José Luis Sanz retrasa hasta 2026 el cobro a los vecinos de Sevilla de la nueva tasa de residuos

Sin los 26 millones al año de recaudación de esa tasa, Lipasam debe asumir en solitario el coste de la gestión

Este jueves expira el plazo dado a los ayuntamientos para implantarla

La oposición municipal tumba la ordenanza para la nueva tasa de residuos de Sevilla porque incumple la normativa

Los ayuntamientos están obligados a gestionar los residuos con criterios de economía circular y penalizar al que menos recicle.
Los ayuntamientos están obligados a gestionar los residuos con criterios de economía circular y penalizar al que menos recicle. / José Luis Montero

El gobierno local de José Luis Sanz ha decidido retrasar hasta enero del año que viene el cobro a los vecinos de la nueva tasa de residuos urbanos que introduce, por primera vez, una penalización a los ciudadanos y empresas que más residuos arrojen y fomenta la separación de basura para el reciclaje en origen. Esta nueva tasa de residuos, impuesta en nuestro país por la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, se sumará a la que se cobra actualmente en la factura del agua.

Los ayuntamientos tenían tres años para implantar esta nueva tasa de residuos urbanos que impone la ley española por trasposición de la normativa europea para hacer realidad el lema de “quien contamina, paga”. La mitad de esta tasa se destina a afrontar los costes de gestión de los residuos en cada municipio y la otra mitad al pago del llamado nuevo “impuesto al vertedero”, que penaliza con el pago de 30 euros por cada tonelada métrica arrojada al vertedero toda la basura que la ciudad no recicla ni separa.

En Sevilla esa nueva tasa de residuos urbanosn que debía haberse implantado antes del 10 de abril, es necesaria para que el Ayuntamiento recaude los 26 millones que le cuesta la gestión anual de los residuos. Al retrasarse la repercusión de este coste al ciudadano, será la empresa Lipasam la que tenga que afrontar este pago en solitario.

El Ayuntamiento de José Luis Sanz no estará entre los ayuntamientos cumplidores, a diferencia de otros andaluces como el de Granada, Córdoba y Jaén que sí han aprobado sus ordenanzas fiscales para esta nueva tasa.

La oposición tumbó la ordenanza fiscal

El delegado de Hacienda, Juan Bueno, aseguró este lunes a preguntas de este periódico que, tras el fracaso en enero pasado para sacar adelante la ordenanza fiscal de la nueva tasa de residuos, el gobierno local va a esperar a las ordenanzas fiscales de 2026. Y será entonces cuando fundirá en una sola la tasa actual de basura con la nueva de residuos.

En enero pasado, la ordenanza fiscal de esa tasa en Sevilla no salió adelante debido al voto negativo en bloque de la oposición: PSOE, Vox e IU-Podemos. La oposición le recriminó a Sanz y a su delegado Juan Bueno que su texto incumplía la normativa nacional y europea, puesto que obligaba a pagar por igual tanto al sevillano que reciclaba como al que no lo hacía y tiraba la basura sin separar al contenedor. El gobierno local quería cobrar 1,15 euros por persona y mes, lo que suponía que una familia de cuatro miembros pagaría 4,6 euros mensuales que sumar a los de la tasa de basura ligada al agua.

Así pues, la ordenanza se sometió al dictamen del Pleno extraordinario, pero no pasó el corte. El delegado de Hacienda, Juan Bueno, acusó a la oposición de poner en riesgo el presupuesto de Lipasam por este voto negativo a la ordenanza, ya que es la empresa municipal de limpieza la que tiene que recaudar más de 26 millones al año para pagar esa tasa.

Bueno admitió que no se han hecho las inversiones necesarias para poder registrar los residuos que echa cada familia en el contenedor. “No se puede diferenciar quién contamina más porque no se ha hecho inversión. No se ha preocupado nadie en invertir en esto. Es imposible poner chips a las bolsas de basura como hace Amsterdam”, declaró.

De ese total de 26 millones de la tasa que necesita recaudar Sevilla, la mayor parte, casi 10 millones (9,88 millones), se destinan a pagar el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos, cuya recaudación va a parar a la Junta, según lo estipula la ley estatal. Este es el nuevo impuesto que penaliza toda la basura que no se recicla ni separa con el pago de 30 euros por cada tonelada métrica arrojada al vertedero, cuyo objetivo vertedero es que no sigamos llevando más residuos de la cuenta al vertedero, sino que los separemos y reciclemos en origen.

Los 16 millones restantes de la tasa recaudada se destinan a las inversiones que necesita el municipio de Sevilla para la gestión de los residuos urbanos.

En el pleno extraordinario, el edil Juan Bueno pidió con sorna al PSOE que medie con la ministra María Jesús Montero para que le conceda a Sevilla lo mismo que a Jaén: “Pídanle a la señora Montero que nos haga un Jaén, que nos condone el impuesto y ponga dinero para la tasa deficitaria de Lipasam”, defendió el delegado de Hacienda en el debate.

El fracaso

La oposición rechazó en enero la ordenanza fiscal para regular la nueva tasa de gestión de residuos

El pasado enero, todos los grupos de la oposición, el Consejo Económico y Social de Sevilla y el Tribunal Económico de Sevilla rechazaron el texto de la ordenanza fiscal de la nueva tasa de residuos por no penalizar al que menos recicla ni fomentar el reciclaje. El Interventor y el Secretario también pusieron reparos.

Los deberes

Concienciar e invertir para recogida separada

Buena parte de la nueva tasa de residuos es para costear las inversiones que requiere la ciudad para mejorar su gestión de los residuos:

  • pagar los costes de mejora en la separación y depósito de residuos (puntos limpios y ecopuntos)
  • vigilancia de la recogida, transporte y tratamiento de los residuos
  • campañas de sensibilización para la recogida separada; plantas de transferencia y transporte a la planta de tratamiento
  • recogida separada de biorresiduos.
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