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¿Por qué hay que cuidar el cabello si sufrimos alopecia?

¿Por qué hay que cuidar el cabello si sufrimos alopecia?

¿Por qué hay que cuidar el cabello si sufrimos alopecia?

Según los datos más recientes, la alopecia afecta ya a prácticamente la mitad de la población española, incluidos jóvenes de 20 años de edad. Un problema que no sólo nos afecta físicamente, sino que también trae consecuencias contra nuestra estabilidad emocional. Razón por la que es momento de aprender a cuidar nuestro cabello y entender por qué es importante para nuestra salud tanto física como psicológica.

La alopecia afecta a media población en España

La pérdida de cabello, además de una circunstancia altamente relacionada con la edad, es también un problema cuya manifestación puede partir de orígenes muy distintos. Tanto es así que los datos más recienten señalan que España es el segundo país con mayor índice de alopecia según los últimos registros. Superados sólo por la República Checa, los porcentajes señalan que prácticamente la mitad de la población española tiene alopecia, con un 20% de los jóvenes que rondan los 20 años con algún que otro problema capilar y, en general, presente en el 40% de los hombres. Un problema que, además de ser operable en ciertos casos, afecta más allá del plano físico.

 

Aunque los estudios apuntan a que el 90% se trata de alopecias androgénicas —fruto de la edad—, la pérdida anormal de cabello puede causar estragos en la autoestima. Un arma de doble filo donde la salud mental juega también un papel prioritario, ya que de ésta depende buena parte de nuestro desarrollo natural tanto individualmente como en sociedad. Por fortuna, hoy día existen tratamientos y remedios contra la calvicie, donde miles de hombres afectados confían en los cuidados capilares de firmas como Vipelín para afrontar su alopecia. Más que por la querencia de la propia estética, a raíz de la pérdida de cabello y sus efectos físicos y psicológicos en quienes la sufren. 

¿Por qué se nos cae el cabello y por qué éste es importante?

Como se ha mencionado, el origen de la alopecia puede ser tanto androgénico como a causa de otros factores. En este segundo supuesto, existen algunas causas genéticas donde, por ejemplo, la población europea presenta una mayor tendencia a la calvicie frente a otros continentes como China. Asimismo, los cambios hormonales también son un factor de riesgo para la salud de nuestro cabello, donde encontramos a menudo mujeres con alopecia, en algunos casos irreversible, causada por la menopausia. Por no hablar de los hábitos y el estilo de vida de cada individuo y sus efectos sobre la salud capilar, señalando como ejemplo el abuso de alcohol, tabaco o drogas.

Con ello, la alopecia puede convertirse en una circunstancia realmente perjudicial para quien la padece. Y es que la alopecia suprime las principales funciones del cabello, cuya utilidad va mucho más allá de una cuestión de estatus social y belleza. Entre otras, el control de nuestra temperatura corporal —función a la que también contribuye la piel para evitar una sobreexposición al frío o al calor—, la protección frente a los rayos solares —impidiendo, por ejemplo, quemaduras en nuestro cuero cabelludo— e incluso siendo útil para proteger la cabeza de los golpes. Aunque, probablemente, el factor psicológico sea el que mayor peso gana frente a los efectos físicos de la alopecia.

Mental

Desde tiempos remotos, el cabello ha tenido un gran poder en la sociedad. Símbolo de belleza y estatus social, también de duelo al rasurarlo tras la defunción de un ser querido en ciertas culturas, el cabello es un elemento sociocultural. Y, como tal, muchos de quienes padecen alopecia pueden sentirse en cierto modo excluidos del colectivo, o bien caer en la minusvaloración de quien ha perdido el cabello. Especialmente, cuando esa pérdida no obedece al paso del tiempo, sino que es fruto de otros factores —desde el estrés hasta la alimentación— contribuyendo así a un ataque a la autoestima. Y, por ello, bajo riesgo de sufrir de una gran y complicada inestabilidad emocional.

Aunque algunos se han atrevido a mezclar el humor con la calvicie, como en el corto dirigido por Pol Andreu Sansano, manejarla no es sencillo y muchos prefieren empezar a cuidar el pelo desde jóvenes. De hecho, una opción verdaderamente sabia, pero que no sólo debe tener en cuenta el uso de productos y remedios capilares. Sino que, más allá de ello, ha de tener como piedra angular un estilo de vida saludable y, sobre todo, consciente del propio organismo y sus necesidades para preservarlo. Eso, por no hablar del excesivo consumo de productos para lavar el cabello que muchos se aplican constante y erróneamente para cuidar de su salud capilar.

Consejos para empezar a cuidar de tu cabello

Además del uso regulado de vitaminas capilares o una buena higiene capilar, es de vital importancia mantener una alimentación sana y equilibrada —recordando aquello de que “somos lo que comemos”—, pero también abordando otras cuestiones. Por ejemplo, cortarse regularmente el cabello para estimular su crecimiento y evitar enredos y otros problemas que puedan extenderse por nuestra cabellera, así como masajear el cuero cabelludo para reactivar su flujo sanguíneo. En conjunto, actividades rutinarias que, una vez encajadas en los quehaceres cotidianos, conllevarán gratos resultados para la salud de nuestro cabello.

Por el contrario, si ya hemos sufrido una pérdida de cabello, podemos acceder a todo tipo de tratamientos contra la alopecia. Como se ha mencionado, abriéndose en un gran espectro de posibilidades que van desde el trasplante de unidades foliculares hasta el uso compuestos naturales y nutrientes esenciales —como vitaminas, minerales y aminoácidos— en productos de salud capilar. Con ello, existiendo también alternativas para cuidar nuestro pelo desde fuera mediante lociones regeneradoras naturales para fortalecer, embellecer y revitalizar el cabello. Porque tanto anticiparse como combatir la alopecia es, más que posible, una necesidad al alcance de todos.