  • Afronta su segundo mandato tras un inicio de curso marcado por la pandemia, la confrontación con la Junta por el uso de los remanentes y el futuro mapa de titulaciones

El rector de la US, Miguel Ángel Castro.

El rector de la US, Miguel Ángel Castro. / José Ángel García

Es una fría mañana de un recién estrenado diciembre. El amplio ventanal del despacho de Miguel Ángel Castro, rector de la Universidad de Sevilla (US) que ha sido elegido por segunda vez para este cargo, está abierto para cumplir con las recomendaciones sanitarias frente al Covid, lo que obliga a permanecer con los abrigos puestos. En la estancia, que ofrece una maravillosa vista de la calle San Fernando, hay obras atribuidas al círculo de Murillo. Se percibe la escasa presencia de alumnos en el Rectorado. Las clases teóricas son telemáticas. Reina el silencio en la antigua fábrica de tabacos. Sobre una mesa redonda, guardando el distanciamiento de seguridad, comenzamos a hablar.

–¿Qué le ha llevado a presentarse por segunda vez a rector? ¿Le quedaron muchos proyectos por realizar en su primer mandato en la US?

–Como ya informé en el consejo de gobierno, el 93% de los compromisos del primer mandato están cumplidos, lo que ocurre es que el proyecto de desarrollo y transformación es mucho más amplio y en un mandato sólo se puede aspirar a escribir un capítulo de ese libro.

–¿Pretende hacer muchos cambios en el equipo de gobierno con el que afronta este segundo mandato?

–He tenido el respaldo de todo el equipo que me ha acompañado en este periodo y la generosidad de permitirme presentarme con un proyecto colectivo, pero sin especificar las personas que van a ocupar los cargos, lo que nos ha facilitado abordar la nueva estructura sin encorsetamientos. Tras el respaldo obtenido en las elecciones, el proyecto será continuista, con retos nuevos ante la realidad que nos ocupa y, además, con una considerable renovación de las personas, aspecto fundamental en cualquier proyecto que avanza en el tiempo, como es el nuestro.

–Habla usted de los retos nuevos que demanda la actualidad. Las clases teóricas en la US han vuelto a ser telemáticas. ¿Confía en que la Junta permita la próxima semana retomar el modelo semipresencial?

–En circunstancias adversas las personas que ocupamos puestos de responsabilidad en la sociedad debemos provocar un acercamiento, un entendimiento y, sobre todo, un respeto, sin injerencias fuera de las competencias que cada uno tenemos. Si los dirigentes políticos, en general, abundaran en ese camino, la situación de la sociedad en su conjunto sería mejor que la que tenemos ahora. A partir de esta consideración, entiendo, y no debo pensar de otra manera, que las autoridades sanitarias dictan las normas en la búsqueda del equilibrio sensato entre la seguridad de la población y el desarrollo social y económico. Pero debo recordar, y así lo aprobó la Universidad de Sevilla por escrito y en consejo de gobierno, la naturaleza presencial de nuestra institución. Es absolutamente fundamental para ofrecer una educación superior en las mejores condiciones la máxima presencialidad de nuestras actividades.

–¿Intuyo, por tanto, que si a partir del 12 de diciembre se puede volver a las facultades, no esperarán mucho tiempo?

–Las actuales condiciones las mantendremos hasta el día que la Junta nos diga que podemos volver. No la vamos a alargar todo el cuatrimestre. La Universidad de Sevilla, al igual que ha replegado la presencialidad de las clases teóricas en 24 horas, la recuperaremos en el mismo tiempo por el bien de las personas que se están formando y de la sociedad en general.

"Recuperaremos la presencialidad de las clases teóricas en 24 horas. En cuanto la Junta lo permita"

–Su primer mandato ha coincidido con un cambio de gobierno en la Junta, del que se cumplen dos años. En este periodo se ha vivido una serie de desavenencias con la Consejería de Universidades, entre ellas, el uso de los remanentes...

