PIONEROS DE SEVILLA

Tutrocito: Un hogar hecho a medida

Los profesionales del equipo de Tutrocito. Los profesionales del equipo de Tutrocito.

Los profesionales del equipo de Tutrocito. / Juan Carlos Vázquez

Diseñar un hogar con muebles a medida ha dejado de ser un lujo al alcance de unos pocos privilegiados. Al menos esta es la premisa que persigue la startup sevillana Tutrocito. Enclavada en el municipio de Salteras, el equipo compuesto por 35 profesionales tiene claro su objetivo: diseñar y vender mobiliario y materiales a medida, con el valor diferencial de que el proceso de compra es fácil y cómodo. Se definen como una empresa tecnológica, porque han dado una vuelta de tuerca a una industria tradicional. La clave principal es una página web intuitiva, en la que el usuario adopta el rol de una suerte de diseñador de interiores.

Al frente están Jorge Geniz, Darius Molnar y María Coronel. El germen empezó a brotar un poco antes de que la pandemia paralizara el mundo. Geniz y Molnar eran compañeros en una multinacional dedicada a este sector y se dieron cuenta de que muchos clientes tenían unas necesidades que no se podían satisfacer, porque las medidas que necesitaban para sus muebles no se fabricaban en serie. Como no había alternativas para ese comprador que no tiene tiempo de ir a un polígono para buscar carpinteros, cristaleros, comparar materiales y pedir presupuestos, decidieron crearla. En pleno confinamiento se sumó Coronel a la dupla inicial y lanzaron la idea #Tuofiencasa enfocada en mesas y escritorios a medida para teletrabajar. Este proyecto fue un éxito y, a partir de ahí, comenzaron a crecer.

Cuatro años después atienden 4.000 pedidos de media al mes y se han implantado en Francia, Alemania, Portugal, Italia, Austria y Benelux. Defienden que su punto diferencial respecto a otras empresas de decoración es que todos los productos están fabricados a medida y su personalización atiende a las necesidades de cada tipo de cliente.

Una compra intuitiva

Jorge Geniz y María Coronel, cofundadores de Tutrocito. Jorge Geniz y María Coronel, cofundadores de Tutrocito.

Jorge Geniz y María Coronel, cofundadores de Tutrocito. / Juan Carlos Vázquez

"El usuario entra en nuestra web y puede elegir el color, el acabado, el tamaño, si necesita algún corte mecanizado o una altura determinada. Una vez introduce todos los datos, sale el precio final y una fecha estimada de entrega", explica la cofundadora. Pone en valor que el proceso es intuitivo y fácil. Además, ofrecen la opción de reservar una videollamada en caso de dudas. De hecho, cada día dan respuesta a más de 100 correos repletos de cuestiones. Desde productos sencillos como baldas y espejos hasta otros más complejos como armarios o muebles de cocina. "Ofrecemos artículos funcionales y sencillos para acercar el mobiliario a medida a todos los bolsillos, aunque obviamente va a ser un poco más caro que uno estándar". Sí que es cierto que no ofrecen su montaje, pero hace especial hincapié en que "es muy sencillo y todo viene con instrucciones e incluso vídeos tutoriales".

Lo interesante de la startup es –según indica Coronel– su ADN tecnológico. "Hemos desarrollado un sistema de gestión y de optimización de pedidos que nos permite trabajar con nuestros proveedores como si fuésemos productos estándar y aún así vender al cliente final. Esto nos permite reducir los costes y ofrecer un precio muy competitivo", apunta y pone como ejemplo que "si vas a un carpintero y le pides un producto a medida, él tendrá que incurrir en unos gastos de material muy grandes y tendrá que parar su producción para atenderte, encareciendo mucho el producto final". En el caso de Tutrocito, como atienden un gran volumen de pedidos, los van despiezando y pidiendo cada parte a un proveedor u otro. Un procedimiento que permite aprovechar cada tablero, cada pieza y cada palé que llega a las naves saltereñas.

"Nuestro plazo de envío puede ir desde los 15 días a los dos o tres meses, porque fabricamos bajo demanda y no podemos tener stock de todo lo que quiera pedir el cliente. Tener este proceso nos permite bajar mucho los precios", recalca Coronel. Una cadena de trabajo que está conformada por distribuidores locales.

Centrados en la expansión internacional

A medio plazo pretenden salir de Europa e ir conquistando mercados poco a poco. También anticipan un crecimiento desorbitado este año y, para atenderlo, se están centrando en construir una nueva infraestructura tecnológica "que sabemos que vamos a necesitar". Por otro lado, están explorando nuevos productos “muy complejos” como cocinas o baños que además de exigir un contacto continuado con el cliente, requiere muchas piezas y el diseño de todos los escenarios en la web.

El año pasado superaron 1.800.000 de euros de facturación y, en lo que llevamos de año, ya han vendido lo mismo que de enero a septiembre de 2023. Por tanto, las perspectivas para este ejercicio son prometedoras. De hecho, prevén cerrar con siete millones de euros y que la plantilla alcance los 40 profesionales.

ADN tecnológico andaluz

"Si tienes una buena idea, un buen equipo y ganas de trabajar puedes emprender cuando quieras", indica la cofundadora aunque también se muestra realista en cuanto a las dificultades burocráticas para todo el que no tenga conocimientos fiscales o empresariales. "Muchos se desincentivan de emprender, porque lo ven un mundo" y pone en valor el rol que interpretan determinados organismos como las aceleradoras o los Centros Andaluces de Emprendimiento de la Junta.

Lo que sí han tenido claro siempre es que su sede central estaría en Sevilla. "Queríamos generar empleo en Andalucía y probar que se puede tener un hub tecnológico aquí. No sólo tenemos fiesta y turismo, también se pueden realizar muchas cosas interesantes", recalca la cofundadora.

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