Malestar entre los hosteleros de Nervión por las medidas antibotellón en los partidos del Sevilla

Los dueños de los bares precintados consideran que la actuación policial es "desproporcionada"

Pedirán una reunión con la Gerencia de Urbanismo para alcanzar una solución negociada

La Policía destacó que ocho negocios habían sido cerrados por "falta de colaboración"

Intervención de la Policía este jueves en Nervión antes del Sevilla-PSV / Vídeo: M.g. / Foto: Juan Carlos Muñoz

Las medidas antibotellón puestas en marcha en las últimas semanas por la Policía Local de Sevilla y la Policía Nacional en las previas de los partidos del Sevilla han desatado numerosas quejas entre los hosteleros de Nervión. El pasado jueves, la Policía precintó ocho bares del entorno del estadio Ramón Sánchez Pizjuán que habían servido supuestamente bebidas para el consumo en la calle. Estos ocho cierres cautelares se unen a otros tantos que se habían decretado en las previas de anteriores partidos.

Fuentes del sector aseguran que la presión policial contra estos comercios comenzó el 21 de enero, el día que el Sevilla se enfrentó al Cádiz. Antes de ese partido, cientos de aficionados acudieron a una manifestación de protesta contra la directiva que se había convocado en la puerta principal del estadio. Ya en esa jornada hubo más actuaciones contra el consumo de alcohol en la calle que lo que estaba siendo habitual durante toda la temporada.

Estas medidas se habían mantenido en los últimos partidos de Liga, pero se intensificaron el pasado jueves, coincidiendo con el partido que enfrentó al Sevilla y al PSV Eindhoven en los dieciseisavos de final de la Europa League. Los partidos europeos están siempre considerados como de alto riesgo. Esta jornada terminó con ocho bares precintados "por falta de colaboración y venta de alcohol para ser consumido en la calle", según indica el comunicado emitido por la Policía este viernes.

Los hosteleros no entienden por qué se les acusa de una falta de colaboración, pues en ningún momento hubo diálogo con la Policía. Aseguran que los agentes acudieron en un primer momento unas dos horas antes del partido, tomaron nota de las bebidas que estaban vendiendo los distintos bares y regresaron ya con el encuentro empezado, cuando los bares habían quedado ya sin público. Fue en ese momento cuando colocaron los precintos. Igualmente, añaden que no es el primer partido de alto riesgo en el que trabajan en Nervión y la mayoría de estos comerciantes tienen años de experiencia en este tipo de encuentros. Incluso estuvieron abiertos durante la final de la Europa League que se celebró en el Sánchez Pizjuán el año pasado.

Para los comerciantes afectados, un cierre cautelar de este tipo supone prácticamente una semana sin actividad, con la consiguiente repercusión económica para sus familias. Además, tienen que pagar una multa cuantiosa, que supera los 2.000 euros en muchos casos. La mayoría de los bares denunciados son propiedad de pequeños comerciantes, que viven en gran parte de la caja que hacen los días de partido.

Los hosteleros son conscientes de la dificultad que tiene el cumplimiento de la ley antibotellón en los días que juega el Sevilla en Nervión, cuando se acumulan muchas personas en sus establecimientos. Según la ley, los clientes sólo pueden consumir bebidas en el interior del local o en el espacio reservado para veladores o terrazas. Esto es muy difícil de controlar, pues es habitual que algunos clientes salgan del bar y consuman fuera, especialmente cuando hay buen tiempo, así como que no se obstaculice el paso de personas y vehículos.

Algunos de los dueños de los bares han contratado estos días seguridad privada, para impedir que los clientes salgan del local o del espacio reservado para veladores con las bebidas. Sin embargo, han podido apreciar cómo algunas personas han podido comprar lotes de bebidas y hacen botellona a escasos metros de sus negocios. "Ya que son tan estrictos con nosotros, al menos podrían prohibir que otros vendan bebidas para que las consuman en nuestras puertas", apunta uno de estos hosteleros.

Los gerentes de estos negocios se están organizando para solicitar una reunión con la Gerencia de Urbanismo, con el objetivo de alcanzar una solución negociada para este problema. Consideran que la actuación de la Policía Local es "desproporcionada" y están dispuestos a colaborar con las autoridades para poder alcanzar un equilibrio que les permite mantener abiertos sus negocios sin que se generen problemas de convivencia y seguridad.

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