Interior mantiene activas 140 denuncias de desaparecidos en la provincia de Sevilla

Más de la mitad de los casos corresponden a menores de edad, de los que la mayoría estaban en centros de protección

El caso más antiguo, de 1998: "A mi hija se la tragó la tierra"

Búsqueda de una mujer desaparecida en Carmona.
Búsqueda de una mujer desaparecida en Carmona. / Juan Carlos Muñoz

El Ministerio del Interior mantiene activas 140 denuncias por desaparición en la provincia de Sevilla. Más de la mitad de ellas corresponden a menores, de los que la gran mayoría estaban en centros de protección y/o acogida. De los 140 casos activos, 88 son hombres (40 mayores de edad y 48 menores) y 52 mujeres (14 mayores y 38 menores). Así consta en el informe anual que elabora el Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes).

Por denuncia activa se entiende aquella en la que existe una investigación policial en vigor. Estas denuncias han experimentado en los últimos años una tendencia al alza. El año 2024 se cerró con 6.722 denuncias activas, por las 6.001 del año anterior. En su informe, el Cndes explica que esta tendencia ascendente se debe al pequeño porcentaje de casos que quedan sin resolver, que suele ser de alrededor del 2% del total de denuncias ingresadas en el sistema por año.

Una gran parte de las denuncias que permanecen activas corresponden a personas cuya desaparición fue reportada en el año 2024. A nivel nacional, fueron 2.272 de las 6.722 que siguen en vigor, lo que supone un 33,8% del total. El organismo confía en que este porcentaje se irá reduciendo en 2025, a medida que se resuelvan los casos que están actualmente bajo investigación. El porcentaje de denuncias activas correspondiente a varones es notablemente superior al de mujeres. Son más de tres de cada cuatro casos los que están relacionados con hombres.

La tendencia observada a lo largo de los años indica que, inicialmente, se registran más denuncias de desaparición de menores que de adultos. Sin embargo, con el tiempo, las desapariciones de menores tienen a resolverse en mayor proporción, lo que provoca una inversión en la tendencia inicial respecto a las denuncias activas. Actualmente, los expedientes de menores representan el 45,7% del total, mientras que los de los adultos constituyen el 54,3%. El 40,9% de las denuncias activas corresponden a menores de entre 13 y 17 años.

Los índices más altos se registran en las provincias de Cádiz (708 denuncias), Madrid (554), Las Palmas (521) y Barcelona (369). La prevalencia de Cádiz y Las Palmas revela el vínculo de muchas de estas denuncias por desaparición con el fenómeno de la inmigración. Avala este dato el hecho de que Marruecos, Argelia y Guinea son los principales países de origen de los desaparecidos, obviamente por detrás de España. Sin embargo, en el caso de los menores ausentados, casi el 60% de los mismos son marroquíes.

Hasta aquí las denuncias que permanecen activas, en las que hay desde casos antiguos a otros que se denunciaron el año pasado. En cuanto a los casos que se comunicaron en 2024, en la provincia sevillana hubo 695 desapariciones, lo que supone prácticamente una media de dos al día. De ellas, 424 corresponden a hombres, de los que 239 son mayores de edad y 185 no alcanzaron los 18 años en el momento de su desaprición. Son 271 las mujeres cuya ausencia se puso en conocimiento de las autoridades, que se reparten en 83 adultas y 183 menores.

Sevilla es la décima provincia española en número de denuncias de desaparecidos interpuestas en 2024. La primera es Madrid, con 4.434; seguida de Las Palmas, con 3.333; Barcelona, con 2.547; Valencia, con 1.504; y Santa Cruz de Tenerife, con 1.168. El sexto puesto es para Alicante, con 925; el séptimo para Baleares, con 881; y el octavo para Murcia, con 835. Málaga es la novena, con 722 casos, justo por delante de Sevilla. El grupo de edad con mayor incidencia de casos en 2024 corresponde a menores de entre 13 y 17 años, donde se ubican el 61,1% del total de denuncias registradas en el periodo anual. Un 4,3% corresponde a personas mayores de 65 años.

