Un joven de 30 años se arrojó al río Guadalquivir la noche del jueves y tuvo que ser rescatado por los Bomberos y reducido por la Policía Nacional. Finalmente, fue ingresado de manera involuntaria en el área de Salud Mental de un hospital sevillano. Los hechos ocurrieron sobre las diez y media de la noche en la calle Betis. El joven se acercó a un grupo de personas que había en ese momento en la calle y les dijo que si le daban dinero se tiraría al agua.

Los viandantes no le hicieron demasiado caso, pero el joven comenzó a desnudarse y terminó arrojándose al río. Los ciudadanos llamaron a la Policía cuando dejaron de verlo, temiendo que pudiera haberse ahogado. Cuando llegó un patrullero, el joven había cruzado el río hasta un velero situado en el muelle del Paseo Marqués de Contadero. Luego volvió a arrojarse al agua y nadar en dirección contraria, de nuevo hacia la calle Betis. En todo este tiempo, este hombre hacía como que se ahogaba y luego salía a flote riéndose. Además, no paraba de insultar a policías, bomberos, sanitarios y todos los profesionales de emergencias que acudieron al lugar.

Varios testigos presenciales explicaron a este periódico que el joven llegó a llamar “nazis” a los enfermeros, que iban ataviados con trajes antcovid. Finalmente, tres bomberos tuvieron que arrojarse al agua y forcejearon con él para llevarlo hasta la orilla, donde fue reducido por varios policías nacionales. Los médicos lo atendieron y ordenaron su ingreso involuntario en un área de Psiquiatría, para su valoración posterior.

La intervención de la Policía y el resto de servicios de emergencias se prolongó hasta pasadas las once y media de la noche, treinta minutos más allá de la hora fijada por el Gobierno para el toque de queda.