Erasmus de la US en Austria: “Desde España se ve todo más dramático”

Universidad

Sergio y Tomás son dos alumnos de la Hispalense a los que la sexta ola del Covid les ha pillado de Erasmus en el país centroeuropeo, que está confinado

Tomás Castro, estudiante de Erasmus en Austria.
Tomás Castro, estudiante de Erasmus en Austria. / D. S.

Segio Quijada Gracia, a sus 22 años, quería estudiar en un país “que tuviera diferencias con España”. Por tal motivo, eligió Austria. En su decisión también cobró fuerzas los “buenos comentarios” que recibió sobre la Universidad Técnica de Graz, una ciudad situada en la región sureña de Styria. Todo ello propició que el 31 de agosto de este año pusiera rumbo al estado centroeuropeo.

Tanto a él, como a otros compañeros de la Escuela Superior Técnica de Arquitectura de la Universidad de Sevilla (US), el confinamiento de Austria al dispararse los contagios de Covid les ha pillado al final de primer semestre del curso. “Hasta entonces tenía clases presenciales al 100%”, recuerda Quijada, que detalla que el único requisito que le exigían para entrar en el aula era mostrar el pasaporte Covid y utilizar mascarilla por los pasillos de la facultad. “Me llamaba la atención que pudiera quitármela una vez que estuviera sentado en mi sitio”, añade el joven sevillano.

Pese al cierre de establecimientos hosteleros y otros negocios de ocio decretado en Austria como medidas de confinamiento para paliar el incremento de positivos, lo cierto es que, según Quijada, “desde España se ha visto todo más dramático de lo que se ha vivido aquí”. Una reflexión a la que llega tras los comentarios recibidos de su familia, que ha seguido con preocupación la situación que sufre actualmente el país en el que estudia su hijo.

Sergio Quijada, alumno de la Hispalense que estudia este curso en Austria.
Sergio Quijada, alumno de la Hispalense que estudia este curso en Austria. / D. S.

“Bares y tiendas están cerrados, pero las calles siguen con mucha gente, las bibliotecas permanecen abiertas y continúa habiendo algunas clases presenciales”, relata este estudiante de Arquitectura, al que, eso sí, las medidas implantadas afectan, especialmente a sus planes de ocio para conocer el país: “He tenido que cancelar un viaje de esquí a Innsbruck”.

Desde que pisó suelo austríaco, Sergio Quijada ha constatado que, como en otros países, también allí hay dos “bandos” a la hora de afrontar la pandemia. Por un lado, las personas que siguen a rajatabla todas las medidas preventivas y otras, por contra, que hacen caso omiso. Asegura que la exposición al Covid es “mucho mayor”, al estar rodeado de un importante número de personas. “Participamos en el programa Erasmus con la intención de conocer gente y realizar el máximo de actividades posible, por lo que acabas teniendo muchos contactos”, explica este universitario, en cuya residencia de estudiantes se han confirmado varios positivos, lo que lo obligó durante varias semanas a realizarse test de antígenos y PCR.

La diferencia con las medidas establecidas en España fue uno de los aspectos que más le ha llamado la atención desde que llegó a Austria. “A los pocos días de estar aquí, fui a un centro comercial y vi cómo nadie llevaba la mascarilla puesta”, recuerda Quijada, cuyo asombro fue mayor cuando presenció discotecas llenas de clientes donde no se establecía ninguna medida contra el virus. “Sólo se pedía el certificado Covid y un registro de datos”, asevera.

Tomás Castro estudia este curso en la Universidad de Graz.
Tomás Castro estudia este curso en la Universidad de Graz. / D. S.

Tal percepción la comparte su compañero Tomás Castro Alcántara, de 21 años y estudiante de cuarto de Arquitectura en la US. Hasta el confinamiento austríaco, la mayoría de las clases a las que ha acudido en la Universidad de Graz se han desarrollado de forma presencial. Eso sí, se trataba de aulas con no más de 15 personas en caso de que no pudiera mantenerse la distancia de seguridad. “En ciertas asignaturas nos organizamos por turnos para no saturar las clases”, abunda Castro, quien también apunta a que en dicha institución académica se ha implantado un sistema de registro electrónico a través del código QR para localizar a todo aquél que haya sido contacto estrecho de un positivo durante la estancia en el aula.

Reconoce que hasta que hace unas semanas no entró en vigor el confinamiento, “vivíamos como si no hubiera pandemia”. Una vez que se decretó la nueva situación, los primeros días fueron “algo confusos”. “La mayoría de las clases han pasado a ser ‘on line’, aunque algunas se mantienen presenciales siempre que no seamos muchos en el aula”, precisa este estudiante.

Tanto Sergio como Tomás se plantean ahora cómo seguirán sus estudios en Austria tras las vacaciones navideñas. El primero afirma que “en ningún momento” ha pensado abandonar el Erasmus. “La pandemia se sufre a nivel mundial y en España podría ocurrir lo mismo. Prefiero continuar en Austria”, asevera. Sin embargo, Tomás admite que si la situación en enero permanece igual y la enseñanza mantiene el formato telemático, “tendría que debatirlo con la familia y compañeros de aquí, pues sería lo mismo que estar en España”.

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