Un informe psicológico puede ser clave para reabrir un caso archivado de violación a una menor en Marchena

La familia de una menor de 15 años que denunció haber sido violada por su novio, también menor de edad en el momento de los hechos, ha solicitado la reapertura del caso, archivado por la Fiscalía de Menores el pasado otoño por falta de pruebas. Para ello aporta un informe piscológico elaborado por el Instituto Andaluz de la Mujer, donde está siendo tratada la supuesta víctima, dentro del programa de atención psicológica a adolescentes víctimas de violencia de género de este departamento.

Dicho informe pone de relieve "indicadores compatibles con violencia psicológica, física y sexual" por parte de la ex pareja de la denunciante, que le habría propinado "puñetazos, empujones, pellizcos y bofetadas". El documento técnico expone que el malestar de la menor "podría ser atribuible a la violencia referida durante esa etapa, cuya sintomatología es coherente con altos niveles de sufrimiento psíquico por victimización". Añade además que "la violencia sufrida resulta coherente y consistente con los indicadores del proceso de violencia que relatan habitualmente las mujeres víctimas de violencia de género y sexual".

El abogado de la familia, José Antonio Sires, ha presentado un recurso en el que incluye este documento, para que la Fiscalía de Menores vuelva a abrir el caso. Además, aporta unas capturas de pantalla de conversaciones entre la víctima y una amiga, a la que le contó que había sido agredida sexualmente. El letrado también ha solicitado la declaración como testigo de esta amiga, así como de los padres de la menor denunciante y los del denunciado.

"Mi hija fue violada dos veces por el que era su novio. Yo me enteré cuando fui con ella a denunciar unas amenazas por parte de él, cuando ya habían dejado la relación. Allí le tomaron declaración y ella lo contó. A pesar de ello, nos sentimos completamente desprotegidas, porque ni siquiera se ha cursado la orden de alejamiento que hemos pedido", declaró la madre, en una entrevista con este periódico hace unos meses.

La familia tuvo que abandonar Marchena, pueblo en el que ocurrieron los hechos, "debido a la tensa situación que se ha producido con el presunto autor y su entorno, con lo que, al daño sufrido, se une el desarraigo que está sufriendo todo el núcleo familiar para proteger a la menor", explicó en su día el abogado.

Además de la denuncia por las amenazas y las agresiones sexuales, la familia también presentó después otra por una agresión física por parte de la pareja actual de su ex novio. La madre de la menor supuestamente agredida lamenta que esto le haya alterado la vida "en todo". "Hemos tenido que cambiar nuestros hábitos". La fiscal les recomendó que no fueran al pueblo en el que reside el menor denunciado, "porque si lo veíamos a él o a su familia nos podían poner una denuncia como que los estábamos provocando".