Enfermeras en guardia contra el calor extremo

salud pública

Actualmente está activado el Plan Andaluz de los efectos de las temperaturas excesivas sobre la salud, siendo una pieza clave el trabajo de la enfermera comunitaria

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La enfermera gestora de casos, María Ángeles Velasco, en el centro de salud de San Jerónimo, informa de las medidas de prevención a una cuidadora.
La enfermera gestora de casos, María Ángeles Velasco, en el centro de salud de San Jerónimo, informa de las medidas de prevención a una cuidadora. / Juan Carlos Muñoz

Aún no ha llegado el mediodía y los termómetros ya rebasan los 30 grados en buena parte de la ciudad de Sevilla. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado esta semana las primeras alertas por temperaturas extremas del verano y esto sólo es el principio. 

Para combatir el impacto de las mismas, la Consejería de Salud cuenta con todo un batallón de enfermeras de Atención Primaria, coordinadas por una treintena de las denominadas enfermeras gestoras de casos, que, desde el pasado 15 de mayo mantienen activa toda su artillería para reducir el impacto sobre la salud asociado al incremento del mercurio y a posibles olas de calor, con especial atención a los colectivos más vulnerables. 

María Ángeles Velasco en el centro de salud de San Jerónimo.
María Ángeles Velasco en el centro de salud de San Jerónimo. / Juan Carlos Muñoz

María Ángeles Velasco es una de ellas. Se encarga de coordinar este plan en los centros de salud de San Jerónimo y San Luis. Nos recibe en el primero, en plena alerta naranja por temperaturas. El termómetro de la farmacia junto al ambulatorio da fe de ello. A las 10:50 horas marca ya 35 grados. Se superarán los 40 por lo que, tal y como recoge el Plan Andaluz de Prevención de los Efectos de las Altas Temperaturas sobre la Salud, el umbral marcado en Sevilla (varía según la provincia) para activar al comando que conforman para este fin las enfermeras de enlace y de familia para intensificar las visitas domiciliarias en los pacientes más complejos y de mayor vulnerabilidad, previamente incluidos en un plan de seguimiento telefónico de Salud Responde y teleasistencia.

"Todos los enfermeros de Atención Primaria de Sevilla y los gestores de casos, que ya atendemos a población vulnerable, tenemos un registro dentro de la historia digital de cada paciente donde le realizamos una valoración enfermera a estas personas y su clasificación con un cuestionario según el grado de vulnerabilidad que tenga tras un análisis de aquellos criterios que nos hacen sospechar que son pacientes de riesgo y si son susceptibles de hacer o no seguimiento, bien telefónico o con visitas", apunta Velasco.

La enfermera destaca que es muy importante concienciar a la población de que la exposición a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador provocando efectos directos en el organismo, pudiendo tener consecuencias sobre nuestra salud. 

La población mayor y los bebés, los más vulnerables

La población mayor y los niños pequeños son más vulnerables, ya que reproducen una mayor dificultad de control de los mecanismos de regulación de la temperatura. Así, este grupo de personas puede padecer dolor de cabeza boca seca, náuseas o mareos, sus golpes de calor también pueden mostrar signos de desorientación y confusión, insomnio, somnolencia diurna y cansancio. También en ellos es más difícil detectar una deshidratación por la dificultad de manifestar la sensación de sed.

Así, en cuanto a los perfiles de pacientes, el plan por el que se pautan las actuaciones los engloba en varios grupos. Por un lado, el que conforman los mayores de 65 años con patologías crónicas, en su mayoría EPOC, insuficiencia cardíaca, demencia, insuficiencia real, obesidad, hipertensión o diabetes; las personas que superan esta edad y que viven solos o con un cónyuge también mayor de 65 años y patologías crónicas, que además tomen determinada medicación que se ve afectada por las altas temperaturas; y, el grupo de personas sin hogar o que vivan solo, también con patologías crónicas. Por otro lado, también se incluyen niños y otros perfiles que habitan en viviendas inadecuadas. Y, como novedad este año, también se incluyen embarazadas con alto nivel de riesgo.

La enfermera explica que el volumen de personas en seguimiento específico es bajo. En su caso, no supera la decena en cada uno de los dos centros de salud que gestiona. Aún así, remarca que hay casos muy complejos, con una importante carga social detrás, en lo que cobra importancia esas visitas domiciliarias para hallar las claves de la vulnerabilidad. "Por teléfono nos pueden decir que no están solos, si son mayores, sobre todo, o que sí tienen aparato de aire acondicionado en casa, por ejemplo, pero luego hay que ver si, por un lado, esos acompañamientos son reales y si, aunque haya aparatos de aire, no se ponen por el gasto que suponen", detalla.

Seguimiento telefónico y visitas domiciliarias

Su tarea se basa en recomendaciones preventivas para cuidar a estos grupos de población más susceptibles ante altas temperaturas y sobrevenir cualquier situación peligrosa. Entre ella se encuentra la identificación o captación de los pacientes que cumplen los criterios de prevención, intervención y seguimiento y se registra en el historial de salud a los pacientes "que cumplen los criterios para su inclusión en el seguimiento".

Así, indica que identificar a la población de riesgo lleva detrás un arduo trabajo. María Ángeles Velasco explica que esta labor se desarrolla durante los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre (con posibilidad de iniciarlo dos semanas antes o finalizarlo dos después, hasta el 15 de octubre) desde Atención Primaria para la captación y valoración de las personas en situación de riesgo por personal de enfermería gestora de casos y de enfermería de Atención Primaria para su posterior seguimiento. Cada año se cuenta con el listado del anterior y se añaden los nuevos casos. Este listado está al alcance de todos los enfermeros en el control de enfermería para que sea accesible a toda la plantilla en cualquier momento.

Las actuaciones se refuerzan según apriete el calor. "Los sistemas de vigilancia nos avisan cuando entramos en olas de calor y ahí es donde nuestro trabajo se intensifica. Lo habitual es que desde enfermería hagamos una llamada semanal a los pacientes de muy alto riesgo cuando no hay temperaturas extremas o, hacer una visita, con o sin programar, que en días de ola de calor se potencian", apostilla.

Además del seguimiento de los profesionales sanitarios, Velasco recuerda las recomendaciones clásicas ante episodios de altas temperaturas: beber agua y mantenerse hidratados, bajar las personas cuando el sol aprieta, evitar salir en las horas de mayor incidencia solar, especialmente, entre las 12 y las 16 horas, o usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.

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