El presidente del Colegio de Economistas de Sevilla, Francisco J. Tato Jiménez, hizo un repaso este jueves, durante la presentación del Barómero de la Economía de Sevilla, no sólo de las incertidumbres que existen a nivel internacional y que pueden perjudicar a las economías de todo el mundo, sino también por las del panorama nacional. En este sentido recordó que la celebración de unas cuartas elecciones generales va a retrasar aún más las importantes reformas que se deben acometer en el país.

En todos los casos, según subrayó, se deberían acometer “de manera inmediata”, aunque sean “impopulares”. Citó el sistema de pensiones: el déficit aumentó en 5.700 millones en agosto, a pesar del incremento por cotizaciones en 6.000 millones. Si en la actualidad hay un pensionista por cada tres cotizantes, pronto estarán equiparados y con una esperanza de vida mucho más alta.

También se refirió a la necesidad de reducir el déficit del Estado. “El alto nivel de endeudamiento va a lastrar a las políticas del futuro”, señaló, y se congratuló porque los Presupuestos de la Junta de 2020 vayan a ser los primeros sin déficit en mucho tiempo, según se ha anunciado.

Preguntado por cuáles, de esas reformas pendientes están perjudicando más a la economía sevillana, Tato señaló el “importante déficit de infraestructuras” que se arrastra en la provincia, a pesar de que éstas contribuyen a crear empleo y a la atracción de capital.

“La inversión per cápita en Sevilla ha caído en los últimos diez años en un 70%”, recordó. A la vez, manifestó sus dudas porque haya un cambio importante en ese sentido, precisamente, por el déficit público.

Por otro lado y a pesar de los datos que apuntan a una desaceleración, quiso recordar que la economía sevillana sigue en positivo, que han aumentado los créditos a pymes, el número de turistas en agosto y el sector hotelero en Sevilla ha crecido en rentabilidad. El paro bajó en el último mes en 3.586 personas.

"¿El efecto de Lagoh?", se preguntó. “Lo que sea es una buena noticia”.

En esa línea, subrayó que también hay que destacar todos esos datos, recordando el aserto de que lo que la gente percibe como real se convierte en real por sus consecuencias. Si la gente piensa que hay crisis y el consumo se contiene, como parece que está ocurriendo incluso con tipos de interés casi negativos, se contendrá también la economía, habrá ajustes de empleo y reducción de rentabilidad en las empresas.