Las Dueñas se abre a Sevilla
Comienzan las visitas turísticas a la residencia sevillana de los Alba, un recorrido que se incluirá en la oferta de la ciudad en las ferias turísticas.
El patio donde crecieron los Machado. La casa en la que vivió Cayetana. El palacio renacentista con ecos mudéjares. Un Bien de Interés Cultural (BIC) que desde hoy estará abierto al público. La Casa de las Dueñas queda así incluida en la oferta patrimonial de la ciudad, como ya lo están la Casa de Pilatos o el palacio de la marquesa de Lebrija. El precio de la entrada es de ocho euros. Los lunes por la tarde será gratis, ya que al estar catalogado como BIC, la Junta de Andalucía obliga a su titular -el duque de Alba- a abrirlo a las visitas en este régimen varios días al mes.
Una palabra cumplida. El duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, prometió, a la muerte de su madre, que abriría la Casa de las Dueñas a la ciudad. Cuando ha transcurrido un año y cuatro meses del fallecimiento de la duquesa más sevillana, este edificio declarado BIC abre sus puertas a las visitas. Será a partir de hoy cuando sevillanos y turistas puedan conocer su magnífica arquitectura -que toma como modelo el Alcázar-, la colección de cuadros y esculturas y los patios y jardines donde el tiempo parece haberse detenido. Por tal motivo, el recorrido por este recinto palaciego no tendrá una duración máxima, sino que el visitante podrá permanecer en las estancias habilitadas -la planta superior queda reservada para el duque- el tiempo que se desee hasta el cierre.
A la inauguración de ayer acudió Carlos Fitz-James Stuart, quien aseguró ver cumplido su deseo de "devolver a Sevilla y a los sevillanos parte del cariño inmenso que profesaron a mi madre". Para el duque, la apertura al público de la Casa de las Dueñas contribuirá a "acrecentar" la riqueza monumental de la ciudad "que tanto amamos mis hijos Fernando y Carlos y yo". Unas declaraciones con las que quiere evidenciar que la Casa de Alba mantendrá la relación con la que fuera la principal ciudad de residencia de su madre. "Aquí pasó muchos días durante muchos años y entre estos muros rindió su vida y entregó su alma a la seguridad protectora del Señor de la Salud", recordó el aristócrata.
El acto contó también con la presencia de la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, quien destacó el "excelente estado de conservación" en el que se encuentra el edificio, en buena medida debido a que ha estado habitado hasta la muerte de la duquesa. "En las Dueñas se viven más de cinco siglos de historia", refirió la consejera, que hizo hincapié en la valiosa coleccion de arte de los Alba que se expone en el palacio.
Al plano artístico, Aguilar sumó el del recuerdo, por las personas que han habitado esta casa señorial. De los Machado a la duquesa, aunque de los dos hermanos poetas la consejera sólo citó a Antonio y dejó en el olvido a Manuel: "Antonio Machado vivió en las Dueñas, que entonces era una casa de vecinos, para convertirla en el palacio de la poesía". Agradeció a los Alba la apertura de este recinto, momento en el que recordó que ya en 2009 cedieron para una exposición en el Museo de Bellas Artes de Sevilla parte de la colección de esta saga aristocrática.
El último en tomar la palabra fue el alcalde hispalense, Juan Espadas, que destacó la importancia de la apertura de las Dueñas para el turismo de la ciudad. "Nos va a permitir sumar este BIC a otros bienes patrimoniales. A partir de ahora este palacio se integrará en la oferta que presente Sevilla en las ferias internacionales de turismo", anunció el regidor de la ciudad. La previsión de entradas es de 100.000 al año.
A la inaguración acudieron, entre otros, el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Juan Ignacio Zoido; el concejal popular Gregorio Serrano; el escritor y periodista Antonio Burgos; el presidente del Ateneo, Alberto Máximo Pérez Calero; la historiadora americanista Enriqueta Vila, y los modistas José Víctor Rodríguez Caro y José Luis Medina del Corral (Victorio & Lucchino).
El origen de las Dueñas se remonta a la Sevilla tardo-medieval, cuando en ella residía la familia de los Bermeja, que participaron en la toma de Granada por parte de los Reyes Católicos. Para liberar a un familiar cautivo en esta guerra, vendieron la vivienda a Catalina de Ribera en 1496. Su hijo transformó la casa medieval en palacio renacentista. El recinto se amplió al casarse Fernando Enríquez de Ribera con Juana Cortés, hija del conquistador de México. La unión con los Alba se produjo en 1612, cuando Antonia Enríquez de Ribera -heredera e hija de Fernando- se casó con Fernando Álvarez de Toledo, hijo del duque de Alba. Las Dueñas pasó, entonces, a manos de esta saga aristocrática.
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