Gema Sancho: "No pasa nada por que su hijo no sea titular"

Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide

El curso 'Coaching educativo y educación deportiva' comenzó ayer en Carmona

La directora del curso de la UPO, Gema Sancho.
La directora del curso de la UPO, Gema Sancho.
P. N.

18 de julio 2017 - 02:00

Cuartos de final del torneo de baloncesto de Londres 2012. España tiene la semifinal en el bolsillo a costa de Francia y, a falta de pocos segundos para el final del partido, Nicolás Batum corre hacia Juan Carlos Navarro y le pega un puñetazo en sus partes al segundo mejor baloncestista español de todos los tiempos. Este sólo es un ejemplo del daño que puede hacer la competitividad mal entendida y la falta de educación en el deporte. Por eso es tan importante el curso que comenzó ayer en la sede de la Olavide en Carmona, Coaching educativo y educación deportiva, dirigido por Gema Sancho, especialista certificada por la Federación Internacional de Coaching y máster en Psicología del Coaching por la UNED. "Hay que aprender a tolerar la frustración desde una edad temprana, porque esto se puede trasladar a la vida diaria. Y el deporte proporciona oportunidades fantásticas para que se eduque en valores", comentó Sancho. Este año se han dado a conocer casos lamentables de padres de futbolistas menores de edad que se han agredido mutuamente en presencia de sus hijos en mitad de un encuentro. "¿Esto qué tiene que ver con el deporte y qué estamos haciendo mal para que el deporte base se esté convirtiendo en esto? Precisamente, el curso da herramientas a padres y a entrenadores", señaló la experta.

Gema tiene claro que la educación adquirida en los años infantiles y adolescentes de un individuo en la práctica de un deporte de equipo es un trasunto de lo que será de mayor: "El carácter competitivo no es malo. La clave es cómo ganas y cómo pierdes. Con el paso de los años, estos chavales van a querer ganar dinero, pero no machacando a las empresas de la competencia. Cuando hablamos de valores (trabajo en equipo, cooperación...), se trata de crear una sociedad mejor y el deporte proporciona múltiples oportunidades para conseguirlo".

Los padres de Nadal, Gasol, Mireia Belmonte, Javier Fernández, Iniesta o Garbiñe Muguruza tienen en común tres elementos: humildad, trabajo y honestidad. De ellos tendrían mucho que aprender esos energúmenos que insultan al entrenador de sus hijos desde la grada. "El mensaje es claro para los progenitores: no presionar innecesariamente al chaval; no querer que sea el mejor a cualquier precio; y no pasa nada por que no sea titular", apostilló Gema Sancho.

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