–La sustracción de 135 millones de euros de los remanentes del sistema universitario público andaluz, con independencia de las condiciones de urgencia sanitaria que lo pudieran así requerir, provoca dos circunstancias que consideramos extraordinarimanente negativas para nuestras instituciones. La primera concierne a una valoración general, es decir, ¿por qué no se considera un robo a las universidades la sustracción de esos remanentes cuando se califica así si se le realiza a los ayuntamientos? Es un trato desigual que no podemos comprender. Yo entiendo que políticos son los que están en el Gobierno de España, en la Junta y en los ayuntamientos y que los que estamos en las universidades somos profesores, pero no comprendo que esa diferencia deba causar una distinción en el trato de los remanentes no afectados. El mismo uso estratégico, las mismas posibilidades en el desarrollo de nuestras actividades tienen las universidades que los ayuntamientos y, si me lo permite, la posibilidad de transformar la sociedad a partir del conocimiento tiene como protagonista principal a las universidades.La segunda reflexión es también una valoración negativa, ya que esos remanentes nos suministraban una certidumbre de estabilidad financiera que ahora desaparece, como le ocurre a la Universidad de Sevilla.

Miguel Ángel Castro en su despacho del rectorado de la US. Miguel Ángel Castro en su despacho del rectorado de la US.

Miguel Ángel Castro en su despacho del rectorado de la US. / José Ángel García

–Su discurso de inicio de curso fue especialmente comentado. Días después el consejero Rogelio Velasco le recordó la deuda que la US mantiene por el proyecto fallido de la biblioteca del Prado...

–La Universidad de Sevilla no ha querido responder a esas palabras, haciendo un ejercicio de prudencia y sensatez, propio de una institución que es espacio de conocimiento y rigor. Personalmente, no deseo provocar confrontaciones más allá de las justas reivindicaciones. Ahora bien, sí quiero advertir que nadie ha retraído hasta el momento ni un euro a esta universidad por el litigio de la biblioteca del Prado. Este caso sigue con el desarrollo de recursos y lo que ha ocurrido es que tras la última sentencia, que no es firme porque está recurrida, es la Universidad de Sevilla la que ha exigido que se reservaran los millones correspondientes que están incluidos en ese litigio por lo que pueda ocurrir. Finalmente, la autoridad ha recapacitado y ha aceptado esta petición para que no se detraigan los 24 millones de euros.

–Otro asunto que ha salido a la palestra los últimos meses es el referido al nuevo mapa de titulaciones, para el que la Junta quiere presentar una propuesta la próxima primavera...

–Conviene puntualizar aquí que la Universidad de Sevilla ya estaba trabajando en ello y el sistema universitario público andaluz, también. La revisión del mapa de titulaciones fue solicitada al anterior Gobierno andaluz y al actual, lo que no se ha producido todavía. En mi programa de gobierno se incluye un compromiso en ese sentido. Somos los primeros interesados en ello. No obstante, es necesario decir que los títulos ofertados por esta institución son los más demandados de la sociedad, los que tienen las notas de corte más altas y los que reciben anualmente en el distrito único andaluz el mayor número de peticiones para acceder a los estudios que ofertamos, lo que no significa que tengamos un catálogo que no haya que mejorar.

–La US ya dejó claro recientemente que, por ahora, se salva de la caída de demanda para estudiar carreras Stem...

–Exacto. Cubrimos casi la totalidad de las plazas que ofertamos en las distintas ingenierías. Pero desde un punto de vista global de la sociedad, está claro que hacer acciones estratégicas para cautivar el interés de los jóvenes por estas carreras y para reducir la diferencia entre hombres y mujeres al cursarlas resulta adecuado y esta universidad colaborará en ello.

"La autoridad ha aceptado la petición para no detraer los 24 millones por la biblioteca del Prado”

–¿Cuáles son los principales proyectos de construcción y mejora de instalaciones para este mandato?

