La otra fachada de Artillería
Las cubiertas de la fábrica de San Bernardo se preparan para su apertura y serán un espacio musealizable
Así será la nueva factoría cultural
La fachada más desconocida de la antigua Fábrica de Artillería de Sevilla mira al cielo. Así conciben los técnicos las cubiertas del imponente complejo de San Bernardo, como una fachada, un elemento protegido que, una vez que concluya la restauración ya en marcha, se abrirá al público para su visita.
Un paseo por las cubiertas ofrece no sólo unas vistas espectaculares, con la Giralda y otros hitos arquitectónicos como la Torre Sevilla, sino que también permite descubrir una perspectiva del barrio de San Bernardo, que está íntimamente ligado a la historia de esta fábrica en la que se interviene en estos momentos para convertirla en una gran factoría cultural. Desde la azotea y las linternas de la fábrica se observa cómo el barrio ha sido modelado y alterado por las sucesivas ampliaciones de la industria original. Y hoy, San Bernardo y la fábrica, intercambian identidades, y la visita permite explicar también varios capítulos de la historia de Sevilla.
El proyecto de rehabilitación del inmueble, que albergará al futuro Centro Magallanes, contempla la necesaria accesibilidad universal a esta zona, que se convertirá en un espacio musealizable donde contemplar también contenidos, según los planes.
Las cubiertas ya fueron restauradas en una anterior intervención, pero el proyecto que ahora se ejecuta en lo que será el Centro Magallanes contempla partes que serán levantadas. En concreto, en las naves de la fábrica hay elementos de madera y cerchas que se van a conservar y que ya no tendrán una función estructural. Y para garantizar la estabilidad las cubiertas de las naves se van a levantar y se colocarán otras que no se visualizarán pero permitirán instalar paneles sándwich para las conducciones térmicas y acústicas; y, en algunos puntos, colocar placas fotovoltaicas que ayudarán al autoabastecimiento energético del complejo. Para ello hay cubiertas de uralita que se eliminarán y otras que se retejarán, tarea en la que trabajan ya algunos operarios. El tipo de teja que existe en las cubiertas es propia de Artillería, no es plana del todo, pero tampoco se asemeja a las tejas árabes.
La visita a la fábrica, donde las obras avanzan a buen ritmo, descubre el abandono de espacios, fruto de las distintas necesidades fabriles, que se traducen en añadidos, patios cegados y cubiertas renovadas. Secuencias de tiempos superpuestos que ahora permitirán ganar también espacio para una plataforma de elevación, un ascensor y una escalera que permitan una visita accesible a las cubiertas del edificio. A través de este acceso se podrá recorrer toda la azotea del complejo.
En las cubiertas se aprecian las chimeneas en forma de pequeñas cúpulas y en medio de ellas está situada la cúpula principal, ya rehabilitada y coronada por una veleta conocida como el Miguelete, un soldado con una bayoneta que es el símbolo de la Fábrica de Artillería y que también ha sido sometido a una intervención.
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