En total en España, el número de denuncias durante el año pasado fue de 26.345. Esto significa un crecimiento del 6% en relación con el año anterior. Existe una considerable tasa de reincidencia. Sólo 11.552 de las 26.345 denuncias son de un único episodio de desaparición, mientras que el resto (14.793) corresponden a 4.595 personas, quienes presentan una meida de 3,2 denuncias cada una. En términos absolutos, 16.147 personas fueron reportadas como desaparecidas en 2024. De ellas, un 49,4% son menores, un 63% son hombres y el 63,8% son españolas.

El Centro Nacional de Desaparecidos se creó en el año 2018 para coordinar las labores de búsqueda de personas sin localizar, difundir las imágenes y datos de las mismas y mitigar o reducir el sufrimiento producido por este fenómeno en familiares y allegados. "Para un familiar, es difícil explicar lo que ocurre dentro de sí, debido a la serie de reacciones psicológicas de dolor, depresión, ansiedad, irritabilidad o sentimiento de culpa por no tener la certeza de que puede haberle sucedido. Cuando un ser querido fallece, comienza un proceso emocional que comprende y recoge todas las reacciones normales ante esta pérdida. Sin embargo, cuando la persona desaparece y no se tienen evidencias ni de que haya fallecido ni de que siga con vida, se presenta una dificultad añadida al estado emocional. A ese dolor, normal en la pérdida, se suma la angustia y ansiedad por la duda y la falta de certezas", apunta este organismo en el prólogo de su informe. De ahí la importancia de un acompañamiento psicológico a las familias durante todo el proceso, hasta que se encuentre a su ser querido. "Detrás de cada desaparición hay una situación de enorme sufrimiento familiar".

En 2023, el Cndes puso en marcha una nueva alerta para una localización temprana. Se trata de la Publicación de Alerta Vulnerable (PAV), con la que se llega en mayor medida a la sociedad gracias a la implicación de empresas de publicidad propietarias de pantallas digitales por todo el territorio nacional. Así se consigue que la alerta tenga una gran visibilidad y repercusión mediática en pocos minutos, con buenos resultados en las escasas ocasiones que se ha activado. Durante 2024, las alertas activadas han sido mayoritariamente de personas de extrema vulnerabilidad, como son las personas mayores con enfermedades cognitivas o neurodegenerativas y los menores.

El Cndes apunta en su balance algo en lo que ya han insistido por activa y por pasiva los responsables de las Fuerzas de Seguridad del Estado y de organizaciones que colaboran en la búsqueda de personas, como pueden ser SOS Desaparecidos. Es fundamental erradicar la creencia de que se deben esperar 24 horas para denunciar una desaparición. La denuncia debe ser inmediata, pues la prontitud en la búsqueda es prioritaria para evitar desenlaces no deseados.

El número total de denuncias por desaparición registradas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el sistema de Personas Desaparecidas y Cadáveres y Restos Humanos sin identificar (PDyRH), desde que se tienen registros, asciende a 321.687. De ellas, se han resuelto un total de 307.332, lo que supone un 95,5%. Dentro de las denuncias que tienen abierta una investigación policial, existen 7.633 casos catalogados como menor ausentado, que corresponde a fugas voluntarias de menores extranjeros.

Los casos más recientes

En la web del Cndes hay publicadas actualmente once alertas de desaparecidos en la provincia de Sevilla en los últimos tres años. Alguna de ella sigue vigente a pesar de que la persona ha sido encontrada sin vida recientemente, como es el caso de un vecino de Montellano cuyo cuerpo fue hallado en Ronda el pasado 8 de mayo. O incluso si la familia ha comunicado que se encuentra ya localizado y en buen estado, como es la situación de un hombre natural de Aracena pero residente en la capital andaluza cuya desaparición se denunció en abril.

El caso más reciente de los publicados en este organismo oficial es el de Jacobo G. F., un hombre de 32 años que desapareció el 5 de marzo en La Rinconada. Mide 1,85 metros, pesa 65 kilos, tiene una complexión delgada, el pelo negro, corto y ondulado y los ojos marrones. De 2024 hay cinco casos expuestos en la web, de los que tres son menores de edad, dos de ellas extranjeras. Una de ellas es Adjaratou D., de 17 años, desaparecida en diciembre en Valencina de la Concepción. Otra es Fataoumata Binta D., de 16, desaparecida en Vallanueva del Ariscal en mayo de 2024. La tercera de las menores es Andrea P. R., cuya ausencia se notificó en octubre de 2024 en Mairena del Aljarafe.

