Chemsex: alarma sanitaria por el aumento de enfermedades de transmisión sexual
El VIH y la hepatitis C no son enfermedades del pasado
Los diagnósticos de gonorrea registrados en Sevilla se han multiplicado un 30% en un año y los de clamidia, un 28%
La práctica de sexodopaje, sobre todo entre hombres que tienen sexo con hombres, contribuye a la exposición a infecciones.
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Placer, euforia, inhibición y... riesgo de contagios. Las chemsex son fiestas multitudinarias en las que se hace un uso intencionado de las drogas para mantener relaciones sexuales por un periodo de tiempo más prolongado del habitual. Este fenómeno surgió hace décadas en Holanda y se popularizó en otros muchos países. Era propio de círculos sociales elitistas y con un poder adquisitivo elevado. Desde hace unos cinco años, su existencia se ha hecho patente en España. El abaratamiento de algunas de las sustancias empleadas y las app de citas con geolocalización han democratizado su práctica.
¿Quién suele acudir a estas orgías del siglo XXI? "El perfil más frecuente lo constituyen hombres que tienen sexo con hombres (HSH), transexuales y bisexuales", explica la doctora Laura Padilla, dermatóloga especializada en Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en el Hospital Virgen Macarena.
Existe una red de conexiones donde se fraguan estos encuentros de sexodopaje. Suelen ocurrir en circuitos de fiestas homosexuales, como la del orgullo gay; festivales de música y otros eventos que han llegado a consolidar un tipo de turismo orientado a este colectivo. En aplicaciones de citas como Grindr, Wapo o Scruff hay perfiles en los que se ofrecen sesiones de sexo con drogas, facilitando su celebración en cualquier momento y lugar.
La popularización de estas prácticas y la caída del uso del preservativo por la existencia de la profilaxis de Pre Exposición (PrEP) están íntimamente relacionadas con el aumento de las ITS. La doctora Padilla indica que "desde 2009, se ha observado un acusado repunte de todas, que no tiene miras de estabilizarse a corto plazo". Así, los diagnósticos de gonorrea se han multiplicado un 30% y los de clamidea, un 27,9%. También ha crecido el número de pacientes con Hepatitis C y VIH, fruto del "sexo anal no protegido" que, asociado además a la falta de control de uno mismo que provocan los estupefacientes, "causa desgarros de mucosas, pequeñas heridas y úlceras, que hacen más probables las infecciones", argumenta la dermatóloga.
Las drogas más empleadas van desde las tradicionales, como el alcohol, la cocaína o fármacos anti-impotencia, a nuevos narcóticos como el GBL (gamma-butirolactona), mefedrona, metanfetamina, ketamina, popper o éxtasis. Hay asiduos a estas fiestas que llegan a subir un peldaño más optando por fármacos inyectables. Esta vertiente del sexo químico se conoce como slamming y complica la situación porque "implica el desconocimiento de su correcta aplicación, lo que puede producir abscesos, además del uso de jeringuillas, que algunos comparten", alerta.
"Combinar ciertos narcóticos con medicación antirretroviral lleva asociados problemas como la disminución del efecto del tratamiento, por su incompatibilidad, y otros síntomas secundarios", previene la facultativa.
La mayoría de los pacientes del centro de ITS del Macarena son HSH que llegan derivados de otras consultas. Esta unidad aboga por una protección secundaria, es decir, el diagnóstico y tratamiento preventivo de enfermedades latentes, que aún no presentan síntomas.
"Lo primero que hacemos es indagar sobre historia sexual del paciente, le hacemos un cribado de ITS, un test rápido de posibles infecciones". Muchos dicen acudir a estas sesiones como "vía de escape", explica. "Habitualmente presentan trastornos conductuales y dificultades para vivir su sexualidad que esconden miedos", "suelen sentirse estigmatizados por algo y utilizan el sexo para liberarse".
Una vez identificado el grupo de riesgo, la especialista en ITS considera esencial ofrecer a los pacientes una evaluación individualizada sin juzgarlos, darles consejo preventivo, arroparlos y mostrarles alternativas para modificar su conducta: ayuda psicológica y asistencia en drogodependencia, en caso de ser necesario. "La complejidad de los aficionados al chemsex está haciendo que en el centro de ITS nos interesemos cada día nos más por la sexología", concluye.
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