El enfermero que recibió al polaco sólo apreció una posible "problemática social"

Caso piskozub

Este cuarto imputado coincide en que el paciente sólo quería "dormir y comer" y no vio que tuviera fiebre o tosiera.

Jorge Muñoz, Sevilla

13 de enero 2015 - 15:34

El enfermero que recibió al polaco Piotr Wiktor Piskozub en el servicio de Urgencias del hospital Virgen del Rocío ha asegurado a la juez que investiga una posible negligencia en la atención al paciente que sólo apreció una posible “problemática social”, por cuanto coincidió con otros médicos imputados en que el joven sólo quería “dormir y comer” y no vio que tuviera fiebre o tosiera.

En su declaración ante la juez de Instrucción número 5 de Sevilla, el enfermero ha explicado que la madrugada del 2 de octubre de 2013 recibió al polaco en la sala de Triaje o clasificación del servicio de Urgencias. Según este nuevo imputado, cuarto en esta causa judicial junto a otros tres médicos, el paciente llegó sin informe de asistencia ni identificación y a su llegada le dijo que “unos amigos malos lo habían dejado allí” y él sólo quería “dormir y comer”.

El enfermero añadió que dispone de un minuto o minuto y medio para hacer la clasificación de los pacientes y en este caso no apreció que tuviera fiebre o tosiera, por lo que finalmente lo clasificó como “problemática social”, expresión a la que añadió tres signos de interrogación para dar a entender que se trataba de una posibilidad, puesto que no tenía informes que lo corroborasen.

La abogada María Isabel Mora, que ejerce la acusación particular en representación de la asociación Pro derechos Humanos de Andalucía, ha explicado a los periodistas que a lo largo de esta instrucción judicial cada vez se ponen más en evidencia las “lagunas” del protocolo de atención a personas sin hogar y ni siquiera conocen en la actualidad los cambios realizados por la consejería de Salud precisamente a raíz del caso Piskozub.

La asociación recordó que la oficina del Defensor del Pueblo Andaluz ha abierto incluso una queja por las posibles deficiencias en el protocolo de asistencia a estas personas y añadió que la Consejería aún no le ha remitido a esta institución el nuevo protocolo de atención a pesar de que se le ha reclamado.

En diciembre pasado declaró también como imputado el Médico Interno Residente (MIR) del servicio de urgencias del Hospital Virgen del Rocío que atendió al joven polaco Piotr Wiktor Piskozub –que falleció el mismo 2 de octubre de 2013 en el albergue municipal cuando esperaba en un sofá junto a la cola de la comida- y quien afirmó que no advirtió "ningún síntoma" para hospitalizarlo después de haberlo auscultado, a pesar de que según los forenses hubiera sido preceptivo que se le hiciera una analítica y una radiografía. En la causa hay imputados otros dos médicos que aseguraran en su comparecencia que no habían intervenido en el tratamiento dispensado.

El tercer médico imputado le dijo a la juez que el paciente, más allá de su propio deterioro físico, no presentaba "ningún síntoma" que hiciera presagiar el fatal desenlace que se produciría tan sólo unas horas después, y añadió que el problema del joven era de comida y alojamiento, por lo que hizo "todo lo posible" por ayudarlo.

El imputado relató que el polaco le dijo que era alcohólico y que no comía, y afirmó que tras recibir el alta le dio las gracias por cómo lo había tratado.

La imputación de los profesionales sanitarios se produce después de que el informe forense encargado por la magistrada atribuyera la muerte de Piotr Piskozub a una posible negligencia, por cuanto dada la "delgadez extrema" y la desnutrición severa que presentaba el joven era "preceptiva" su hospitalización y la realización de pruebas complementarias, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El informe forense recordaba que el joven pesaba sólo 45 kilos, medía 1,85 metros y tenía 62 centímetros de perímetro abdominal, por lo que presentaba un índice de masa corporal de 12,6 kilos/m2, lo cual es "indicativo de delgadez extrema según la OMS y sugestivo de desnutrición severa".

El paciente ingresó en el hospital sobre las 00:29 del 2 de octubre de 2013, y lo único que pidió es "comer y dormir bajo techo", y tras ser explorado recibió el alta médica a las 02:06, después de que los médicos descartaran la necesidad de hacer pruebas complementarias y siendo derivado a los servicios sociales municipales.

El estudio forense ponía de manifiesto que "a pesar de que la exploración realizada resultase inespecífica, destacándose la ausencia de signos de proceso infeccioso y sintomatología respiratoria, el paciente presentaba un estado de desnutrición, el cual ya fue detectado durante la primera asistencia y recogido en la historia clínica".

La hospitalización, según el informe forense, era preceptiva por dos aspectos, para tratar de manera específica la malnutrición -corregir las carencias, suprimir las anomalías metabólicas e iniciar la alimentación- y para "realizar las pruebas complementarias pertinentes para diagnosticar las posibles situaciones que puedan originar una malnutrición secundaria". Entre esas pruebas debía habérsele realizado una analítica de sangre -que incluya hemograma y bioquímica- y una radiografía de tórax.

En esta investigación judicial ha declarado como testigos el coordinador de Urgencias del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, quien aseguró que la atención que se le dispensó a este paciente fue "exquisita" por parte de todos los profesionales. Según dijo este testigo, se siguieron los protocolos sanitarios y se hizo todo lo que tenía que hacerse e incluso afirmó que tenía conocimiento de las pruebas que se le realizaron porque se lo comentó el propio Médico Interno Residente (MIR) que asistió a Piskozub.

Una médico adjunta al servicio, que también está imputada, aseguró que no participó ni en el diagnóstico ni en el tratamiento a esta paciente y dijo que el joven polaco dijo que se quería ir del hospital. Esta facultativa añadió que sólo apoyó al MIR en la atención y relató que este médico le pregunto cómo se derivaba un paciente a los servicios sociales. En los mismos términos se pronunció el otro médico imputado.

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