Sevilla

División de opiniones por 8 euros

  • Hay quienes aseguran que "merece la pena" pagar por ver la Catedral de Sevilla, otros consideran el precio muy caro y hasta quienes exigen la gratuitad de la visita

"Nos parece bastante caro el precio para entrar en la Catedral de Sevilla, de hecho no vamos a entrar", así opina Carmen Calatayud, quien ha decidido venir desde Alicante con su marido y un matrimonio amigo a visitar la capital andaluza. Carmen no es la única persona que así opina. Es el comentario que más se repite en la Puerta del Príncipe, por donde se accede a la visita de la Catedral hispalense. Los adultos, 8 euros. Los estudiantes, menores de 26 años y pensionistas, 2 euros. Los discapacitados, desempleados, menores de 16 años y naturales y residentes en Sevilla, gratis. Así reza el cartel ante el que la mitad de los visitantes dan media vuelta.

Joaquín Sánchez, marido de Carmen, comenta que "no hace falta que nos enseñen la Catedral como visita turística, simplemente queríamos entrar por cualquier puerta para poder verla por dentro". Su mujer va más allá e incide en que "es una pasada que no podamos entrar a verla sin más, el año pasado entramos gratis en el Pilar". Joaquín considera que la entrada gratuita de menores, desempleadas y discapacitados "está muy bien, pero la mayoría de los turistas no coincidimos con ese perfil y ocho euros es un precio bastante caro".

Mercedes Curto, que viene desde Tarragona, se detiene frente al cartel informativo. Delibera con su familia si entra o no en la Catedral: "Somos siete y la verdad es que sale muy caro". La turista, que ya ha visitado con su familia otros lugares como el monasterio de la Cartuja y la plaza de toros de la Maestranza, recomienda que "el precio de 4 ó 5 euros haría la entrada mucho más asequible" y añade que "es para detenerse a pensar, tal como están las cosas, si merece la pena pagar 56 euros para una hora". La respuesta la tiene Ascensión Alcalá, que sale corriendo por el Patio de los Naranjos -última parada de la visita- para alcanzar al grupo de 50 personas con las que ha viajado desde Barcelona. "Claro que ha valido la pena pagar ocho euros, nunca había visto la Catedral y me ha encantado", valora Ascensión, quien explica que ya han visitado la Casa de Pilatos y que, por la tarde, cuando dispongan de tiempo libre, aprovechará para ver el Alcázar, pues "para eso hemos venido, para ver a fondo la cuidad, no te puedes ir de Sevilla sin ver sus principales monumentos".

Mientras, en el otro extremo de la Catedral, Itziar Ibáñez y su novio Isendo esperan la cola para pagar el ticket de entrada. Esta pareja procedente de Bilbao sólo permanecerá cuatro horas en la capital hispalense, que han querido aprovechar para ver el templo, aunque no estén de acuerdo con el precio de entrada. "En muchas Catedrales de España la entrada es gratuita. Al ser del clero debería ser gratis", se queja Isendo. Sin embargo, el cobro de dinero para entrar en la Catedral se justifica por la doble función de su recaudación, de la que el Arzobispado destina el 33% para labores asistenciales y el resto se destina a las labores de mantenimiento y conservación de la propia Catedral, tarea que no se efectúa en otros templos españoles de moderna construcción. En la caja de la tienda de recuerdos, junto a las taquillas, "se ha notado bastante la crisis, hay menos ingresos", explica Mónica del Pino, joven que trabaja en el establecimiento.

La presidenta de la Asociación Unitaria de Informadores Turísticos de Sevilla (Auits), Concepción Zalve, expone que se debe apostar por un "turismo de calidad que busca profundizar en la cultura antes que en el actual turismo low cost que visita la cuidad", y para ello se debe reforzar a "los guías locales". Lo mismo opinan los guías oficiales, Antonio Doblas y Fina López, que ayer acompañaron a un grupo de turistas en su visita a la Catedral: "Antes los turistas te preguntaban por un restaurante donde comer, ahora se acercan y te preguntan por una plaza donde tomarse un bocadillo".

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