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día mundial sin alcohol

Pedagogía para combatir las adicciones entre los jóvenes: "Ayudamos con nuestra vida"

Una de las charlas que ha ofrecido AR San José en un instituto esta semana.

Una de las charlas que ha ofrecido AR San José en un instituto esta semana. / M. G.

"Ayudamos a las personas con nuestra vida", "aquí se curan emociones" o "ni todos los alcohólicos son borrachos, ni todos los borrachos son alcohólicos". Son muchas las frases que en una conversación de no más de 30 minutos se extraen de las palabras de Emilio Medina, Juan Núñez y Agustín Santiago. Son presidente y monitores de los grupos de autoayuda de la asociación AR en San José de la Rinconada. Tres guerreros en un club de lucha: el de las adicciones al alcohol y otras sustancias ilegales.

Llevan años luchando contra este lastre en Sevilla y hoy, en el Día Mundial sin Alcohol, una fecha que se celebra para concienciar acerca de los muchos peligros para la salud, tanto la física como la mental, sacan sus experiencias a la calle. Así han promovido a lo largo de la semana numerosas actividades y campañas destinadas a orientar y ayudar a aquellos que han desarrollado o podrían llegar a desarrollar un trastorno de dependencia hacia el alcohol y las drogas. Muchas de sus iniciativas tienen lugar en institutos de la zona. Lamentablemente, porque cada vez es menor la edad a la que los jóvenes comienzan a consumir.

"De lo que se trata es de hacer una concienciación y hacer llegar el mensaje de que más vale prevenir que curar. Junto a la Administración sanitaria, tanto local como provincial y regional, que nos ofrece soporte económico, hemos conformado un equipo y lo que buscamos es hacer esa prevención que entendemos que es necesaria para que los chavales consuman menos y no sean tan precoz como estamos viendo hasta ahora", indica Emilio Medina.

Para Juan Núñez, lo fundamental es diseñar una educación que haga que los adolescentes tengan herramientas para entender estos males y lidiar con ellos. Herramientas que para estos terapeutas son sus propias historias. "Nosotros somos todos adictos en rehabilitación, porque rehabilitados no estamos nunca. Esto es una enfermedad tratable, pero no curable y la forma que tenemos de ayudar es contando nuestra propia vida. Cómo nos alcanzó la adicción al alcohol y todo lo que nuestras adicciones nos hicieron perder", cuenta el monitor. "No se trata de llegar al instituto a prohibirles que beban, si no de mostrarles cómo empezaron nuestros contactos con el alcohol y como fuimos usándolo para tapar nuestras emociones y estados de ánimo, en una edad, en la mayoría de los casos, similar a la de ellos y cómo luego fuimos subiendo la escalera del esto de adicciones", añade.

Aparte de los evidentes problemas físicos que conlleva esta práctica, beber de forma descontrolada acaba siendo una puerta de entrada a múltiples consecuencias, las que más duelen, según apuntan los entrevistados, las familiares. "Esta enfermedad la tenemos nosotros pero la padecen los familiares. Nosotros dejamos de consumir y nos curamos, pero la familia es nuestro yunque. Lo más fácil es dejar de consumir, recuperar tu vida es lo más difícil, las emociones, la autoestima y a tus seres queridos", relatan.

Con estas charlas, desde la Asociación AR San José buscan hacer conciencia. "Algunos se empiezan a ver identificados en aquello que contamos y otros ven identificados a algún familiar. Suelen ser exposiciones muy productivas", continúa Juan. Una labor, no obstante, que Emilio lamenta que no se haga "todas las veces que se debería". "Aún nos cuesta hacer prevención", recalca.

Por ello, aprovechando la celebración cada día 15 de noviembre del Día Mundial sin Alcohol, desde el organismo organizan múltiples actividades que se extienden por varias semanas de la mano de la Federación Al Ándalus, de la que forman parte. Fruto de ello es el XIII Congreso de la Asociación Ar San José que se clausurará el próximo sábado en un acto en la Hacienda Santa Cruz con la presencia de la delegada territorial de la Consejería de Salud, Regina Serrano, y el alcalde del municipio y presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández.

Emilio Medina, Juan Núñez y Agustín Santiago, en la jornada de puertas abiertas. Emilio Medina, Juan Núñez y Agustín Santiago, en la jornada de puertas abiertas.

Emilio Medina, Juan Núñez y Agustín Santiago, en la jornada de puertas abiertas. / M. G.

Además, y coincidiendo con la efemérides, la asociación acogió ayer en su sede de la calle Martínez Montañés de San José de la Rinconada una jornada de puertas abiertas por la que pasaron entre 40 y 50 personas a recibir información, para ellos y/o sus familiares, y ver qué hacen en el día a día y la ayuda que allí se ofrece. En este sentido, explica Emilio la importancia de incluir a la familia en las terapias. "Nos hemos dado cuenta de que hay que actuar en núcleo por ello tenemos grupos con adictos, otros en los que entran los familiares con los adictos, otros grupos sólo con familiares y otro en el que se trata la deshabituación", detalla el presidente de AR San José.

Ayudar con historias reales

Más allá de estas campañas de prevención, su presidente explica que la principal función de esta asociación es la de "recepción" de las personas. "Aquí la gente cuando llega ya lo hace mal. Con una adicción", indica. La llegada a la asociación está en muchos casos, apunta Agustín, "motivada por la obligación". "Aquí todos, incluido yo en su día, venimos obligados. Por problemas familiares, porque nos han puesto las maletas en la calle, porque se tienen causas pendientes con la Justicia o porque vienes del hospital, como en mi caso, que me trajo aquí una parálisis facial", apostilla.  

Emilio, Juan y Agustín coinciden en que para la sociedad, oír la palabra droga es pensar en el consumo de sustancias ilegales, sin embargo, bajo sus experiencias aseguran que "lo que realmente despierta las adicciones es el consumo temprano del alcohol". "Es la primera droga que tomamos y que está muy bien vista. Nuestra cultura está en tomar una cerveza o una copa de vino con los amigos, pero aquí enseñamos a que hay que bajar todos los escalones. Yo llegué aquí por consumo de cocaína y es de lo que me quería quitar porque hablar de droga son palabras mayores, sin embargo, en mis terapias cuento que mi vida cambió cuando me enseñaron que mi problema era el botellín. Yo pensaba que ser alcohólico era ser un borracho, pero aquí me di cuenta que el problema no es la cantidad, sino la necesidad ", recalca Juan.

Para llevar a cabo esta gran labor que hacen de manera totalmente altruista, los monitores de los grupos de autoayudan hacen cursos con técnicos, psiquiatras y formadores y asisten a jornadas de concienciación para que, aparte de su experiencia, puedan ir dando una serie de pautas encaminadas todas evitar las situaciones de riesgo. "Los que vienen aquí pueden ver que no somos unos degenerados, que somos personas igual que ellos, y eso les hace darse cuenta que tienen un problema. Que no es un marginado. Hay mucha más gente y, lo más importante, hay ayuda", concluye.

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