Alba Jarquín sostiene un cartel con la foto de su hermano desaparecido.
Alba Jarquín sostiene un cartel con la foto de su hermano desaparecido. / Juan Carlos Muñoz

Los dos mayores de edad desaparecidos en 2024 que figuran en la web del Cndes son Alejandro R. J., de 44 años; y Óscar A. M., de 35. El primero de ellos desapareció el 23 de agosto en Sevilla capital, mientras que el segundo lo hizo el 7 de octubre en Carmona. Fue visto por última vez a bordo de su vehículo, un Volkswagen Golf en el polígono El Pilero. Desde entonces no se sabe nada de él.

De 2023 hay tres avisos. Miguel Ángel S. O., de 34 años, es uno de ellos. Desapareció el 4 de junio en Sevilla capital. Álvaro C. J., de 28 años, desapareció el 9 de enero de 2023 en Fuentes de Andalucía. El tercer caso es el de José Bismarck Jarquín Martínez, alias Chepito, un ciudadano nicaragüense de 38 años que desapareció el 20 de mayo de 2023. Se cumplen ahora dos años de esta desaparición, que fue denunciada por su hermana Alba. Jarquín fue visto por última vez en un bar de la Macarena, adonde había ido a celebrar un cumpleaños, y nunca regresó a su puesto de trabajo, donde también residía, en una finca de El Viso del Alcor.

Asuntos antiguos sin resolver

La asociación SOS Desaparecidos, que se dedica a difundir alertas de búsquedas masivas, tiene en su web avisos de desapariciones más antiguas que siguen todavía activas. La que más tiempo lleva es Ana Franco Salguero, una joven que desapareció en el Polígono Norte el 6 de diciembre de 1998. Ha pasado más de un cuarto de siglo desde su ausencia. Tenía 22 años en el momento en que desapareció. Dejó una hija de siete, que sigue viviendo con su abuela, Cándida, que luchó infatigablemente durante años por encontrar a su hija. "Se la tragó la tierra", dijo, ya anciana, en una entrevista mantenida con este periódico el año pasado.

Otro de los casos que mantiene esta organización como activo es el de Josué Monge García, el niño de Dos Hermanas que desapareció el 11 de abril de 2006. Tenía 13 años cuando se le perdió la pista. Doce días después, el 23 de abril de ese mismo año, desapareció su padre, Antonio Monge Rodríguez, supuestamente después de haber estado buscando a su hijo. La Policía investigó este caso como un posible homicidio en el que el padre habría matado al hijo, habría hecho desaparecer su cadáver y luego se habría suicidado. Otra teoría apunta a que se marchó a otro país, donde residiría con otra identidad. Sin embargo, nunca se encontró ninguna pista de ambos ni del vehículo que llevaba el padre, una furgoneta Citroën Berlingo de color blanco.

Manifestación en Morón de la Frontera por la desaparición de Antonio David Barroso.
Manifestación en Morón de la Frontera por la desaparición de Antonio David Barroso. / Antonio Pizarro

Aparte de estos asuntos, sigue habiendo casos históricos de desaparecidos en Sevilla que están lejos de resolverse. El más conocido es, sin duda, el de Marta del Castillo, que es especialmente doloroso para la familia pues se sabe que fue asesinada y quién la mató, pero nunca se ha encontrado ni la más mínima pista sobre el paradero del cuerpo. El asesino, Miguel Carcaño, lleva ya más de 15 años encarcelado y, a pesar de que ha ofrecido varias versiones del crimen, nunca ha revelado el lugar en el que ocultó el cadáver de la joven, que tenía 17 años cuando fue asesinada.

Más reciente es el caso de Antonio David Barroso Díaz, el niño discapacitado de Morón de la Frontera, que presumiblemente murió durante un errático viaje que hizo con su madre y cuidadora. Nunca se encontró el cuerpo del menor, de 15 años en el momento de su desaparición, ni tampoco la silla de ruedas con la que se desplazaba. La madre, enferma mental, llegó sola a una gasolinera de Segovia. La mujer será juzgada por homicidio imprudente. La Policía maneja varias teorías sobre este caso. La más sólida apunta a una muerte del niño por una dejación de cuidados de la madre.

stats