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Desfile del Tercio de Olivares

Una 'infantería' en defensa de la historia

Desfile del Tercio de Olivares por las calles del centro de Sevilla. / José Ángel García

"Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro". Así resumió el almirante Holak, de la armada holandesa, lo ocurrido el 7 de diciembre de 1585, cuando el Tercio Viejo de Zamora logró, con la ayuda de la meteorología, esquivar la derrota y tal vez su destrucción en el monte de Empel. Un hecho que fue calificado de milagro por los que lo vivieron y que es el responsable de que la Inmaculada Concepción sea la patrona de la infantería española.

Cientos de años después, en el corazón de Sevilla, aquel momento de la historia cobra vida. El Tercio de Olivares, esa asociación amante de la historia de España, se puso sus armaduras y cogió sus lanzas con dos objetivos: "divulgar la historia y rendir honores a nuestra patrona". Así lo explica su presidente Francisco Pérez. Él es uno de las 56 personas que desfilaron en la noche del 7 de diciembre camino del monumento de la Inmaculada Concepción, donde depositaron una ofrenda floral. "Es el día más grande del año para nosotros", cuenta Pérez. Son ya cuatro años los que lleva esta asociación aljarafeña realizando esta procesión pública en la víspera de la festividad de la Inmaculada. "En 2019 éramos 22 personas", recuerda poniendo de manifiesto el auge del acto.

El Tercio de Olivares saliendo del centro cultural La Revuelta. El Tercio de Olivares saliendo del centro cultural La Revuelta.

El Tercio de Olivares saliendo del centro cultural La Revuelta. / José Angel García (Sevilla)

Otro de sus protagonistas es Juan Manuel Poyato, que hace las veces de maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla. Este año estrenan una marcha llamada Pasa el Tercio de Olivares, al que hemos puesto letra y convertido en himno. Los dos pífanos -pequeña flauta muy aguda- que acompañan al cortejo ponen la parte musical junto a los tambores y a dos magníficas voces: las de Irene Román (soprano) y José Carrión (contratenor). "Interpretamos piezas del Siglo de Oro como Un Sarao de la Chacona o En Belén están, aparte de otras dedicadas a la Virgen", cuentan estos artistas vocales, que forman parte del grupo Locvra.

Junto a esta infantería apasionada por la historia caminan familiares, amigos y expertos en la materia. María Fidalgo, miembro de la Academia Andaluza de la Historia, es una de ellas. "Las recreaciones históricas son un valor en alza en este país", resalta Fidalgo, que destaca cómo "entran por los ojos de los que las ven y aprenden sobre nuestro pasado al igual que lo hacen con los cuadros de Augusto Ferrer Dalmau con Alastriste". Algo que les ocurrió a un matrimonio que ahora es protagonista del Tercio de Olivares: Cristina Llorente y Sergio Serrano. "Desde pequeño me gusta la historia y cuando la conocí la convencí para esto", explica Serrano, ataviado de civil de clase media del siglo XVI. Ellos son una muestra de las decenas de aficionados que se costean sus propios y trabajados trajes de época para recrear fidedignamente aquella época gloriosa para el ejército del imperio español. "Hay sastres históricos y nos basamos en los cuadros que hay en El Prado para saber qué buscar", cuenta Poyato sobre el aspecto de la vestimenta.

Un pífano del Tercio de Olivares en la Plaza de San Francisco. Un pífano del Tercio de Olivares en la Plaza de San Francisco.

Un pífano del Tercio de Olivares en la Plaza de San Francisco. / José Angel García (Sevilla)

El recorrido que realizaron por las calles de Sevilla, que se produjo más tarde de lo previsto por la meteorología, les llevó por la Plaza del Salvador, la calle Sierpes o la Plaza de San Francisco hasta llegar al monumento de la Inmaculada, punto álgido del desfile. Allí rezaron la Salve y se postraron ante la patrona de la Infantería española. Tras ello, se adentraron en el barrio de la Santa Cruz, recorriendo en fila las estrechas calles para acabar saliendo de nuevo al entorno de la Catedral. Todo ello acompañado de los símbolos del imperio español como la Cruz de Borgoña o el águila bicéfala de la Casa de Austria. Y un lema que resume el espíritu con el que salen cada diciembre: "Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos".

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