Decenas de pacientes esperan turno para ver a su doctor a las afueras del Hospital Virgen Macarena. Algunos sentados y otros de pie, intentan aguantar el tipo abanicándose en el que se pronostica como uno de los días más calurosos del verano.

Cumplir los protocolos para evitar posibles contagios de coronavirus provoca que las salas de espera se extiendan hasta el exterior de los edificios del complejo hospitalario, no obstante, las altas temperaturas registradas estos días hacen difícil sobrellevar esa nueva normalidad. Ni los toldos instalados y las sillas colocadas para este propósito hacen cómoda la espera de los pacientes y sus familiares a los que también se les dispensa de de botellas de agua.

Fuentes del centro explican que estas colas de personas a las afueras del hospital, en concreto en el centro anexo en el que se atienden las consultas externas, responden al hecho de que los protocolos dictados por las autoridades sanitarias no permiten la entrada en el centro con una anterioridad superior a los 10 minutos previos a la cita programada y, además, sólo está permitido el acceso del paciente citado o éste y un acompañante, en el caso de personas dependientes.

De igual modo, las mismas fuentes defienden que la colocación de toldos y sillas en la calle para intentar hacer más llevadera la espera es una medida adoptada por el centro de manera provisional a la espera de la conclusión de una de las obras que se están llevando a cabo en el hospital para adaptarse a la nueva situación asistencial y que supondrá la instalación de una caracola a las espaldas de este edificio y que será usada como sala de espera para las consultas externas.