–Con independencia de la situación económica, el plan general de espacios de esta universidad se encuentra diseñado ya desde hace varios años y lo llevamos al ritmo que las circunstancias nos permitan. Por tal motivo, seguimos avanzando en nuestro centro Andalucía Tech, en la Escuela Politécnica Superior, donde ya tenemos acabado el primer edificio, el central. Hemos procedido a la selección del aulario anexo. Hemos seguido avanzando en la remodelación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica. Tanto la Facultad de Medicina como la de Farmacia han aprobado en sus juntas de centros un modelo de desarrollo para renovar sus infraestructuras. La de Farmacia empleará para ello el mismo espacio en el que se encuentra, pero ampliando la zona donde llevar a cabo la nueva construcción, que ha recibido ya la aprobación pertinente del Ayuntamiento de Sevilla. La Facultad de Medicina ha decidido que la parte central de sus instalaciones seguirá residiendo en el espacio perteneciente al Hospital Virgen Macarena y con tal fin llevamos meses de contacto con la Consejería de Salud y Familias para alcanzar un gran acuerdo en el que podamos colaborar con el SAS, suministrando elementos materiales que tenemos para el hospital y, a la vez, que ellos nos aporten posibilidades para el desarrollo de esas instalaciones.

–¿Hasta qué punto la polémica ley Celaá afecta al sistema universitario? ¿Redunda en el nivel de conocimientos con el que un alumno llega a la enseñanza superior?

–El desarrollo y la calidad en la formación de los jóvenes que cursan la ESO y el Bachillerato son claves a la hora de la formación intelectual en la universidad. Es algo que nos afecta muchísimo. El gran problema de la Lomloe es que se trata de la enésima ley que se aprueba sin un pacto de Estado al respecto, y de la que ya está anunciada su hora de defunción, condenada al fracaso, en el momento en que los que no gobiernan ahora lo hagan y, me temo, que harán la enémisa más una ley educativa sin alcanzar un pacto. Esto evidencia el amplio espacio de mejora que sufren los dignatarios políticos de este país, de cualquier color y origen. Hace falta un gran pacto por la Educación. En algún momento se estuvo cerca, pero condicionantes y reflexiones que nada tenían que ver con la valoración del sistema de enseñanza dieron al traste con esta posibilidad en nuestra historia reciente.

Miguel Ángel Castro durante el transcurso de la entrevista. Miguel Ángel Castro durante el transcurso de la entrevista.

Miguel Ángel Castro durante el transcurso de la entrevista. / José Ángel García

–¿La Educación es la gran asignatura pendiente de este país?

–Yo lo que le pediría a nuestros políticos que tuvieran la capacidad suficiente de asumir sus responsabilidades, entre las que no está la de alterar periódicamente el sistema a partir de una ley de educación que no consiga un pacto, pues está condenada al fracaso desde el principio. Es un camino muy largo que llevamos soportando desde hace décadas.

–¿Es menor el nivel de preparación de los alumnos que acceden ahora a las facultades?

–Hay una tendencia general a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Esa reflexión está nutrida de un sentimiento nostálgico que debe contrarrestarse con datos objetivos. Los egresados que de aquí salen están bien valorados y capacitados para el ejercicio profesional. Se escucha a muchos políticos lamentarse de que los universitarios se tengan que marchar a otro país para trabajar. Eso sucede porque allí los aceptan, los reconocen y los valoran, por lo que la preparación no ha de ser tan mala como se dice. Eso es una contradicción.Dicho esto, sí es cierto que en las últimas décadas se ha tendido a una especialización a edades cada vez más tempranas, en las que hay que tomar decisiones al respecto, y, por tanto, se pierde una formación global.

"Se ha tendido a una especialización cada vez más temprana en la que se pierde formación global”

–Para concluir, ¿usted es consciente de que es el rector andaluz cuya voz más se ha escuchado los últimos meses?

–Ha habido una repercusión mediática de aquel discurso del que antes hablamos, que en ningún caso esperaba. Pero mi mensaje tiene el mismo contenido que el que dieron los otros rectores andaluces. Posiblemente algún comentario que hice fue el detonante para esa proyección. Lo que dije, básicamente, es que necesitamos un modelo de financiación que se base en una suficiencia para las universidades, con un plan plurianual que otorgue certeza en el desarrollo. Necesitamos también que apunten la devolución de esos 135 millones de los remanentes, pues nuestras instituciones tienen planes estratégicos de desarrollo. Y necesitamos, sobre todo, que se nos respete, aprecie y valore como el elemento fundamental para la recuperación económica, social y cultural de España que se requiere en estos momentos. Eso fue lo que pedí en aquel discurso. Cabe preguntarse por qué sólo la sociedad se quedó sólo con lo del programa de Bertín, con lo anecdótico.

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