SEVILLA

El debate espacial en Sevilla: desde la exploración a la Luna a la basura fuera de la Tierra

Los astronautas Sara García y Pablo Álvarez, junto a la ministra de Ciencia e Innovación en funciones, Diana Morant, en la presentación de la Semana del Espacio  en el Palacio de Congresos (Fibes) en Sevilla.

Los astronautas Sara García y Pablo Álvarez, junto a la ministra de Ciencia e Innovación en funciones, Diana Morant, en la presentación de la Semana del Espacio en el Palacio de Congresos (Fibes) en Sevilla. / José Manuel Vidal / EFE

Esta semana la capital hispalense se ha convertido en el epicentro internacional de los líderes del espacio. Sevilla ha sido, por primer vez, la anfitriona de una cumbre internacional que ha precisado del despliegue de más de 700 agentes de la Policía Nacional para salvaguardar su seguridad. Las sedes elegidas para realizar los encuentros -el Pabellón de la Navegación y el Palacio de Congresos y Exposiciones (Fibes)- han visto pasar a los jefazos de esta materia de más de 40 países europeos. 

Una cita -que se organiza en el marco de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea- que ha contado con dos eventos clave: la reunión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la cita informal de los ministros europeos de esta materia. Aunque lo pueda parecer, no son los mismos participantes ni los debates han sido similares. Lo que sí es cierto es que se han puesto sobre la mesa cuestiones que generan muchas dudas ante la inminente carrera espacial.

Y más allá de esta suerte de competición en la que La India, Rusia, China y Estados Unidos se posicionan en los primeros puestos de salida para llegar a Marte, también ha estado muy presente la explotación del propio espacio. Una partida a la que han entrado a jugar las empresas privadas, algunas conducidas por grandes multimillonarios que ven que el coste de lanzar un cohete se ha abaratado, que los tiempos de prueba se han reducido y que las posibilidades que ofrecen los satélites en un mundo hiperconectado son infinitas.

Sobre si ir al espacio o no -la famosa exploración de la que tanto se habla- lo cierto es que la Unión Europea atraviesa una crisis de lanzadores que la obliga a depender de Estados Unidos. También es cierto que no dispone de recursos propios para enviar a astronautas al espacio, de hecho España participará en la Misión Artemis con la NASA al frente. Ante esta situación, los países participantes en la cumbre sevillana han decidido llevar a cabo un concurso entre empresas europeas para construir una nave que lleve carga a la Estación Espacial Internacional. Sería un primer paso hacia un vehículo tripulado.

Proyectos clave de la Unión Europea

Pero más allá de la cuestión de enviar astronautas a la Luna -y a Marte- la Unión Europea mantiene su apuesta decidida por diferentes programas, en su mayoría, de servicios basados en satélites. "Los tres que tenemos implementados son Copernicus, Galilelo, Egnos y el proyecto Iris 2 que se pondrá en marcha en 2027", explica a este periódico Paula Ceballos, portavoz de la Representación de la Comisión Europea en España.

El proyecto Copernicus -coordinado y gestionado por la Comisión Europea- es un sistema de observación de la Tierra. Se trata de una de las herramientas más importantes de la Unión Europea para el seguimiento del cambio climático. "Extremadura alcanzó este verano un récord de temperatura en suelo de 70 grados, esta información vino de Copernicus", ejemplifica Ceballos, quién también señala que, en gestión de incendios, este programa toma imágenes y puede seguir en tiempo real la evolución del fuego. Algo que permite "agilizar la toma de decisiones, contribuyendo a disminuir los daños".

Por otro lado, el sistema Galileo es una especie de GPS europeo con una enorme precisión. "Es muy valioso es cuestiones de emergencia, de búsqueda y rescate o protección civil", señala. Hasta la fecha cuenta con una constelación de 28 satélites y se ha convertido en el servicio de navegación por satélite más preciso del mundo.

El tercer proyecto clave es Egnos, también de navegación y posicionamiento. Se utiliza, por ejemplo, para la navegación aérea. "Si un avión se desvía demasiado de la línea, en el momento del aterrizaje, el sistema lo detecta", apunta Ceballos y suscribe que cuenta con cuatro centros de control de tierra, uno de ellos en España. 

Aparte de estos proyectos -que ya están en funcionamiento- una de las grandes promesas es el programa Iris 2 que será una constelación de satélites para garantizar Internet de alta velocidad en todo el mundo. "Lo que se quiere es tener una infraestructura de conectividad europea, autónoma y segura". Su uso será para aplicaciones civiles, militares y gubernamentales , es decir, para que los utilicen "los gobiernos europeos en escenarios críticos".

Dependencia de SpaceX

Una de las cuestiones que más ha llamado la atención de esta cumbre espacial en Sevilla ha sido el anuncio de que cuatro satélites Galileo se lanzarán al espacio en 2024 con dos cohetes de la empresa privada estadounidense Space X, propiedad de Elon Musk. Un hecho que, según argumentaron, se debe a los retrasos que acumula el nuevo cohete Ariane 6. "Efectivamente, una de las prioridades es garantizar el acceso independiente y rentable al espacio que se necesita para poner en órbita estos cuatro programas", apunta la portavoz.

"La intención es usar en el futuro los nuevos lanzadores Ariane 6 y Vega-C que son de fabricación europea", pero "desde la Comisión Europea tenemos que garantizar la continuidad del funcionamiento de nuestros tres buques insignia y hubo una cancelación de servicios de lanzamiento Ariane 5 provocando que hayamos perdido temporalmente nuestro acceso al espacio en misiones como Galileo". Asegura que se va restablecer "tan pronto como Ariane 6 esté en funcionamiento". Para cubrir la brecha, la Agencia espacial Europea "empezó a buscar fuera" y tras un análisis exhaustivo, "la Comisión Europea está tomando medidas para permitir el uso de SpaceX para dos lanzamientos en 2024", confirma y hace especial hincapié en que se trata "de una medida temporal".

Evitar la basura espacial

Otro punto de debate ha sido la sostenibilidad en el espacio, porque uno de los grandes problemas es la acumulación de basura "que se está incrementando y puede suponer un riesgo para nuestros propios satélites", explica Ceballos. El objetivo principal es que todas las actividades en la materia desempeñen un papel fundamental en la creación de una Europa sostenible y ecológica. 

"En el programa Iris 2, que es el mayor proyecto futuro que tenemos sobre la mesa, la constelación se basará en principios y medidas de sostenibilidad con disposiciones para minimizar y compensar las emisiones de efecto invernadero", apunta la portavoz. 

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