Los Invisibles: Rafael Alarcón Sierra

“Frente a una tragedia como la guerra, la risa colectiva es casi terapéutica”

  • En su investigación de hemeroteca sobre Manuel Machado, descubrió las crónicas de guerra de Oselito, dibujante de Coria, amigo de Miguel Hernández

Rafael Alarcón, junto a un cuadro del Museo de Zaragoza, su ciudad natal.

Rafael Alarcón, junto a un cuadro del Museo de Zaragoza, su ciudad natal. / Andrés Naranjo

COMO los hermanos Marx en la guerra civil. A Rafael Alarcón Sierra (Zaragoza, 1968), profesor de Literatura en la Universidad de Jaén, le deslumbró el humor del coriano Oselito (Andrés Martínez de León) en sus crónicas de la guerra civil.

–Empieza sus crónicas “Estoy en Jaén y vengo de 'Madrí' a prueba de bombas...”. Usted también está en Jaén...

–Mi mujer es de Osuna y nos conocimos en Sevilla. Me enamoré de la ciudad y de mi mujer. Un año antes estuve en Santander y dije que el norte no era para mí.

–¿Le atrapó la ciudad literaria?

–Hice la tesis doctoral sobre Manuel Machado y una parte la convertí en libro, Alma y Caprichos, por el que me dieron el premio Archivo Hispalense. También he trabajado sobre Antonio.Me llaman más para hablar de Antonio que de Manuel, de quien trabajé con Antonio Rodríguez Almodóvar y Pablo del Barco en la transcripción de los manuscritos que compró Unicaja a sus herederos.

–¿Usted también se pregunta como Borges si Manuel Machado tenía un hermano?

–Me gustan mucho los dos, en su teatro es muy difícil distinguir lo que es de cada uno. Me interesan sobre todo los primeros libros de ambos, su etapa simbolista.

–¿Cómo descubre a Oselito?

–En los trabajos de hemeroteca sobre Manuel Machado. En esa época publicaban mucho en la prensa. En 2012 Almuzara publicó Oselito en Rusia, lo leí y me pareció fantástico.

–En su edición crítica aparece Miguel Hernández...

–La Diputación de Jaén compró el legado de Miguel Hernández. Ahí están sus colaboraciones en el Frente Sur y el Frente Extremeño con Pedro Garfias o Herrera Petere. También estaba Martínez de León, pero no le echaban cuenta, y para mí es un cronista del nivel de Julio Camba, Chaves Nogales o González Ruano. A los tres, con Valle-Inclán, los he trabajado en un libro de viajes en avión que hizo Renacimiento. Miguel Hernández decía que era el único que le hacía reír. Coincidieron en la cárcel de Toreno, cosa que no sabían ni los biógrafos de Miguel Hernández.

–Un libro sobre la guerra civil. ¿La cuentan los perdedores?

–Después de la guerra, como la ganó Franco y Oselito estaba con los republicanos no pudo publicar sus dibujos y textos, divertidísimos e inteligentísimos. Se burla de Mussolini y de Queipo de Llano, pero también de los republicanos o de sí mismo.

–Trabajó con dos de los autores del actual ‘santoral’ andaluz, Blas Infante y Chaves Nogales.

–Ilustró la primera edición de Juan Belmonte, matador de toros. Martínez de León siguió las instrucciones de Blas Infante para el escudo de Andalucía conHércules y los leones, está en elMuseo de la Autonomía de Coria donde nació Oselito y Blas Infante vivió hasta que lo mataron.

–¿Se le reivindica ahora?

–Con la obra de Martínez de León pasa como en el cine, que el humor se considera un género de humor. Frente a una tragedia como fue la guerra, la risa colectiva es casi terapéutica.

–¿Estuvo en la trinchera?

–Las recorría conMiguel Hernández para repartir los murales entre los soldados. Le chocó que las de Andalucía no eran tan sólidas como las de Madrid. No sabía si en el próximo cortijo se iban a encontrar con tropas franquistas o republicanas, porque el frente andaluz era muy poroso.

–¿El humor es un arma de construcción masiva?

–En el caso de Oselito sí. Habla de dejar el santuario de la Cabeza como un parque temático o preparar una columna para tomar Sanlúcar de Barrameda.

–Usted estudió Filología en Zaragoza, por donde pasó Fernando Aramburu, autor de ‘Patria’.

–También estuvo allí Manuel Vilas. Fui alumno suyo cuando estuvo de becario de investigación. Hizo la tesis sobre Cernuda, pero no la terminó.

–Su novela ‘Ordesa’ está siendo uno de los libros del año...

–Está de moda hablar de los familiares muertos. Cuando a la gente le da por un libro... Vilas triunfó primero como poeta.

–La obra de Martínez de León está en la plaza de España o en la Bodega Morales...

–Le encargaron abanicos para la boda de la infanta María Luisa de Orleans, relojes para El XCronómetro de Sierpes, botellas de vino. Alguien dijo que era como el ratón Micky en Estados Unidos.

–¿Qué literatura enseña?

–Esta semana hemos dado Si te dicen que caí, de Marsé. Los alumnos leen Tiempo de silencio, Mortal y Rosa o La verdad sobre el caso Savolta. El segundo cuatrimestre empiezo con la generación del 98 hasta los años cincuenta, acabo con Cela y Buero.

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