BIMSTRESS, el proyecto sevillano que combate el estrés laboral

Una iniciativa dirigida por expertos de la Universidad de Sevilla implementa diferentes estrategias basadas en neurociencia para la prevención y reducción de la tensión mental

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Una mujer participa en una de las pruebas que forman parte del proyecto.
Una mujer participa en una de las pruebas que forman parte del proyecto. / Juan Carlos Vázquez

Los expertos consideran que el siglo XXI está protagonizado por –más allá de la inteligencia artificial– el estrés. En 1984, los científicos Lazarus y Folkman lo definieron como “una relación particular entre la persona y el entorno, valorada por la persona como una situación que le sobrepasa y pone en peligro su bienestar”. Desde entonces, la cifra de sujetos que padecen esta tensión mental no han hecho más que crecer. Casi el 28% de los españoles que asiste a consulta médica tiene diagnosticado un trastorno mental, siendo los más comunes el de ansiedad–íntimamente relacionado con el estrés–, además de los del sueño y afectivos. Todos relacionados entre sí. Por otro lado, un 37% de los españoles declara sufrir estrés, depresión o ansiedad causados por el trabajo, según el Informe: Salud Mental y Trabajo publicado por la Unión General de Trabajadores (UGT).

Ante este contexto, no son pocos los proyectos que se están llevando a cabo con el firme propósito de revertir la cifra. Una de las iniciativas que afronta el desafío es BIMSTRESS, nacida en el seno de la Universidad de Sevilla, con los profesores Francisco Ocaña y Emilio Durán al frente. La novedad que aporta este grupo de expertos de la Facultad de Psicología es la forma de evaluar el estrés combinando cuestionarios y escalas de autoinforme –donde los individuos describen sus propias experiencias– con la objetividad que ofrece el empleo de biomarcadores.

“Vivimos en una sociedad ansiogénica... basta con ver que hasta los niños ahora tienen estrés”, indica Ocaña a este periódico y hace hincapié en que, por otro lado, “el estrés crónico lleva a problemas de salud mental y física como hipertensión e infarto de miocardio, además alteraciones del sistema inmunológico, el gastrointestinal o el muscoesquelético”. Por este motivo, es tan importante “invertir” en “salud mental” diseñando “programas eficaces que se puedan implementar en grandes organizaciones”.

Tres pilares

BIMSTRESS se basa en tres pilares que, a priori, pueden sonar a anglicismos poco prácticos en el día a día: biofeedback de variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV-BF), mindfulness y entrenamiento interoceptivo. Sin embargo, el experto desgrana cada una de las áreas para que todo el mundo pueda comprender en qué consisten y por qué es tan importante atender a las señales que nos da el propio cuerpo.

Empezando por el final, el entrenamiento interoceptivo consiste en “percibir qué viene de nuestro cuerpo”. Desde aspectos más evidentes como la tensión muscular que se carga en el cuello hasta otros más complejos como “detectar la frecuencia cardíaca y los movimientos intestinales” e incluso –y este es el más importante– “controlar la respiración”. En definitiva, conocer las señales “que vienen de nuestro cuerpo” y que son clave “porque regulan nuestras emociones”.

Francisco Ocaña, responsable del proyecto.
Francisco Ocaña, responsable del proyecto. / Juan Carlos Vázquez

La siguiente pata –la más conocida– es el mindfulness, cuyo origen radica en el budismo. Su anclaje principal “es la respiración”, pero también el conseguir una “atención plena” en el “aquí y en el ahora”. El estar pensando constantemente en el pasado, rumiando y dándole vueltas a algo “es una de las características de la depresión”. Por contra, el anticipar lo que ocurre en el futuro “nos crea ansiedad”. Para evitar ambos estados, el mindfulness permite “concentrarnos en el aquí y en el ahora”, por ejemplo, “sentir el frío, pero también escuchar los pájaros y a la gente hablando”.

Vivimos en una sociedad ansiogénica... basta con ver que los niños ahora tienen estrés" — Francisco Ocaña - Responsable del proyecto

El último pilar –el más difícil de pronunciar– sería el biofeedback de variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV-BF). “La variabilidad de frecuencia cardíaca es la oscilación entre latidos cardíacos”, inicia su explicación Ocaña e indica que “el tiempo que hay entre cada latido va cambiando de manera natural”. Cuando una persona sufre estrés crónico, la función del sistema nervioso autónomo se altera con una reducción de los valores de la variabilidad de la frecuencia cardíaca. Se trata, por tanto, de “un biomarcador de salud mental y física”, porque una “mayor variabilidad está asociada a menor estrés”.

Su implantación se está realizando en estudiantes y personal de la Universidad de Sevilla a través del vicerrectorado de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación. “No es novedoso que los tres programas de entrenamiento mejoren el estrés”, lo pionero es que se esté “implementando” en la Hispalense, además del “centrarnos en comparar esos tres programas”. Además del "centrarnos en comparar la eficacia de esos tres programas mediante el empleo de biomarcadores objetivos del estrés como la varibilidad de la frecuencia cardíaca y la actividad cerebral registrada mediante electroencefalografía. Este abordaje permitirá una comprensión más profunda de los mecanismos neurales implicados en la regulación del estrés ".

El objetivo es ir un paso más allá con este proyecto que nació hace dos años. “Nuestra idea es seguir avanzando en el conocimiento para brindar herramientas que lleven el bienestar”, apunta Ocaña. En su opinión, BIMSTRESS “es escalable” y se podría poner en marcha dentro de unos años en los colegios “para que los niños aprendan a regular sus emociones”. Pero también, se podría implantar en instituciones públicas y empresas privadas.

De este modo, la Universidad de Sevilla se posiciona –gracias a BIMSTRESS– a la vanguardia en la aplicación de la neurociencia para el bienestar, ofreciendo soluciones basadas en la evidencia científica con el objetivo de mitigar los efectos del estrés y mejorar la calidad de vida de los estudiantes y trabajadores de la institución. Por ahora. El objetivo es traspasar las fronteras de la Hispalense.

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