Día Mundial contra la obesidad

"El riesgo de obesidad empieza en la cesta de la compra"

Una mujer selecciona unos tomates del estante de verdura de un supermercado.

Una mujer selecciona unos tomates del estante de verdura de un supermercado. / O. Barrionuevo

"Vivimos en una sociedad que se desestresa comiendo alimentos perjudiciales para la salud". Así lo advierte José Antonio Bermúdez de la Vega, pediatra del Hospital Virgen Macarena, que alerta de que los factores ambientales son los más importantes para controlar la obesidad, los únicos en los que se puede influir ya que los otros en juego, principalmente genéticos, no se pueden hacer desaparecer. Por eso, es en "la cesta de la compra donde empiezan las conductas relacionadas con el riesgo desarrollar" esta enfermedad.

El doctor Bermúdez de la Vega atiende a una paciente en su consulta del Hospital Macarena. El doctor Bermúdez de la Vega atiende a una paciente en su consulta del Hospital Macarena.

El doctor Bermúdez de la Vega atiende a una paciente en su consulta del Hospital Macarena. / M.G.

La elección de alimentos está influida por "su precio, su palatabilildad y por lo que de ellos se dice en los medios de comunicación". La publicidad contribuye de forma decisiva y rápida en la elección de productos poco saludables. Los ultraprocesados, por ejemplo, suelen ser más económicos y presentar características organolépticas atractivas (grasas, sabores salados y dulces) pero poco saludables. Por ello, el doctor Bermúdez de la Vega está de acuerdo con regular cómo deben anunciarse los alimentos orientados a niños ya que, en España, entre el 20-23% de los menores de 12 años padece sobrepeso; problema que se agrava para el 5-7% de ellos, que acaban desarrollando obesidad infantil, según indica el estudio Aladino 2015. A pesar de que la tendencia actual es la estabilización de esta prevalencia, esta patología sigue constituyendo "una epidemia internacional".

¿Cómo esquivar la obesidad infantil?

Ejercer una influencia preventiva en los niños que entran en edades más independientes es importante. Los colegios, después de los padres, deben favorecer hábitos de vida saludables, siempre respaldados por un ambiente familiar propicio, "no hay que olvidar que la obesidad de los padres es el factor epidemiológico de mayor riesgo para que un niño desarrolle la enfermedad", asegura Bermúdez de la Vega.

"Implantar formación nutricional en los colegios sería indispensable para profesores y para niños", propone. "Ahora bien, es imprescindible impartirla de forma tremendamente pragmática y atractiva para que los niños se sientan protagonistas y no se pierdan entre conocimientos teóricos sin consecuencias prácticas inmediatas. Eso sería una pérdida de tiempo".

Los padres, por su parte, "deben implicarse activamente, convertirse en cooperadores, informadores, educadores entrenados que desarrollan estrategias de motivación".

En la sociedad actual, en la que los horarios laborales complican que los progenitores dediquen a sus vástagos todo el tiempo que sería recomendable, se hace difícil vigilar lo que comen. Para Bermúdez de la Vega, "la atención que se les presta a los hijos, la disposición para resolver sus problemas, condiciona el riesgo de obesidad" de igual manera que "comer en familia supone un aprendizaje social preventivo y mejora la calidad de la alimentación consumida".

Comer bien implica un ritual estructurado

"Disfrutar comiendo" es la clave de una dieta saludable. El pediatra del Macarena considera importante "llegar a comer con sensación de hambre pero sin apetito excesivo, aumentando la sensación de saciedad ingiriendo agua, fruta fresca y verdura cruda en ensaladas poco aceitadas al principio de las comidas principales".

Ayuda también "comer despacio, tomar conciencia del acto (sin TV, móvil o tablet), conversando con la boca vacía de asuntos agradables y utilizando bien los cubiertos", añade el doctor.

¿Qué alimentos sumar o eliminar de la dieta?

Las recomendaciones del doctor Bermúdez de la Vega comienzan por "prescindir de los alimentos y bebidas dulces (exceptuando la fruta madura). Optar por elaboraciones simples, evitando salsas, moderando el consumo de aceite (mejor de oliva virgen)  y restringiendo los alimentos procesados, fritos y embutidos; moderando, además, la ingesta de cárnicos, harinas y lácteos".  Para este pediatra el consumo de "frutas y verduras, pescado, huevos y proteínas de origen vegetal a partir de legumbres, frutos secos crudos y semillas" es esencial para mantener una dieta completa y saludable.

Llevar una vida activa

El complemento necesario de un cambio de hábitos alimenticios es el "aumento de la actividad física habitual". Aunque incrementar el ejercicio no produzca una pérdida de peso a corto plazo, previene una adaptación metabólica a la dieta, aumenta la capacidad funcional, produce sensación de bienestar y favorece un estilo de vida saludable. 

Es recomendable que los niños practiquen una hora diaria de ejercicio programado fuera del colegio, preferiblemente de tipo aeróbico. El truco para su éxito está en que la actividad resulte atractiva, flexible y realista, siendo de gran ayuda la implicación de los padres

Reducir el tiempo destinado a prácticas sedentarias es imprescindible. Así como limitar el uso de pantallas, reduciéndolo a unas horas acordadas y eliminándolas de las habitaciones de los pequeños. En su lugar, deberían hacerse rutinarios los juegos clásicos en parques y los traslados a pie para huir del sobrepeso.

Seguir los consejos del doctor Bermúdez de la Vega permitirá a los ciudadanos eludir las consecuencias negativas de la obesidad, infantil en este caso, apartándose de las patologías asociadas a la acumulación excesiva de grasa corporal y aumentando sus expectativas de vida.

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