La carta que la Secretaría de Estado de Memoria Democrática envió el pasado lunes a la Hermandad de la Macarena para que "a la mayor brevedad posible" proceda a la exhumación de los restos mortales de los generales Gonzalo Queipo de Llano y Francisco Bohórquez Vecina contiene datos inexactos y ausencia de otros que conciernen a dicha actuación. 

El principal error en el contenido de la misiva es el referido a la ubicación de los restos de Queipo de Llano, que no es la indicada en uno de sus párrafos. En concreto, el texto señala que "desde 1951, los restos mortales de Gonzalo Queipo de Llano y Sierra, dirigente de la sublevación de 1936 y responsable de la represión en Andalucía en fechas posteriores, reposan bajo el camarín de la Virgen de la Basílica de la Esperanza Macarena". 

Además del error de expresión -debe decir bajo el camarín de la Virgen de la Esperanza-, es incierto que los restos del general franquista (conocido en su momento como el virrey de Andalucía por el poder que acumuló en esta zona) reposen en dicho lugar del templo. Lo hacen, desde su muerte, en la primera capilla lateral que se encuentra a la izquierda, conforme se entra en la basilica. 

Sin referencias franquistas

Allí han estado todo este tiempo, bajo la imagen de un crucificado antes y ahora bajo un altar en el que se venera a San José. Su lápida ya fue alterada en 2009, cuando fue hermano mayor Juan Ruiz Cárdenas. En aquel entonces -al ponerse en marcha la política de Memoria Histórica con José Luis Rodríguez Zapatero- se retiraron todas las referencias políticas y militares de Queipo, al que sólo se le dejó el título de hermano mayor honorario, otorgado por la corporación por su contribución en la construccion de la basílica.

Precisamente, este reconocimiento le valió a la hermandad para llegar en su momento a un acuerdo con la Junta de Andalucía, cuando se aprobó una ley autonómica de Memoria Histórica y Democrática, durante el gobierno de la socialista Susana Díaz, que abogó por la vía diplomática para abordar este asunto. Se entendió que su enterramiento en esta zona obedece al referido título y no por la vinculación con la dictadura franquista. 

Los restos de Queipo descansan junto a los de su mujer, Genoveva Martí Tovar, enterrada en la misma zona de la basílica. La carta del Gobierno, sin embargo, no se pronuncia en ninguno de los párrafos sobre qué hacer con sus restos mortales. Según fuentes de la Hermandad de la Macarena consultadas por este periódico, la corporación religiosa contempla también la exhumación de sus restos. 

En el presbiterio

Respecto al general Francisco Bohórquez, del que también se exige su traslado, debe detallarse que sus restos mortales se encuentran en el presbiterio del templo. El Estado considera también que su presencia en la basílica vulnera la Ley de Memoria Democrática, en tanto que fue "auditor de guerra y responsable de la ejecución de sentencias con aplicación de bando de guerra". 

Uno de los aspectos de esta actuación es el coste de la misma. El ministro de Memoria Democrática, Félix Bolaños, advirtió a principios de octubre que el gasto ha de afrontarlo al hermandad. Un desembolso que, según los cálculos realizados por la corporación, resultan bastante altos. A lo que supone la exhumación hay que añadir el perjuicio económico que podría acarrear el cierre del templo durante los días en que se saquen y trasladen los restos mortales.