El arquitecto Juan Ruesga, académico de Bellas Artes de Sevilla

Reconocimiento

El escenógrafo ingresa con un discurso sobre las comitivas en la Semana Santa de Sevilla

Momento en el que Juan Ruesga Navarro recibe la medalla de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.
Momento en el que Juan Ruesga Navarro recibe la medalla de la Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría. / José Ángel García

Juan Ruesga Navarro, arquitecto, escenógrafo y colaborador del Grupo Joly, ha ingresado este martes como académico numerario en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Lo ha hecho en un acto que se ha desarrollado en el Salón Carlos III de la Casa de los Pinelo, donde tiene su sede la referida institución.

La estancia donde ha tenido lugar la ceremonia registró un lleno absoluto. El primero en tomar la palabra ha sido el vicepresidente de la academia, Juan Miguel González, en sustitución de la presidenta, Isabel de León, marquesa de Méritos, quien no ha podido acudir al encontrarse indispuesta.

Ruesga Navarro ha elegido para su recepción un discurso que ha titulado La comitiva. Una reflexión sobre las procesiones de Semana Santa de Sevilla. En dicha intervención el arquitecto y escenógrafo ha recordado la importancia que ha tenido el teatro en la capital andaluza, especialmente desde la época barroca, cuando abundaban los famosos corrales de comedia, un género que fue prohibido a finales del siglo XVII y no se recuperó hasta 150 años después por Pablo de Olavide.

El nuevo académico de Bellas Artes ha incidido en una de las “contradicciones” de Sevilla, ciudad que sirve de escenario para 150 óperas y, a pesar de ello, ha pasado ya más de un cuarto de siglo sin que se represente en algunos de sus escenarios la famosa Carmen, de Bizet.

Juan Ruesga Navarro lee el discurso de ingreso a la Academia de Bellas Artes.
Juan Ruesga Navarro lee el discurso de ingreso a la Academia de Bellas Artes. / José Ángel García

Este arranque le ha servido para profundizar en “la gran fiesta urbana” de Sevilla: la Semana Santa, celebración en la que adquieren especial importancia las sagradas imágenes, el trazado urbano, el público que acude a ver las cofradías y, por supuesto, las comitivas que las conforman.

Para explicar la importancia de este último aspecto, Ruesga Navarro, mediante una proyección gráfica, se ha remontado a los grabados griegos y la representación de las procesiones en honor a Palas Atenea. De ahí, tras pasar por Roma y el Renacimiento italiano, ha llegado al siglo XIX y a la visión que los pintores románticos dejaron de la Semana Santa de Sevilla, en las que siempre salían representados los cortejos. Jiménez Aranda, Zuloaga, Gonzalo Bilbao y García Ramos y Sorolla, entre otros, han sido algunos de los autores mencionados, sin dejar atrás, ya en el siglo XX, los carteles de Juan Miguel Sánchez y Carmen Laffón, así como la importante galería fotográfica de Manuel Ruesga, quien fuera jefe de fotografía de este periódico.

Ruesga Navarro, antes de ingresar en la academia, ha hecho hincapié en la necesidad de “recuperar el equilibrio” en las cofradías, ya que, a su juicio, los últimos años se ha puesto mucho empeño en perfeccionar los pasos, pero no tanto las comitivas, debido, en muchas ocasiones, “a su gran extensión”.

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